La discriminación por VIH sigue siendo uno de los problemas a los que se enfrentan aquellas personas que padecen la enfermedad y nada más que buscan vivir con total normalidad su vida. Se trata de una patología que, en este momento, se aborda como una dolencia crónica y tiene tratamiento, sin embargo, en algunos ámbitos como el laboral todavía las falsas creencias sobre el VIH continúan vigentes.
Con el fin de lograr que la exclusión por VIH deje de ser un problema para la empleabilidad de las personas con esta enfermedad nació hace ya más de 10 años la Coordinadora Trabajando en Positivo. Esta entidad, que preside Julio Gómez Caballero, lanzó recientemente su campaña #YoTrabajoPositivo, en la que se anima a todos los agentes implicados en la respuesta al VIH a que se sumen para contribuir a erradicar la discriminación.
¿Cómo surge la idea de poner en marcha esta organización?
Trabajando en Positivo se impulsó como un proyecto del Comité Ciudadano Antisida de la Comunidad Valenciana. Este organismo llevaba desde 1998 implementando acciones de orientación laboral y formación dirigidas a personas con VIH.
En 2006, creó un centro especial de empleo para precisamente crear puestos de trabajo protegidos para personas con VIH. Quiso dotar de un sistema de gestión de la calidad a toda el área de orientación laboral de la organización.
Dentro de esta medida, se llegó a analizar la situación sobre el ámbito laboral con respecto a estos pacientes tan concretos y se obtuvo un diagnóstico que revelaba que se conocía muy poco lo que estaban haciendo otras organizaciones similares en materia de orientación laboral.
“Identificamos que la orientación laboral en los pacientes con VIH era una carencia entre las organizaciones y propusimos crear una red de trabajo conjunto”
Se identificó como una de las carencias y se planteó cómo poder resolver esta situación. Justo al año siguiente, se pensó en contactar con las entidades de todo el territorio español para saber si desarrollaban ya este tipo de actividades o tenían interés en hacerlo.
Se concluyó que querrían formar parte de una experiencia de trabajo en red, para conocerse, ver que hacía cada una y consensuar unas líneas de actuación en las que trabajar conjuntamente.
Este fue nuestro comienzo. Creando una red informal bajo el paraguas del Comité que intentara un poco ver si había líneas de actuación conjunta que desarrollar. Quince entidades confirmaron su participación en esta red de trabajo y finalmente, en el año 2009, se configuró la organización con personalidad jurídica propia.
¿Qué objetivos tiene?
Queremos mejorar de forma integral y global las condiciones de inserción laboral de las personas con VIH.
¿Las personas con VIH siguen teniendo problemas para encontrar trabajo?
Sigue habiendo personas con VIH que tienen problemas de empleabilidad. Se suele tratar de pacientes que llevan mucho tiempo viviendo con la infección. Fundamentalmente está ligado con el perfil, muchas de ellas están vinculadas al consumo de drogas y lógicamente a situaciones de exclusión social: poca formación, poca experiencia laboral… Esas personas siguen formando parte de nuestra bolsa de actuación.
También hay pacientes que no sufren estos problemas de exclusión social pero por sus problemas médicos han estado muchos años desconectados del mercado laboral. Con este perfil de personas lo que intentamos hacer es mejorar sus competencias personales y profesionales, de búsqueda de empleo, etc.
"Un tercio de la población española no compartiría un espacio de trabajo con una persona que tiene VIH"
Otra de las líneas prioritarias tiene que ver con las actitudes de discriminación por VIH. Hay varios estudios que desde el año 2003 al 2018 que demuestran un dato coincidente: un tercio de la población española no compartiría un espacio de trabajo con una persona que tiene VIH.
¿Cómo es posible esto?
Hay que intervenir, por eso, desarrollamos campañas de sensibilización como la de ‘Yo Trabajo en Positivo’ para insistir en el mensaje de que el lugar de trabajo no es una vía de transmisión del VIH.
Hablando del sector privado: ¿Cuál es el papel que juegan las empresas?
Nosotros desarrollamos acciones específicas con las empresas en esta materia. Uno de nuestros proyectos es ‘En Positivo RSC’, que persigue que las compañías tengan diferentes opciones de colaboración para contribuir a dar empleo a personas con VIH y también a pacientes en situación de exclusión social.
En ninguna empresa hemos salido con la sensación de que allí no se pudiera hablar de VIH, de decir, no va a colaborar. La experiencia nos ha demostrado que el VIH si se puede abordar como un tema de salud más.
En las empresas, no existen ese tipo de protocolos más parecidos a los cuadros de exclusión médica de la Administración Pública. Se trata más de actitudes de personas individuales de discriminación. El empleo es un ámbito que refleja lo que es la sociedad en sí. De ahí que insista una vez más en que todavía un tercio de la población no quiere compartir espacio laboral con una persona que tiene VIH. Esto lamentablemente sucede por la falta de información.
¿Quéda algo pendiente en este ámbito?
Sí, todavía tres cambios de normativa. Para ejercer en la Seguridad Privada, ya que existe un Real Decreto del año 1998 que limita a cualquier persona con VIH a ser vigilante de seguridad. No se cumple pero está. También hay ordenanzas de taxistas en Zaragoza, Valencia, Sevilla o Madrid que dicen lo mismo.
En cuanto a las ocupaciones sanitarias, en centros médicos privados, creemos que hace falta que se asuma la guía de recomendaciones para profesionales sanitarios publicada por el Ministerio de Sanidad y destinada a sanitarios con VIH. En este ámbito hay ya un compromiso de cara este año 2020.
¿Cómo valoran el acuerdo de Función Pública para que el VIH deje de ser una causa de exclusión laboral en las oposiciones al cuerpo de funcionarios?
Lo conseguimos junto a otras entidades. Es un gran paso. Plantea la eliminación del VIH como causa de exclusión laboral a cualquier empleo público y también de otras patologías como la enfermedad celiaca, la psoriasis o la diabetes.
Los cuadros de exclusión médica limitaban el acceso a poder ocupar un puesto en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
Está en nuestros objetivos, en la estrategia que diseñamos una vez detectamos que las personas con VIH tienen problemas a la hora de acceder o mantenerse en el mercado laboral.
"Falta tiempo para que un paciente pueda decir abiertamente en un reconocimiento médico que tiene VIH"
Estamos trabajando en que se materialice este acuerdo y se aplique a convocatorias de empleo público del Ejército (Ministerio de Defensa) y Guardia Civil (Ministerio del Interior) para 2020. Más allá de que esto se traduzca en los cuadros de exclusiones, lo que haría falta es concienciar y sensibilizar sobre el mensaje que trata transmitir el acuerdo de Función Pública.
Porque exista una normativa o una convocatoria que diga que a una persona con VIH no se le puede discriminar por el mero diagnóstico, no quita que falta tiempo y cosas por hacer para que un paciente pueda decir abiertamente en un reconocimiento médico que tiene esta enfermedad. Se tiene que trabajar más la sensibilización de los responsables de interpretar estas normas.