"Tengo sólo 14 años y no quiero morir, pero sé que voy a morir", decía la carta que llegó a manos del juez Peter Jackson, quien acaba de permitir, en una decisión judicial sin precedentes, que esta menor, aquejada de un cáncer terminal, sea criogenizada a 196 grados bajo cero en el momento de su deceso, con la esperanza de que pueda volver a la vida en el futuro. "Pienso que ser criogenizada me da una oportunidad para despertar cuando se encuentre una cura, aunque haya que esperar cientos de años", escribió la menor, que expresó ante el magistrado su deseo de "vivir y vivir más tiempo".