Ante el lema “El cuidado enfermero ante la vulnerabilidad y adversidad en la historia”, Gabilondo ha reivindicado la labor de la enfermería y ha señalado que “al centrarse en el cuidado y las relaciones, la enfermería ocupa una posición única para abordar las necesidades de los grupos marginados y oprimidos. Al promover el acceso, la equidad y la protección de la salud a través de la atención sanitaria, la enfermería puede contribuir a reducir las disparidades”. También ha añadido que “el continuo incremento de la demanda asistencial, asociado al envejecimiento y a la cronicidad, exige combinar el modelo asistencial reactivo ante el paciente agudo con un enfoque preventivo orientado tanto a la cronicidad como a minimizar patologías graves.
Así, el Defensor ha abogado por “el refuerzo de la Atención Primaria” reclamando más medios humanos y materiales, mejor organización, un reparto de los recursos basado en la equidad y en las necesidades de población, asegurando que, apostar por esos objetivos, implica un compromiso a la hora de dotar convenientemente los servicios necesarios. “El planteamiento no puede consistir en la depauperación progresiva de los servicios públicos que empuje a los pacientes a buscar alternativas, porque ello conduce, a la larga, a que las innovaciones y la excelencia queden para quienes tienen más posibilidades y aumente la precariedad asistencial”. Por último, ha concluido su intervención destacando que “el género es un determinante clave de la salud, interactuando con otros factores sociales como la clase, la etnia y la edad. Esta interacción afecta a la vulnerabilidad, a enfermedades y al acceso a recursos de salud, evidenciando diferencias y desigualdades de salud entre mujeres y hombres, según la OMS”.