Estamos ante una nueva generación de tratamientos contra el cáncer que marcarán un antes y un después, como han definido diferentes expertos en Oncología en distintos encuentros durante los últimos años. Estos fármacos, inmunoterapia, anticuerpos monoclonales y terapias CAR-T, son posibles en gran medida a una herramienta que se ha convertido en el pilar de la Medicina de Precisión: los biomarcadores.
“A día de hoy suponen una información más en la toma de decisión de tratamiento, hasta el punto de que el diagnóstico no está completo hasta que no se han analizado determinados biomarcadores porque se sabe que pueden cambiar la manera en la que tratamos los tumores”, explica a Consalud.es el Dr. Rodrigo Sánchez-Bayona, secretario científico de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y oncólogo médico en el Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid.
“Ayudan a seleccionar qué pacientes se pueden beneficiar más de un tratamiento y, también, cuáles no, lo que evita un gasto innecesario de tiempo y de recursos”
En los últimos años la incorporación de estas mutaciones a la investigación para el desarrollo de nuevos tratamientos es ya “de vital importancia”. “Ayudan a seleccionar qué pacientes se pueden beneficiar más de un tratamiento y, también, cuáles no, lo que evita un gasto innecesario de tiempo y de recursos”, indica el Dr. Sánchez Bayona.
HAY QUE SEGUIR INVESTIGANDO
Está habiendo un importante avance en conocer con todo detalle, con su nombre y apellido, a los distintos tipos de tumores. Contamos actualmente con biomarcadores para unos 30 tipos de cáncer, estos o bien aportan información sobre el mejor o peor pronóstico de la enfermedad, o bien permiten determinar la probabilidad de respuesta a un tratamiento.
Es común ver distintos estudios que han encontrado nuevos biomarcadores, como un grupo de mutaciones que contribuyen a la progresión de alrededor del 10% de los cánceres humanos y pueden utilizarse para predecir la supervivencia de los pacientes, como señalaron investigadores de la Universidad de California en una investigación publicada en la revista ‘Nature’. O el descubrimiento de la Universidad de Santiago de Compostela de nuevos biomarcadores para la detección de cáncer colorrectal y de cabeza y cuello.
Actualmente, un 20-25% de tumores se encuentran sin un biomarcador claro, ejemplo de ello son los sarcomas o los tumores cerebrales
El hallazgo de un catálogo de 166 biomarcadores pronósticos, generados mediante el análisis de los ARN no codificantes largos (lncRNA), poco estudiados en la investigación del cáncer, en el que se incluye uno muy eficaz para clasificar los gliomas (cánceres cerebrales) como de bajo o alto riesgo, según escribieron investigadores del Ontario Institute for Cancer Research, ha sido también una gran noticia. “Se ha avanzado mucho, principalmente en los tumores más frecuentes como son el de mama, pulmón, próstata y colorrectal”, indica el Dr. Rodrigo Sánchez-Bayona. En este sentido se han hallado biomarcadores que predicen la respuesta a la inmunoterapia, algo que ha cambiado el abordaje de tumores como el de pulmón, que ha duplicado actualmente su supervivencia a dos años y que se ha convertido en el caso más emblemático de la actual Medicina de Precisión.
Con todo, actualmente, un 20-25% de tumores se encuentran sin un biomarcador claro, ejemplo de ello son los sarcomas o los tumores cerebrales, señala el Dr. Sánchez Bayona. La investigación a de continuar para dar respuesta a aquellos cánceres que todavía no cuentan con esta herramienta esencial para ser abordados con Medicina de Precisión. “Investigar en biomarcadores es dar con una mejor selección de tratamiento para cada paciente”, en palabras del Dr. Sánchez Bayona.