"Curioso y singular". Así define Manuel Cascos, presidente del Sindicato de Enfermería (Satse), el nuevo curso político que acaba de comenzar. Con el objetivo de conocer las líneas de actuación y su visión acerca de la actualidad sanitaria, ConSalud.es ha charlado con el máximo responsable de una organización sindical que representa a los 280.000 enfermeros y enfermeras que desarrollan sus funciones asistenciales en España.
¿Cómo afronta el Sindicato de Enfermería el nuevo curso político?
Es un nuevo curso político curioso y singular. Nosotros lo abordamos con ilusión y fortaleza, con el objetivo de trabajar por los profesionales de Enfermería y Fisioterapia, que son los sanitarios a los que nos debemos. Creo que, en este nuevo curso político que se nos viene, van a ser decisivos los próximos meses. Hemos pasado muchos años de recortes y ya estamos trabajando, como es nuestra obligación, en todos los órganos de decisión y de negociación para alcanzar las metas que nos hemos propuesto.
A nivel político, considero que el tiempo de descuento ha finalizado. Ha llegado el momento de materializar los grandes temas que tenemos pendientes. En ese sentido hay una prioridad que, para nosotros, es altamente relevante: La falta de enfermeros y fisioterapeutas.
¿En qué punto se encuentra el nuevo Real Decreto de prescripción enfermera?
La prescripción enfermera está, en estos momentos, esperando el informe del Consejo de Estado. Si el informe es positivo irá al Consejo de Ministros y, acto seguido, al Boletín Oficial del Estado (BOE). Hay que recordar que el acuerdo se firmó en octubre del año pasado, junto a representantes de Medicina y del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Un año después, en octubre de 2018, seguimos sin ver este Real Decreto.
"Si esta norma no está en la calle cuando empiece la campaña de vacunación contra la gripe, se va a crear un tremendo conflicto asistencial y se va a poner en una situación de indefensión a profesionales y pacientes"
Hay una cuestión que me gustaría destacar: Sería una temeridad y una irresponsabilidad que, quien tenga la capacidad de agilizar el Real Decreto, no lo haga. Si esta norma no está en la calle cuando empiece la campaña de vacunación contra la gripe, se va a crear un tremendo conflicto asistencial y se va a poner en una situación de indefensión a profesionales y pacientes.
En diciembre de 2017, la Mesa de la Profesión Enfermera, integrada por el Consejo General de Enfermería (CGE) y Satse, denunció el "incumplimiento sostenido" de la normativa sobre bioseguridad. Casi un año después, ¿se ha producido algún avance?
No, no se han producido avances significativos. Algunas comunidades autónomas, como Castilla-La Mancha, han avanzado en su intención de mejorar esta situación. Sin embargo y de manera troncal, no hay grandes avances. La bioseguridad es un tema que nos preocupa, porque se pone en riesgo la salud de los profesionales de Enfermería, que son los sanitarios que más riesgo asumen. Desde la Administración Pública no se está haciendo todo lo que se debería para proteger la salud de sus profesionales.
En el ámbito político, ¿qué esperan de la nueva ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, María Luisa Carcedo?
Acaba de llegar, por lo que tenemos que darle un margen de confianza. Evidentemente, como de cualquier ministra o ministro, esperamos diálogo, consenso y, sobre todo, iniciativa y realidades. Las palabras y las buenas intenciones están muy bien, lo agradecemos, pero ha llegado el momento de materializar proyectos e iniciativas. La sanidad pública y sus profesionales lo necesitan y lo merecen.
No podemos olvidar que Sanidad, con tres cambios de ministras en un año, ha paralizado su actividad, lo que repercute en la actividad asistencial y en la situación de los profesionales. María Luisa Carcedo debe desatascar, con protitud, asuntos como el Real Decreto de prescripción enfermera o temas que ya habían sido acordados con Dolors Montserrat. Es el caso de la creación del Observatorio de la Mujer en el ámbito sanitario para que, de alguna manera, exista alguna herramienta para resolver el sexismo y los estereotipos en las profesiones sanitarias.
¿Qué opinión le merece la denominada Farmacia Comunitaria?
Lo hemos dicho de todas las maneras posibles. La mal llamada Farmacia Comunitaria porque, como tal, no es ninguna especialidad profesional y no está reconocida en ninguna norma. Por tanto, el invento de la Farmacia Comunitaria no es más que una operación de marketing para que suene bien.
Es un negocio lucrativo desvergonzado, carente de escrúpulos. Espero que las distintas consejerías de Sanidad y Salud no se presten a este juego. La salud no es un negocio. Convertir la sanidad pública en intereses lucrativos es inaceptable.
Espero, así mismo, que la ministra Carcedo no esté por la labor de privatizar la sanidad pública a través de la mal llamada Farmacia Comunitaria y que apueste, de manera decidida, por la asistencia pública. Si lo hace, nos va a tener de colaboradores sin ningún reparo, nos ponemos a su entera disposición.
En la Conferencia Enfermera lograron un acuerdo para la creación de una normativa que frene las agresiones a sanitarios. ¿Es el paso definitivo para acabar con estos casos?
La inmensa mayoría de las autonomías han impulsado acciones para frenar una lacra que sufrimos todos. No obstante, existen grandes diferencias en su abordaje: Unas comunidades han promovido un acuerdo, otras un protocolo, algunas tienen ayudas psicológicas, mientras que determinadas regiones ofrecen asesorías jurídicas o botones antipánico en consultas. En suma, es absolutamente disperso el tratamiento de las agresiones.
"Las enfermeras y enfermeros somos los profesionales del cuidado, y el cuidado es la llave para vivir más y mejor"
Una agresión es una agresión, con independencia de donde se produzca, sea en Galicia, Extremadura, Andalucía o Cataluña. Por tanto, la solución debe de partir de la unidad en el tratamiento. En su día, Satse hizo un proyecto de Ley para unificar la actuación en el conjunto del Estado.
Aprovecho la ocasión para tender la mano a la ministra de Sanidad y ofrecerle este proyecto de Ley para que, a través del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, sea una realidad lo antes posible. De esta manera, no habrá distriminación en el abordaje o la prevención de agresiones en nuestro país.
¿A qué retos de futuro se enfrenta Enfermería a medio plazo?
Enfermería tiene que jugar un papel muy relevante en la sanidad de nuestro país, con una población cada vez más envejecida y dependiente. Evidentemente, esto hay que hacerlo compatible con los nuevos roles profesionales: Estoy hablando de cirugía menor para Enfermería, el triaje para Enfermería o la Enfermería escolar.
Las enfermeras y enfermeros somos los profesionales del cuidado, y el cuidado es la llave para vivir más y mejor. Enfermería lo tiene claro, lo que no sé es si ocurre lo mismo con los distintos gobiernos autonómicos: Las enfermeras y enfermeros somos los profesionales sanitarios del presente y del futuro.
¿Qué le diría a los alrededor de 280.000 enfermeros y enfermeras que hay en España?
Los últimos años han sido tremendamente duros. La pérdida de derechos laborales han perjudicado especialmente a nuestros compañeros y compañeras, que los han sufrido como nadie. Además, el sector sanitario ha sido el que más ha sufrido, con diferencia, los recortes en el ámbito de los empleados públicos.
"La pérdida de derechos laborales han perjudicado especialmente a nuestros compañeros y compañeras, que los han sufrido como nadie"
Todo lo que se nos hurtó, y que los enfermeros han sufrido en sus pieles, debe de ser restablecido. Los compañeros pueden estar muy tranquilos y seguros. Satse seguirá trabajando por todos ellos para consolidar el presente y crear el futuro.
Es nuestra obligación y nuestra responsabilidad. Asumimos la representatividad sindical con vocación. Creemos en ello de manera voluntaria. Por tanto, tenemos que ser honrados con los profesionales y con nuestros propios principios. Y, eso, no vamos a dejar de hacerlo nunca.