La Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO ha elegido a Humberto Muñoz Beltrán como su nuevo secretario general para los próximos cuatro años, en el 12 Congreso estatal, que ha tenido lugar los días 7, 8 y 9 de junio, en Torremolinos. Del mismo modo, este Congreso también ha supuesto la despedida de Antonio Cabrera, tras doce años ostentando el cargo de secretario general de esta organización sindical.
El nuevo secretario general de la FSS-CCOO es doctor en Medicina y especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Ha ejercido diversas responsabilidades en esta organización sindical: hasta el pasado mes de abril, ostentó durante diez años la secretaría general de la FSS-CCOO de Andalucía; asimismo, asumió distintas responsabilidades en el Área de Empleo, Desarrollo Profesional y Salud Laboral de la FSS-CCOO de Andalucía, en el Área de Negociación Colectiva del Sindicato de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO de Granada y en la sección sindical del Hospital Virgen de las Nieves.
¿Cómo recibe su elección como secretario general de las FSSCCOO?
El reto es seguir haciendo el trabajo de esta organización de una manera fluida como se ha venido haciendo hasta ahora bajo el liderazgo de Antonio Cabrera. La idea es seguir avanzando en cosas nuevas y conseguir hacer frente a las consecuencias de la pandemia de COVID-19.
Nuestro Sistema Nacional de Salud ha sido sometido a un gran estrés, el personal está agotado y los servicios tensionados, por lo que el principal objetivo que nos marcamos desde CCOO es pelear por protegerles y nos vale de aviso de cara al futuro: tenemos que tener unos servicios públicos robustos.
¿Qué cuestiones han de negociar con Sanidad?
Necesitamos una interlocución fluida con la Administración, tanto con el Ministerio de Sanidad como con el Ministerio de Política Territorial y Función Pública. Hay que evaluar bien cómo queda el Sistema Nacional de Salud y el sistema de atención a las personas dependientes después de esta pandemia. Además, hay que ver cómo se va a distribuir parte de ese fondo europeo de rescate de 140.000 millones de euros para fortalezar los servicios públicos y los pilares del estado del bienestar y eso lleva aparejado un ingente trabajo.
Nosotros tenemos detectadas deficiencias graves en el Sistema Nacional de Salud, según nuestros datos, si hablamos solamente de personal asistencial harían falta 60.000 sanitarios para reflotar la Sanidad pública. Los 10 años de recortes previos a la pandemia han hecho mucho daño a nuestro sistema sanitario, se ha perdido mucha plantilla y en los próximos años se prevé un alto porcentaje de jubilaciones y la tasa de reposición no ayuda al crecimiento de las plantillas.
"Hay que evaluar de qué manera ha impactado la pandemia en el parón sufrido dentro de la asistencia sanitaria (...) Ahora es el momento de volver a poner toda la Sanidad en pie"
Asimismo, hay que evaluar de qué manera ha impactado la pandemia en el parón sufrido dentro de la asistencia sanitaria: desde los pacientes crónicos a los oncológicos, todo ello porque debido al confinamiento y las restricciones no se podía atender a los pacientes con normalidad. Ahora es el momento de volver a poner toda la Sanidad en pie.
Hay mucho trabajo por delante y se hará mejor si se lleva a cabo desde el consenso.
La temporalidad en la Sanidad es una constante, el Ministerio de Política Territorial y Función Pública aboga por acabar con la precariedad en el sector público (también en el SNS). ¿Qué hay que hacer?
La alta temporalidad que tiene nuestra Administración Pública, y más concretamente nuestra Sanidad, no es nueva. En los años 2000 se tuvo que hacer una Oferta de Empleo Público (OPE) excepcional porque el nivel de temporalidad había subido hasta niveles escandalosos y se llevaba más de una década sin convocar ciertas oposiciones. Se hizo ese proceso excepcional para personal interino de larga duración y ahora volvemos a tropezar en la misma piedra, ya que la Administración se está haciendo trampas al solitario y la única salida que les deja a los centros sanitarios es una tasa de reposición que impide incrementar las plantillas habiendo necesidad de hacerlo, obligando a crear bolsas de empleo de eventuales.
Ante el déficit estructural de personal que tiene el SNS se están prorrogando los contratos temporales y eventuales que estaban pensados para cubrir necesidades específicas.
Hay que arbitrar medidas para que no se vuelva a producir y algún mecanismo para dar salida y solución para esas personas que llevan tantos años desempeñando esos puestos de trabajo y que ahora tampoco se pueden ver en la calle, entre otras cosas, porque hay sentencias judiciales que han dictado que no se puede operar así.
Las víctimas de una mala gestión no pueden verse afectadas. Estamos viendo y negociando qué medidas se pueden implementar para que esto no vuelva ocurrir y para solucionar la bolsa temporal tan grande que tenemos en la Sanidad pública y que va a requerir nuevos procesos de estabilización. Se debe ver cómo estos profesionales interinos pueden acceder a una plaza fija sin romper los principios constitucionales de igualdad, mérito y capacidad.
Dentro de la agenda sanitaria están los fondos europeos para la recuperación y la inversión en Sanidad está previsto que se incremente. ¿Cuál debe ser la hoja de ruta sanitaria que debe seguir el Gobierno?
La Sanidad española sufrió una caída brutal de su inversión, de un 6,9% del PIB al 5,9%, durante los años de los recortes por la crisis económica de 2008. CCOO aboga por parámetros que sitúen el gasto sanitario en el 7,2% del PIB, igualándonos a la inversión media que se hace en los países de nuestro entorno.
"Si no gozamos de una atención primaria que funcione bien, el Sistema Nacional de Salud tiene un problema"
Dentro de ese presupuesto, como mínimo el 25% de su gasto debería ir dedicado al primer nivel asistencial, la atención primaria. Porque si no gozamos de una atención primaria que funcione bien, el Sistema Nacional de Salud tiene un problema. Donde se fundamenta la salud de un sistema sanitario es en el funcionamiento de su primer escalón, la atención primaria, y para eso hacen falta recursos: financiación y personal sanitario.
Estamos preocupados porque en el reparto de los fondos europeos de recuperación, el Gobierno no ha hecho una clara apuesta por el sistema sanitario público y por el ámbito sociosanitario. Mientras Italia en la petición de fondos que ha hecho se destina más del 7% a la Sanidad, en nuestro país la partida que se reclama es de 1,5%. Nuestro país tiene que fortalecer de una vez por todas y de una manera decidida su Sistema Nacional de Salud.
El sistema sanitario público reduce desigualdades sociales, favorece la equidad y es socialmente igualitario, por eso para nosotros es irrenunciable. Hay que aprovechar los fondos europeos y distribuirlos con el sentido de la responsabilidad que permita salir de esta pandemia fortalecidos y con unos servicios públicos robustos.