La Organización Colegial de Enfermería lamenta la pérdida de una nueva compañera por culpa del COVID-19. En esta ocasión se trata de Nanda Casado, una enfermera colegiada en Córdoba que trabajaba como gestora de casos en el centro de salud Castilla del Pinto de la ciudad andaluza. Los representantes de la enfermería española quieren expresar su profundo dolor tras la pérdida de su compañera. El organismo enfermero ha hecho llegar a su familia y allegados su más sentido pésame por el fallecimiento de una profesional ejemplar, querida y respetada tanto por sus compañeros como por sus pacientes.Al conocer la noticia, el Colegio de Enfermería de Córdoba ha estado en contacto con personas cercanas a la familia y les ha hecho llegar las condolencias de toda la enfermería cordobesa. Tras haber superado el COVID-19, esta enfermera gestora de casos había vuelto a trabajar recientemente en el centro de salud Castilla del Pino, dedicando sus cuidados a usuarios de residencias, personas dependientes y cuidadores.
Para el presidente del Consejo General de Enfermería, también presidente del Colegio de Enfermería de Córdoba, Florentino Pérez Raya, “Nanda era el ejemplo constante de qué es ser enfermera. Siempre recordaremos su generosidad, la amabilidad con la que administraba sus cuidados y su entrega incondicional a su profesión y a sus pacientes”. Además, muestra su preocupación ante el elevado índice de enfermeras contagiadas. Los profesionales sanitarios suponen más de un 20% del total de personas afectadas y el Consejo General contabiliza, al menos en 74.000, el número de los profesionales de la enfermería que han tenido o tienen síntomas compatibles con COVID-19. Es la quinta enfermera que fallece por culpa de la pandemia. Durante estos meses la profesión también ha tenido que lamentar la muerte de enfermeros como Encarni Vicente, en Vizcaya; Pedro Carrillo, en Jaén; Esteban Peñarrubia, en Madrid y José Montero, en Ciudad Real.