La pandemia de Covid-19 ha puesto a prueba nuestra salud mental. Madrid es una de las comunidades autónomas que ha desarrollado planes específicos para canalizar las posibles necesidades derivadas de la pandemia. Así, la Oficina Regional de Salud Mental y Adicciones de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, que lidera la psiquiatra Mercedes Navío, puso en marcha en mayo de 2020 el Plan de Respuesta Asistencial prioritaria para la post-crisis por coronavirus, que ya ha atendido a más de 10.000 pacientes. Desde Consalud nos hemos puesto en contacto con Mercedes Navío para conocer con más detalle las actuaciones de la comunidad en este ámbito y el impacto y costo mental de esta crisis sanitaria entre los madrileños.
¿Podría darnos más detalles acerca de este plan para la post-crisis por coronavirus?
Fue un plan específico para atender el impacto que preveíamos que la pandemia iba a tener en el ámbito de la salud mental. Este plan, aún vigente, se unía al Plan de Salud Mental 2018-2020 que ha sido también ejecutado en su totalidad. Identificamos poblaciones que considerábamos que iban a tener un especial impacto durante la pandemia, como son pacientes especialmente afectados en intensidad por la enfermedad Covid, profesionales de primera línea por toda la situación de estrés al que estaban sometidos. Así como personas que perdieron a familiares por el virus y en proceso de duelo.
¿Por qué decidisteis centraros en estos tres grupos de población?
Según la bibliografía previa de respuesta a crisis, tanto infecciosas como de otros orígenes con potencial traumático y catastrófico, estas poblaciones potencialmente podían experimentar un daño mayor. Es por esto por lo que seleccionamos a estos grupos, a la vez que manteníamos especial énfasis en la atención continuada que ya tenían una vulnerabilidad previa por trastornos mentales o situaciones complejas de exclusión. Tales como mujeres víctimas de violencia de género, personas con autismo, con discapacidad intelectual…Tenemos además un equipo para personas que están en situación de exclusión social en la calle. En resumen, intensificamos lo que ya teníamos y además pusimos en marcha con carácter extraordinario este Plan.
"Con los datos de los que disponemos a día de hoy, no podemos decir que haya habido un incremento del suicidio consumado"
¿Somos más frágiles a nivel mental que antes de la pandemia?
No es que seamos más frágiles, sino que hemos acusado el impacto y eso supone un factor de riesgo para poder sufrir determinadas patologías mentales. Era muy importante adelantarnos a la amortiguación de los factores de riesgo, ya que una atención temprana minimiza el impacto traumático y permite que las consecuencias o no aparezcan o lo hagan en menor intensidad. Así como reforzar los factores protectores o fortalezas. Ese era otro de los objetivos de la filosofía de este Plan.
¿Y cuáles serían esas fortalezas de las que disponemos?
En salud mental se sabe que los factores protectores son una red sociofamiliar efectiva y, por el contrario, las situaciones de aislamiento o de exclusión son factores de riesgo, con carácter general. En salud mental, la proximidad y la calidad de los vínculos nos protegen ante situaciones de adversidad. Como para prevenir el contagio necesariamente teníamos que limitar ese contacto o plantearlo de otra forma teníamos que intentar por todos los medios que esta situación tuviese las menores consecuencias posibles.
Cuáles fueron los principales problemas y síntomas que habéis tenido que atender en pandemia
La sintomatología más frecuente ha formado parte de los llamadostrastornos de ansiedad y que incluyen el insomnio. Estos factores de riesgo general de salud mental inciden también en la posibilidad de que pudiera haber un incremento del suicidio. Hemos detectado un incremento de la conducta suicida, aunque la buena noticia es que, en la medida en que lo hemos detectado, hemos puesto énfasis en que el seguimiento fuera intensivo y la continuidad asistencial se garantizara. De tal forma que, con los datos de los que disponemos a día de hoy, no podemos decir que haya habido un incremento del suicidio consumado.
¿Podemos decir que existe un menor estigma relativo a la salud mental?
Creo que efectivamente hay menos estigma con carácter general, aunque todavía existe, pero va debilitándose. En el último lustro ha habido un cambio de tendencia, aunque todavía queda camino por recorrer. Es clave hablar de salud mental y de prevención del suicidio en términos constructivos, en poder llevar a una persona que está pensando en ello un mensaje de esperanza y que podamos persuadirle de que si necesita ayuda, la pida.
Y dejar claro que todos los trastornos de los que hemos estado hablando tienen tratamiento
Claro que tienen tratamiento y es muy importante que eso sea percibido de esa forma. Afortunadamente, los problemas de salud mental tienen solución en un porcentaje altísimo de los casos. Le puede pasar a cualquiera, pero sin deslizarnos al otro extremo, que sería banalizar el problema, desdibujarlo o generar mucho ruido en torno a él. Creo que globalmente el abordaje de los problemas de salud mental está siendo cada vez más acertado.