El doctor Gosálvez es licenciado en Ginecología y Obstetricia. Comenzó su trayectoria profesional en el Hospital 12 de Octubre de Madrid, donde se especializó en reproducción asistida de la mano del doctor José Antonio Ruiz Balda, uno de los pioneros de esta especialidad en España. Desde su creación en 2007, es director de la Unidad de Reproducción Asistida de los centros Quirónsalud de Madrid.
Dirige un equipo multidisciplinar formado por ginecólogos, embriólogos, coordinadores y ayudantes en consulta. Su atención se caracteriza por un abordaje multidisciplinar y personalizado de cada caso, una clara vocación investigadora y un especial cuidado y atención al paciente.
ConSalud.es charla con Antonio Gosálvez Vega, director de la Unidad de Reproducción Asistida del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid y Quirónsalud San José.
¿Cómo es el sector de la reproducción asistida en España?
Los primeros tratamientos de reproducción asistida en España comenzaron en los años 80. En ese momento, ni siquiera había el conocimiento de esta ciencia, por eso se incorporó como pequeñas unidades dentro de grandes hospitales. El Instituto Dexeus de Barcelona y el Hospital Doce de Octubre fueron los pioneros en medicina privada y pública.
También, se comenzaron a abrir pequeñas clínicas privadas donde se ofrecían estos servicios que estuvieron en auge durante los 80 y 90, porque en aquel momento las técnicas eran muy mecánicas, se compraban las máquinas y solo se dependía de un operador. A partir de los 90 empezó a haber un desarrollo tecnológico brutal, con la aparición de tecnología que hace imposible que un centro pequeño subsista. El número de tratamientos al año que hay que hacer para poder contar con la última tecnología debe ser muy grande y eso lleva a que se evolucione en el sector, de centros pequeños a clínicas más grandes.
"La reproducción asistida está encaminándose hacia un modelo en donde la cantidad acaba siendo más importante que la calidad"
Otro factor que ha afectado muchísimo a la reproducción ha sido el cambio del modelo económico. Los fondos de inversión se han fijado en la salud y al igual que ocurre con las clínicas oftalmológicas o las odontológicas, la reproducción asistida está encaminándose hacia un modelo en donde la cantidad acaba siendo más importante que la calidad.
Los especialistas en reproducción asistida siempre remarcan que se trata de un proceso necesariamente individualizado. ¿Esto se estaría perdiendo con la aparición constante de clínicas y franquicias?
Exacto. Hemos pasado de centros que ofrecían calidad a cada vez más clínicas con un gran marketing pero con menor calidad real. Por ejemplo, ya existe un modelo de intermediación en la que unos potentes equipos financieros y de marketing han abierto pseudoclinicas de reproducción a pie de calle, en centros comerciales y grandes superficies, donde un comercial convence a las personas para financiar tratamientos -incluso antes de haber sido valorados por un especialista- subcontratando los procesos con otras clínicas en dificultades económicas a un precio tan bajo que impide la calidad.
Coexisten muchos modelos diferentes: hay centros que abogan por el puro marketing y otros que están centrados verdaderamente en la alta calidad en los resultados clínicos.
¿Se pierde calidad?
La reproducción asistida es un asunto de pareja, lleno de emociones y frustración que requiere un enfoque emocional brutal desde el minuto uno. Tú nunca irías a un centro sanitario a que te operen de un cáncer porque es más barato que otro, al revés, buscarías calidad. Esta idea no acaba de estar clara entre los pacientes que quieren acudir a la reproducción asistida. Se está derivando hacia el mercadeo: si no te quedas embarazada, te devuelvo tu dinero… El paciente no se da cuenta y se cree que los profesionales que trabajamos en la reproducción asistida somos comerciales de productos. Esto no es así.
"Hay que poner el bienestar del paciente por encima del propio y no hacer marketing con las cuestiones médicas"
¿Qué se debería hacer para no caer en la mercantilización del sector?
Es esencial que las autoridades sanitarias ayuden a que la Medicina no esté liderado por los fondos de inversión. Hay que poner el bienestar del paciente por encima del propio y no hacer marketing con las cuestiones médicas. Tenemos que vivir de la curación del paciente, no de su enfermedad. La medicina no se puede regir solo por la ley de oferta y demanda.
¿Cuál es el secreto de que sean de las unidades de reproducción asistida de las más conocidas en España?
El modelo de reproducción asistida en Quironsalud es integral y atiende todas las necesidades de las parejas en el centro hospitalario, lo que permite que los procesos sean fluídos y garantiza su calidad en el soporte técnico.
Ha habido un cambio en la demanda de tratamientos de reproducción en los últimos años. Además de la fertilidad en pareja, ayudamos a la preservación de óvulos por motivos sociales u oncológicos y también a la maternidad de los nuevos modelos sociales: familias monoparentales o bien con dos madres. La que mayor crecimiento está teniendo es el embarazo de la mujer monoparental. Antes era excepcional y ahora es un tercio de nuestro trabajo. La mujer ha independizado su proceso de maternidad de su supuesta pareja.
¿La tecnología ha jugado un papel fundamental?
Claramente. El permitir preservar los óvulos congelados ha reinventado la profesión, ofreciendo una enorme capacidad tecnológica y cada vez con más herramientas y estudios clínicos que apoyan los nuevos procesos de fertilidad.
"La mujer tiene que entender que debe quedarse embarazada cuanto antes, que la juventud es una virtud para ser madre"
¿Qué retos tienen como profesionales?
Hay un gran reto fundamental que es conseguir que la mujer entienda que debe quedarse embarazada cuanto antes, que la juventud es una virtud para ser madre. La frase que más me comentan las pacientes al llegar a la consulta es “si eso lo hubiese sabido yo antes…”, porque en general acuden a una edad ya muy avanzada.
La fertilidad de una mujer de 20 años es completamente diferente a la de una de 30. Se pierde capacidad a medida que pasan los años. Hay que concienciar a las mujeres en este sentido y que entiendan que aunque físicamente se vean bien aun con el paso de los años, el cuerpo envejece por dentro y esto disminuye su posibilidad de ser madre.
El segundo gran reto es mantener una reproducción asistida de calidad a unos costes reducidos. La tecnología incrementa la eficacia pero también los costes y esto llevaría a que algunas pacientes no puedan seguir luchando por su sueño de ser madre