Más de 120 expertos han analizado la contribución de Bristol-Myers Squibb (BMS) al tratamiento del VIH. Durante el encuentro organizado por la farmacéutica, bajo el nombre “Evoluzión: Nuevos horizontes en el VIH”, especialistas médicos e investigadores han hablado sobre el avance que ha supuesto la última novedad terapéutica de BMS, Evotaz (atazanavir/cobicistat), que requiere de una única administración al día y aporta eficacia, flexibilidad y comodidad a los pacientes.
Durante el encuentro, se comentó el papel que ha jugado BMS en cambiar la historia de la enfermedad, contribuyendo no sólo con el desarrollo de fármacos, sino con el apoyo a la educación médica y la investigación independiente, iniciada por los propios investigadores. Se analizó cómo Reyataz (atazanavir) ha evolucionado para adaptarse a las necesidades de los pacientes hasta llegar a Evotaz (atazanavir/cobicistat).
“BMS ha tenido un papel decisivo en la historia del VIH a muchos niveles”, comenta el doctor Santiago Moreno, jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal de Madrid. “En los orígenes del tratamiento, BMS aportó fármacos que sirvieron para que los pacientes que fracasaban al único medicamento del que disponíamos, zidovudina (AZT), pudieran incrementar su supervivencia lo suficiente para llegar a los tratamientos definitivos más tarde”, añade este especialista, refiriéndose al papel que jugaron en su momento Videx (didanosina) y Zerit (estavudina).
“Bristol-Myers Squibb ha estado involucrada en el avance del tratamiento del VIH desde el principio y hasta la actualidad, con una presencia constante y mantenida, y no solo eso, también ha caminado al lado de Gesida y ha promovido iniciativas formativas y de concienciación como el programa SHE, para dar apoyo a las mujeres con VIH, y la Academia VIH, uno de los mayores proyectos de formación continuada en este campo para los especialistas”, enfatiza el doctor Moreno.
ÚLTIMAS VENTAJAS PARA EL PACIENTE
La segunda jornada de la reunión estuvo dedicada a analizarla evolución de Reyataz en primer lugarpotenciado con ritonavir en triple terapia como más recientemente en biterapia con lamivudina (3TC) en pacientes con supresión virológica. Además, se destacó otra estrategia que contribuye a la individualización del tratamiento, ya que Reyataz es el único IP que se puede administrar sin potenciador farmacológico (ritonavir o cobicistat).
Finalmente, el último avance que BMS ha puesto a disposición de los pacientes: Evotaz (atazanavir/cobiscistat), que aporta simplificación y personaliza el tratamiento, ya que incluye un nuevo potenciador, cobicistat, que permite su coformulación en un único comprimido una vez al día.
“La principal ventaja de atazanavir es la facilidad de administración, ya que los pacientes solo tienen que tomar una pastilla en lugar de dos. En segundo lugar, cobicistat podría mejorarla tolerancia al tratamiento y presenta un perfil de interacciones potencialmente más favorable”, explica el doctor Antonio Rivero, presidente de Gesida y coordinador de “Evoluzión”. Entre los pacientes candidatos a recibir atazanavir/cobicistat, el doctor Rivero considera que este fármaco es “un buen punto de referencia para iniciar el tratamiento, y también para los pacientes que reciben en la actualidad atazanavir con ritonavir, que pueden cambiar a la nueva pauta”.
En ese sentido, atazanavir es el único inhibidor de la proteasa potenciado con cobicistat, que ha demostrado en un ensayo clínico, aleatorizado, doble ciego ser no inferior a su combinación con ritonavir.
Porque salud necesitamos todos... ConSalud.es
Durante el encuentro, se comentó el papel que ha jugado BMS en cambiar la historia de la enfermedad, contribuyendo no sólo con el desarrollo de fármacos, sino con el apoyo a la educación médica y la investigación independiente, iniciada por los propios investigadores. Se analizó cómo Reyataz (atazanavir) ha evolucionado para adaptarse a las necesidades de los pacientes hasta llegar a Evotaz (atazanavir/cobicistat).
“BMS ha tenido un papel decisivo en la historia del VIH a muchos niveles”, comenta el doctor Santiago Moreno, jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal de Madrid. “En los orígenes del tratamiento, BMS aportó fármacos que sirvieron para que los pacientes que fracasaban al único medicamento del que disponíamos, zidovudina (AZT), pudieran incrementar su supervivencia lo suficiente para llegar a los tratamientos definitivos más tarde”, añade este especialista, refiriéndose al papel que jugaron en su momento Videx (didanosina) y Zerit (estavudina).
“Bristol-Myers Squibb ha estado involucrada en el avance del tratamiento del VIH desde el principio y hasta la actualidad, con una presencia constante y mantenida, y no solo eso, también ha caminado al lado de Gesida y ha promovido iniciativas formativas y de concienciación como el programa SHE, para dar apoyo a las mujeres con VIH, y la Academia VIH, uno de los mayores proyectos de formación continuada en este campo para los especialistas”, enfatiza el doctor Moreno.
ÚLTIMAS VENTAJAS PARA EL PACIENTE
La segunda jornada de la reunión estuvo dedicada a analizarla evolución de Reyataz en primer lugarpotenciado con ritonavir en triple terapia como más recientemente en biterapia con lamivudina (3TC) en pacientes con supresión virológica. Además, se destacó otra estrategia que contribuye a la individualización del tratamiento, ya que Reyataz es el único IP que se puede administrar sin potenciador farmacológico (ritonavir o cobicistat).
Finalmente, el último avance que BMS ha puesto a disposición de los pacientes: Evotaz (atazanavir/cobiscistat), que aporta simplificación y personaliza el tratamiento, ya que incluye un nuevo potenciador, cobicistat, que permite su coformulación en un único comprimido una vez al día.
“La principal ventaja de atazanavir es la facilidad de administración, ya que los pacientes solo tienen que tomar una pastilla en lugar de dos. En segundo lugar, cobicistat podría mejorarla tolerancia al tratamiento y presenta un perfil de interacciones potencialmente más favorable”, explica el doctor Antonio Rivero, presidente de Gesida y coordinador de “Evoluzión”. Entre los pacientes candidatos a recibir atazanavir/cobicistat, el doctor Rivero considera que este fármaco es “un buen punto de referencia para iniciar el tratamiento, y también para los pacientes que reciben en la actualidad atazanavir con ritonavir, que pueden cambiar a la nueva pauta”.
En ese sentido, atazanavir es el único inhibidor de la proteasa potenciado con cobicistat, que ha demostrado en un ensayo clínico, aleatorizado, doble ciego ser no inferior a su combinación con ritonavir.
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