Encarna Muñoz es licenciada en Medicina y Cirugía y Máster en Psicoanálisis. Es miembro de Gradiva (Associació d’Estudis Psicoanalitics) y miembro de la FEAP (Federación Española de Asociaciones de Psicoterapeutas). Durante los años que ejerció como traumatóloga comprobó que los aspectos psicológicos constituían la causa de muchos de los accidentes y patologías que presentaban los pacientes, esta realidad hizo que pronto se interesara por el psicoanálisis.
ConSalud.es charla con Encarna Muñoz acerca de su último libro 'El Principio de la vida: la trascendencia de los primeros meses de vida'. Se trata de un libro científico y divulgativo que aborda, en positivo, el origen de muchos desajustes psicológicos que desarrollan algunos niños a raíz de un vínculo deficitario con los padres durante los primeros meses de vida. Un enfoque novedoso que conciencia sobre el desarrollo temprano de la salud mental, la inteligencia y los rasgos de la personalidad de nuestros hijos.
La salud mental de los recién nacidos y/o neonatos es un tema poco tratado socialmente. ¿Qué claves podemos descubrir en ‘El Principio de la vida’?
Más que claves o pautas lo que se intenta en el principio de la vida es revelar o poner de manifiesto algo que en realidad existe casi filogenéticamente en todos aquellos que desean ser padres. Nada será más adecuado para su hijo que el conocimiento que adquieren en la relación desde el primer momento en que se ven o incluso antes, durante la gestación.
Tan solo el contacto entre ellos, padres e hijo, permite la adaptación. Es por esta razón que los libros, los consejos u otras informaciones no pueden ser utilizadas si los padres no están suficientemente fusionados o identificados con su hijo durante los primeros meses de vida. Solo desde este estado fusional, los padres podrán hacer un buen uso de lo que internet, los libros o las charlas les revelen.
Existe un desconocimiento general de la trascendencia de estos primeros meses de vida y no me estoy refiriendo al primer año, si no al primer trimestre.
Y es que resulta difícil percatarse del vertiginoso desarrollo que está ocurriendo en este tierno bebé que duerme plácidamente en su cuna o que llora desesperado porque el hambre lo descompone.
¿Se producen en esos primeros meses de vida la definición de rasgos de personalidad?
El hecho que convierte este temprano período de la vida en un momento tan trascendental, es que durante él, se determina o se modela el funcionamiento neuronal, según la interacción que el bebé vaya teniendo del entorno. Es decir, el pequeño tiene una herencia genética que determina qué tipo de cerebro va a tener, pero las capacidades finales tanto neuronales como emocionales dependen de la interacción que se establezca durante este periodo entre el entorno y el niño. En ningún momento del crecimiento, se produce una situación semejante durante la cual, los aspectos de tipo emocional que el entorno proporciona condicionan o mejor dicho, moldean el crecimiento y el funcionamiento del cerebro.
"El bebé tiene una herencia genética que determina qué tipo de cerebro va a tener, pero las capacidades finales tanto neuronales como emocionales dependen de la interacción que se establezca"
Los rasgos más básicos y sobre los que se va a establecer la personalidad, quedan determinados en este periodo y aunque durante la infancia y también a lo largo de toda nuestra vida evolucionamos psicológicamente, este período es determinante para el desarrollo posterior. Un entorno no adecuado en esta época, puede llegar a inhibir el crecimiento del cerebro o el desarrollo emocional.
¿Hay algún tipo de conductas o trastornos que podamos evitar a largo plazo?
Hay trastornos de la personalidad que se generaron durante la formación del psiquismo, en la lejana época de los primeros meses de vida. Cuando el inicio de la vida no ha sido fácil o lo suficientemente adecuado, algo queda sin construir y en ese caso, el resto de la personalidad se apoya sobre estos déficits. Por ejemplo, muchos de los fracasos escolares, aunque evidentemente no todos, parten de una mala consolidación emocional de esta primera etapa del crecimiento, donde rasgos como la confianza en el entorno, la tranquilidad, la resistencia al estrés, la creatividad, así como otras cualidades, como puede ser algo tan importante como es el amor por los demás, que se empieza a generar en esta tierna etapa. Es difícil que posteriormente, durante el crecimiento infantil, se puedan desarrollar emociones que no se han sentido previamente.
"Cuando el inicio de la vida no ha sido fácil o lo suficientemente adecuado, algo queda sin construir y en ese caso, el resto de la personalidad se apoya sobre estos déficits"
Algunas de las conductas de riesgo en adolescentes, pueden tener su origen en un mal comienzo, algo que la mayoría de las veces condiciona un desarrollo posterior complicado.
También la predisposición a padecer algunas de las enfermedades psicosomáticas en edad adulta, suelen estar relacionadas con déficits en la relación con el entorno en las primeras semanas de vida.
En entornos muy precarios y en situaciones de gran privación, la posibilidad de enfermedad mental o de déficits cognitivos es grande.
La sociedad tiene que tener conciencia de la importancia que tiene la crianza en general y en especial los primeros meses de vida. Proteger a las madres y a los padres durante este primer periodo es esencial. Por tanto es importante para la futura salud mental promover la creación de vínculos emocionales en esta etapa de la crianza.
La lactancia materna ayuda a crear ese vínculo afectivo y vital con los pequeños. ¿Qué hábitos ayudan a un crecimiento sano en todos los planos?
Desde luego hay que admitir todas las ventajas de tipo fisiológico y bioquímico que la leche materna presenta, resulta del todo incuestionable. De ahí que la lactancia natural sea la mejor opción.
La madre debería esforzarse para amamantar, porque esa experiencia facilita el vínculo. Hay madres que pueden sentirse estigmatizadas cuando después de infructuosos esfuerzos no consiguen amamantar. Es importante saber que la lactancia es algo más que el pecho o el biberón, es sobretodo una experiencia que debe ser satisfactoria y gratificante para la madre.
En realidad, el amamantamiento no garantiza, por sí mismo, un buen vínculo. Lo que realmente ayuda al crecimiento es la vivencia de satisfacción que se crea entre la madre y su bebé.
¿Hace falta un nuevo abordaje de la atención a los neonatos en España? ¿Qué carencias tiene el sistema?
Lo más importante es la necesidad de que las personas que rodean a la madre en las primeras semanas, protejan y respeten el tiempo que ésta requiere para que surja algo que se encuentra dentro de sí misma: su instinto. Algo que va a necesitar para comprender las necesidades de su recién nacido. El cuidado a los neonatos pasa por la atención a las madres, que son las que tienen que encargarse de sus bebés. Acompañar a las madres en este delicado encuentro, debería ser la prioridad de los servicios de neonatos y de la sociedad en general.
Desconocer la naturaleza y la trascendencia de este momento, no ayuda. El recién nacido interactúa y necesita de un entorno que lo comprenda.