La situación cercana al colapso que han atravesado las residencias de mayores a causa del coronavirus Covid-19 en España es una de las imágenes que quedará para la posteridad tras superar esta emergencia sanitaria.
Oficialmente se conocen muy pocos datos sobre el número de mayores fallecidos y de contagiados de Covid-19 en las residencias de ancianos, no todas las comunidades autónomas han hecho el recuento, no todas se lo han trasladado al Ministerio de Sanidad.
Esa es la conclusión que este diario extrae de la conversación mantenida con Cristina Alonso Bouzón, la presidenta de la Sociedad Española de Medicina Geriátrica (Semeg), protagonista de la 'La Entrevista' de ConSalud.es.
Alonso Bouzón es geriatra, con más de quince años de experiencia clínica e investigadora. En su amplia trayectoria profesional, destaca su papel como asesora regional de Envejecimiento Saludable en la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (2017-18) promoviendo la implementación de la Estrategia y Plan de Acción Global de Envejecimiento y Salud 2016-2020.
¿Cuál es el balance qué hace de la situación de las residencias de ancianos en España?
El balance, a falta de una evaluación calmada, parece francamente malo. El número de personas mayores fallecidas en residencias, más de 16000, y, especialmente la manera en cómo han sucedido las cosas en algunas de estas residencias es desolador. Si realmente queremos una sociedad que no deje a nadie atrás no podemos admitir que pasen estas cosas.
"Han fallecido más de 16.000 personas mayores, la manera en cómo han sucedido las cosas en algunas de estas residencias es desolador"
Estamos dejando atrás a muchas personas mayores. Es cierto que otros países como Francia, Italia e Inglaterra están teniendo cifras y situaciones también devastadoras en residencias.
Compararnos con estos países no convierte en admisible algo que no lo es. Hay muchos centros residenciales en los que se han puesto en marcha estrategias efectivas de prevención y manejo de coronavirus. Por lo tanto, si hacerlo bien es posible, no es tolerable no trabajar en mejorar.
¿Se conoce el número real de fallecidos? ¿Y de contagios?
Lamentablemente no. Los tests no han estado disponibles para todas las personas de residencias. Muchas personas fallecidas tenían hecho diagnóstico de sospecha, pero no llegaron a ser confirmados. Y en la actualidad, todavía no se han realizado los tests al 100% de los residentes, para saber si han pasado la infección, la tienen activa o no la tienen.
"Todavía no se han realizado los tests al 100% de los residentes, para saber si han pasado la infección, la tienen activa o no la tienen"
A estas alturas, esto es fundamental para poder organizar los centros residenciales. Siendo como son centros con alto índice de contagio, en los que vive una parte de la población de mayor riesgo, testar a todos los residentes es algo prioritario.
¿Es una cuestión de gestión de las comunidades autónomas? ¿Cómo les están ayudando?
La responsabilidad es compartida. Por supuesto las comunidades autónomas tienen parte de responsabilidad. Debería ser una prioridad la actualización y, especialmente, aplicación de normativas específicas para residencias de personas mayores que garanticen un envejecimiento saludable de los residentes.
Normativas centradas en mejorar o mantener la calidad de vida de las personas mayores y no en los intereses de los gestores. Normativas que aseguren un ratio adecuado entre personal y residentes, con unas adecuadas condiciones laborales y una formación actualizada, adaptada a las últimas directrices internacionales.
"Las CC.AA tienen parte de responsabilidad en lo ocurrido en las residencias a causa del coronavirus, pero no podemos olvidarnos de las empresas gestoras"
Normativas enfocadas en mejorar la manera de trabajar en estos centros coordinándolos con el sistema sanitario, contribuyendo a integrar la atención recibida.
Pero no podemos olvidarnos de las responsabilidades de las empresas gestoras, de los profesionales, de las personas mayores y sus familiares y de los diferentes ministerios implicados.
¿Qué le parece que el Ministerio de Sanidad no informe sobre el número de fallecidos en las residencias?
No es posible decir el número de fallecidos por coronavirus en residencias. Por esa falta de acceso a los tests de la que hemos hablado, se podría decir el número total de fallecimientos en residencias en estos meses y para ello simplemente se precisaría de la colaboración de las comunidades autónomas.
¿Qué recomendaciones realiza SEMEG en estos momentos?
Desde la SEMEG lanzamos dos recomendaciones principales: la primera, mejorar la coordinación de la residencias con el sistema sanitario para reforzar y facilitar el acceso de las personas mayores institucionalizadas a una atención médica de calidad, que incluya acceso a una atención especializada.
Lamentablemente, en pleno siglo XXI, la mayoría de las personas mayores de nuestro país no tienen posibilidad de ser evaluados y tratados, si lo precisan, por geriatras.
"Hay que garantizar que se asegure un ratio adecuado de trabajadores cualificados por residente"
La segunda, actualizar y aplicar la regulación sobre los servicios prestados en las residencias, monitorizando de manera efectiva la atención mediante parámetros de atención centrados en calidad de vida y no meramente en parámetros de gestión. Garantizar que se asegure un ratio adecuado de trabajadores cualificados por residente.
¿Qué se podría haber evitado? ¿Cómo? ¿Test rápidos?
La verdad es que estos problemas eran conocidos. Tenerlos abordados hubiese facilitado estrategias más efectivas de prevención y manejo en todas las residencias y eso hubiese tenido repercusión no sólo en el número de casos y de muertes sino también en la manera de sufrir la enfermedad y fallecer. Todas las personas mayores tienen derecho a una atención de calidad.
¿La Covid-19 tiene el mismo índice de letalidad para todos los mayores?
No, la letalidad de la enfermedad por SARS-CoV2 depende de la gravedad de la misma, pero también de la reserva funcional, de la resiliencia de la persona mayor que la sufre.
Igual que con otras enfermedades, parece que a una misma gravedad de la Covid-19, ésta producirá mayor letalidad en aquellas personas con mayor dependencia. Y al contrario, personas mayores robustas, con funcionalidad equiparable a personas adultas tendrán más probabilidad de superar la enfermedad.
¿Le consta que se hayan denegado el acceso a UCI o a tratamientos a los mayores en hospitales por cuestiones de edad?
En pleno pico de pandemia, la limitación de determinados recursos materiales como los respiradores hizo que se tuviese que trabajar en criterios de priorización para ingreso en UCI.
"La falta de respiradores hizo que se tuviese que trabajar en criterios de priorización para ingreso en UCI"
Desde la SEMEG hemos defendido no limitar el acceso simplemente por cuestiones de edad, sino teniendo en cuenta la reserva funcional, las enfermedades del paciente y la expectativa de vida con calidad de vida teniendo en cuenta el tratamiento en UCI. No hacerlo de esta manera implicaría una clara discriminación por edad
¿Cómo se podrá prevenir que las personas mayores sufran un menor impacto de la infección en los próximos meses hasta que se consiga una vacuna?
Es primordial trabajar en una desescalada progresiva, ajustada para todas las personas mayores independientemente de su reserva funcional y del lugar donde vivan a la vez que se refuerzan los sistemas de salud para que estén listos con todo lo necesario para atenderles.
Repensar el sistema de salud, adaptarlo a los usuarios (en su mayoría personas mayores) es una prioridad que esta pandemia ha vuelto a poner sobre la mesa. Este es uno de los objetivos de la Estrategia Global de Envejecimiento y Salud, promovida por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Como digo, una prioridad que si no se asume no dejará de dar malas noticias.
¿Qué se puede aprender de esta pandemia?
Que la atención sanitaria de las personas mayores institucionalizadas no se está tratando con la prioridad que se merece. No tenemos tiempo que perder y debemos utilizar esta desescalada para empezar a trabajar en los cambios necesarios para, haya nuevo brote o no, la atención de las personas mayores que viven en residencia sea una atención de calidad con acceso a atención sanitaria que precisan.