Hace 40 años, en octubre de 1981, el Hospital Universitari Vall d’Hebron diagnosticó el primer caso de sida en España. Un joven de 35 años que ingresó con una historia corta de dolor de cabeza persistente, lesiones de color púrpura y Sarcoma de Kaposi, un tipo de cáncer de piel provocado por un herpes virus (el VHH-8), una enfermedad que aparece cuando el sistema inmunitario está en baja forma y que pronto se asoció al VIH.
Una vez hospitalizado, los dolores de cabeza fueron en aumento y una parte del cuerpo se le paralizó. Para llegar al diagnóstico, se le hizo un escáner y el equipo médico identificó un tumor de tres centímetros en el cerebro que se interpretó como una metástasis. Lo operaron de urgencia, pero cuatro días después de la intervención el paciente perdió la vida. “El examen microscópico confirmó que el paciente tenía toxoplasmosis granulomatosa. Era un hallazgo sorprendente porque se trataba de una infección que solo se daba en neonatos", recuerda la Dra. Carmen Navarro, que entonces era jefa de Sección de Anatomía Patológica de Vall d’Hebron y fue la encargada de analizar el tumor y realizar la autopsia neurológica.
Este fue el primer caso de VIH descrito en el país, pero también la primera vez que se asociaba la infección al cerebro por toxoplasma al sida. ”En el artículo que el equipo de Vall d’Hebron publicó en la revista The Lancet, donde describíamos el caso, relacionamos el brote de sarcoma de Kaposi y otras infecciones oportunistas que habían aparecido entre la población homosexual recientemente en los Estados Unidos con la infección por toxoplasma. Este detalle fue determinante para diagnosticar el sida a futuros pacientes”, recuerda la Dra. Carmen Navarro. En el artículo, también recogían que el paciente, a pesar de tener pareja estable en el momento de la infección, había tenido relaciones durante un viaje en Nueva York en 1974 y en Turquía con un joven norteamericano, en 1980. Desde entonces la lucha contra el VIH sigue, con el objetivo de erradicarlo en 2030.