Durante los meses de la primera ola, los cirujanos tuvieron que priorizar a sus pacientes y frenar la cantidad de cirugías que hacían debido al colapso de los hospitales. A eso se ha sumado un retraso de los diagnósticos en Atención Primaria que todavía continúa. El presidente de la Asociación Española de Cirujanos (AEC), Salvador Morales, repasa con Consalud.es el año y medio de pandemia, los retos y necesidades que quedan por conseguir y los principales proyectos de la AEC para los siguientes años.
¿Qué tal fueron las cirugías durante la pandemia?
El problema principal ha sido la reducción de los quirófanos por falta de camas hospitalarias por culpa de la pandemia. Esa ha sido la tónica general que nos ha llevado a que las cirugías se reduzcan a nivel global entre un 30-40%. Esto ha tenido una repercusión sobre 2021, porque, lógicamente, el número de pacientes acumulado ha sido importante.
“Mientras están en lista de espera, tenemos más capacidad de priorizar, al menos tenemos esa opción”
¿Cómo ha afectado a las listas de espera? ¿Ha habido un aumento de la demora?
Pues actualmente medir las listas de espera es complejo, a diferencia de lo que ocurría antes de la pandemia. Hay hospitales que dicen que las han reducido, pero esto se debe no solo a que han disminuido las cirugías, sino que también ha disminuido la entrada de pacientes. Con lo cual, el valor de hablar de lista de espera tiene un valor relativo. En definitiva, estamos sufriendo todo ese retraso en cirugías y de entradas de pacientes por un retraso de los diagnósticos.
Al final, el retraso de los diagnósticos es mucho más peligroso.
La historia es que, mientras están en lista de espera, tenemos más capacidad de priorizar, al menos tenemos esa opción. Ahora acabo de quitar los puntos al paciente de una hernia al que he comentado que su hernia era bastante grande, y él me ha contestado que sí, que tenía razón, que durante la parte fuerte de la pandemia ya tenía la hernia, pero retrasó acudir al médico porque tenía miedo de venir al hospital. Pero mientras no estén diagnosticados no puedes hacer nada, y ese ha sido el principal problema.
¿Durante este año ha sido una de vuestras reivindicaciones?
Sí, la última gran reivindicación que hicimos fue decir: “Señores, hay que potenciar las pruebas diagnósticas y a la Atención Primaria, porque están desbordados”. Si no van a Atención Primaria a diagnosticarse no entran en la lista de espera. Los pobres con la Covid-19 están saturados y no pueden más, y a esto se junta que la gente no acudía, como he comentado antes. Ahora ellos ya tienen la conciencia de que el hospital es un sitio seguro, que los pacientes Covid están por un lado y nosotros por otro, que estamos en una zona libre de Covid, ya no escuchamos frases como: “Es que nos da miedo ir, ¿no podemos cambiar la fecha?”.
“El problema de operar a alguien que tiene Covid es que si después desarrollaban la enfermedad en el postoperatorio se agravan las comorbilidades y las complicaciones”
¿Ha habido alguna falta de personal tanto en cirugía general como específica?
De cirujanos no ha habido falta. Durante la primera ola fuimos a dar soporte a Medicina Interna e Infecciosa por el Covid-19. Los cirujanos no hemos operado porque estaban cerrados los quirófanos. Cuando se han reactivado los quirófanos los cirujanos han vuelto. Lo que sí que hemos visto, vivido y nos han notificado es un déficit de enfermería, y ha costado montar quirófanos. En cuanto a cirugías específicas como torácicas o urólogas, que son con las que más contacto tengo, no ha habido problemas más allá de cubrir las vacaciones como todos los años.
¿Qué impacto ha tenido la Covid-19 en los cirujanos?
Pues al principio miedo. Con las medidas de protección ya evitamos los contagios, pero entró el miedo a que se nos colara un positivo en planta de Cirugía y hubiera una infección dentro del hospital, tuvimos que poner medidas para evitarlo o para que entraran asintomáticos en quirófano. El problema de operar a alguien que tiene Covid es que si después desarrollaban la enfermedad en el postoperatorio se agravan las comorbilidades y las complicaciones. Por eso tuvimos que hacer los protocolos para testar a los pacientes antes de las cirugías, por lo que hemos tenido muchos retos en ese sentido.
El mayor reto ha sido operar un paciente Covid, porque al principio no teníamos los medios necesarios, ni sabíamos qué medidas de protección debíamos tener. Nosotros desde la AEC lanzamos una serie de recomendaciones con la poca evidencia científica que existía para transmitirle a nuestros compañeros cómo debían protegerse en quirófano. Lo importante es que esas recomendaciones al final se utilizaron en todo el mundo: Estados Unidos, Europa, en Latinoamérica, dimos charlas en Asia. Y luego se han hecho muchas estrategias que han permitido salvar el colapso de los hospitales y el cierre de camas, así como multitud de obstáculos, principalmente durante la primera ola.
Ahora mismo nuestro reto es operar lo máximo posible
Y actualmente ¿qué retos hay?
Ahora mismo nuestro reto es operar lo máximo posible y concienciar a las instituciones de que hay que duplicar quirófanos, operar los sábados, abrir mañanas y tardes, firmar conciertos con la privada para llevar pacientes. En definitiva, utilizar todos los recursos posibles. Además, lo que he dicho al principio, es necesario aumentar los diagnósticos y diagnosticar a aquellos que no se han podido por falta de pruebas o por la situación de la Atención Primaria.
¿Cómo se va adaptando la cirugía a las nuevas tecnologías?
Las nuevas tecnologías son espectaculares y nos están permitiendo aumentar el grado de seguridad y eficiencia en las cirugías. La robótica, la cirugía guiada por la imagen… están llegando a los hospitales como una realidad, ya no son la ciencia ficción de hace 10 años. Ahora es accesible a muchos centros y va a cambiar la cirugía que conocíamos hasta ahora.
Recientemente la Asociación ha acreditado la primera Unidad de Cirugía de Urgencias y Trauma, ¿qué criterios mínimos ponéis para la acreditación?
Desde la AEC hemos llevado a cabo un Programa de Acreditación de Cirugía Especializada. Ahora nos encontramos en primera fase con la acreditación de las Unidades de Cirugía de Urgencias y Trauma, y de Endocrina. Nuestro objetivo es que en los siguientes cuatro años saquemos una acreditación por cada especialidad, porque pensamos que esta acreditación aumenta la calidad asistencial. Las Unidades miran sus resultados, los analiza y registra, y los compara, eso, sumado a la investigación, hace que luchen por tener mejores resultados. Es uno de nuestros grandes proyectos con el que esperamos mejorar la atención asistencial.
¿Cómo está la situación de la cirugía especializada española con respecto al resto de Europa?
Tenemos grandísimos profesionales que además han roto la barrera que existía anteriormente con el idioma. Están muy bien considerados en Europa y, de hecho, el nivel de publicacioneso de reconocimientos es muy alto.