Ahora que las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) vuelven a estar en el foco por el incremento de la presión hospitalaria de esta tercera ola, lo que demuestra que la Medicina Intensiva está cobrando un importante protagonismo debido a la pandemia de Covid-19. ConSalud.es charla con Ricard Ferrer, presidente de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc), para conocer cómo están viviendo esta crisis sanitaria y qué hoja de ruta que tiene para los próximos años.
Ricard Ferrer es jefe del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Universitario Vall d’Hebron y jefe del Grupo de Investigación Shock, Disfunción Orgánica y Resucitación (SODIR) del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR).
Desde su directiva han tratado de incrementar la oferta formativa para que haya muchos más cursos para intensivistas y sanitarios de otras especialidades y considera que la pandemia puede ser la oportunidad, y de hecho ya se ha visto en algunas unidades, para hacer de las UCI lugares mejores y más equipados, con la asignatura pendiente de que se habiliten más plazas de residentes para que haya más intensivistas.
¿Cómo lleva su elección como presidente de la Semicyuc en un mandato que estará marcado por la Covid-19?
Ha sido en un momento muy intenso pero muy interesante desde el punto de vista científico. Lógicamente este compromiso es para dos años y uno jamás espera que para este periodo pueda suceder algo como la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2, es el mayor reto que los intensivistas hemos tenido en nuestra historia.
Desde el punto de vista de la sociedad científica, hemos intentado garantizar la formación continuada sobre la Covid-19 pero al ser una enfermedad desconocida ha habido que actualizarla constantemente, con webinars semanales durante la primera ola de Covid-19 y coincidiendo con el momento de máxima carga de trabajo.
Además, hemos tenido que ir acompañando a los jefes de servicio de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) facilitándoles entornos en los que pudieran discutir y compartir experiencias para poder avanzar en el tratamiento y la gestión de los servicios de Medicina Intensiva en un momento en que se dispara el número de pacientes críticos.
"La pandemia del coronavirus SARS-CoV-2, es el mayor reto que los intensivistas hemos tenido en nuestra historia"
Como profesional ha sido el mayor reto que he afrontado nunca, como sociedad científica también. Ha sido una experiencia agotadora pero al mismo tiempo muy interesante y reconfortante porque la sociedad en general ha visualizado que la Medicina Intensiva la componen profesionales vocaciones, muy luchadores, que jamás tiran la toalla y que han salvado miles de vidas en este país.
Para mí, ser presidente de esta organización y representarlos, es todo un honor.
¿Qué retos y objetivos tiene al frente de la Semicyuc? ¿Ha cambiado la Covid-19 su hoja de ruta?
Evidentemente, no todo tiene porque estar centrado en la Covid-19 y entonces nosotros hemos de seguir con nuestro plan estratégico que empezó en 2019 y está fijado para cuatro años. De hecho, ya comenzamos a ejecutarlo, cambiando nuestra sede como sociedad científica que nos permitirán mayores reuniones presenciales, impartir cursos formativos con una mayor capacidad de asistencia, talleres…
Otro reto importante para nosotros era acercar la Medicina Intensiva y esta organización a los intensivistas más jóvenes y, en este sentido, ya hemos puesto en marcha un grupo transversal de la sociedad científica que se llama Semicyuc Joven y que está constituido por los residentes y adjuntos más jóvenes. Se les dota así de un espacio propio ayudándoles a focalizar las actividades que puedan ser de interés para estas nuevas generaciones.
"La Covid-19 ha acelarado la aplicación de las nuevas tecnologías en las sociedades científicas, digitalizando los congresos y formaciones médicas"
Además, también se ha constituido un grupo para erradicar la brecha de género, con el fin de que las mujeres intensivistas participen más activamente en los órganos directivos de la sociedad y en las actividades que realizamos.
Asimismo, contamos con un gran reto para este año que es organizar nuestras jornadas y congresos en formatos que se adapten a la pandemia que estamos viviendo.
La Covid-19 ha venido a acelerar este proceso, aunque era algo que ya debía de suceder con la aplicación de las nuevas tecnologías y facilitando que no todo tenga que ser presencial. El coronavirus ha adelantado todo esto que estaba previsto, digitalizando los congresos y formaciones médicas.
¿Tienen muchos proyectos en marcha?
La verdad que no hemos parado. Pusimos en marcha en España del programa de formación C-19 Space de la Comisión Europea, por el que otros especialistas se forman en temas de Medicina Intensiva para poder ayudar con garantías en las UCI.
Durante las diferentes olas de la epidemia tenemos que incorporar a otras especialidades médicas para trabajar con nosotros porque realmente la actividad asistencial en las UCI se triplica, en la segunda ola se ha duplicado como mínimo. Estos profesionales sanitarios los buscamos en especialidades que tengan competencias cercanas a las nuestras pero lógicamente hay que darles la formación complementaria, no para que sean intensivistas, porque se trata de una especialidad que requiere 5 años de formación, pero sí un curso con las competencias imprescindibles para trabajar en una UCI.
"Para garantizar la mejor atención sanitaria posible en estos momentos, la única manera es contando con equipos multidisciplinares liderados por intensivistas"
En este sentido, estamos trabajando con la Sociedad Europea de Medicina Intensiva en formar a profesionales, tanto médicos como enfermeros no especializados en Cuidados Intensivos, para que puedan incorporarse a la lucha contra la Covid-19 en las UCI.
Se trata de garantizar que la atención sanitaria sea la mejor posible y la única manera es con equipos multidisciplinares liderados por intensivistas. No podemos dar pacientes a su cargo a estps otros especialistas sin tener experiencia previa, por eso se les integra para que sean de ayuda.
El doctor Ricard Ferrer, jefe del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Universitario Vall d’Hebron. (Foto. Semicyuc)
¿Cómo se han coordinado con el Ministerio de Sanidad?
Ha sido una situación complicada. Debido a la crisis sanitaria causada por el coronavirus y de haber decretado el Estado de Alarma, el Ministerio de Sanidad asume unas competencias que antes no tenía y lo lógico es que necesite asesoramiento. Hemos participado en todas las comisiones que se nos ha pedido, en alguna más activa que en otra, sobre todo en las compras de equipamiento sanitario durante los meses de marzo y abril.
Debido a la emergencia que había, el soporte que prácticamente teníamos para coordinarnos era un grupo de Whatsapp porque requería mucha agilidad en la toma de decisiones. Se entendía que no se podía hacer de la forma habitual, era un grupo de Whatsapp que estaba activo sábados, domingos y festivos. Evaluábamos el equipamiento que podría ser adquirido, aconsejando al Ministerio en cuáles serían las mejores compras.
Hemos estado participando también las comisiones creadas para el tratamiento de la Covid-19. Encantados de participar porque entendemos que somos la referencia del paciente crítico.
¿Y cómo se encuentra de salud la especialidad de Medicina Intensiva en España?
Estamos en un momento dulce porque se ha visibilizado de una forma muy evidente cuál es el papel de los intensivistas. Creo que siempre ha sido una especialidad médica que no ha sido reconocida al 100% por la sociedad, mucha gente no sabría explicar antes qué es un intensivista y ahora, con esta exposición ante los medios de comunicación que hemos tenido estos meses, la especialidad ha adquirido una gran relevancia social.
La gente ha entendido que estamos para cuidar al paciente más grave, que la UCI no es un lugar en donde los pacientes se van a morir sino que da vida. La gran mayoría de los pacientes entran muy graves pero salen bien y, por lo tanto, nos hemos ganado el prestigio y el reconocimiento social. Los intensivistas y las UCI están para dar vida.
La Medicina Intensiva es una especialidad con una gran vocación científica y de conocimiento, de hecho, se han publicado centenares de artículos sobre la Covid-19. Hemos participando en equipos internacionales y multidisciplinares, trabajando codo con codo otros especialistas para dar todo lo mejor de nosotros con el fin de parar a este virus.