"Los pacientes tienen que saber que si hay una negligencia médica, tanto en la sanidad privada como en la sanidad pública, se pueden ganar y se ganan mayoritariamente los asuntos, al menos, en nuestro despacho". Así de rotundo se muestra en una entrevista concedida a ConSalud.es el abogado Javier de la Peña Prado, socio director de Lex Abogacía, despacho especializado en el ámbito del Derecho Sanitario que ha logrado la mayor indemnización impuesta en la sanidad pública en España: 1.300.000 euros.
¿Cómo actúa su despacho ante las principales demandas de sus clientes?
El motivo principal de las consultas en nuestro despacho son de gente que, o bien ellos de forma personal y directa, o bien un familiar suyo, han resultado afectados por una presunta negligencia. Digo presunta porque, en muchas ocasiones, no hay una negligencia médica, sino que existe un resultado negativo que no implica, necesariamente, un error del personal sanitario.
No solo hay que valorar desde un punto de vista jurídico, sino sobre todo y muy especialmente, desde un punto de vista médico. Valoramos si tiene fundamento la reclamación, si en plazo para poder reclamar y donde ha sido la asistencia, en un centro público o privado. Con toda la información se estudia la gravedad de los hechos.
Dos casos extremos a modo de ejemplo. No es lo mismo un error en el consentimiento informado que una equivocación de pierna a la hora de intervenir. El primero de los casos no tendría ningún tipo de recorrido en la jurisdicción penal, mientras que si te has equivocado de pierna y has intervenido una extremidad sana cuando tenías que haber operado otro miembro, es una negligencia prácticamente inexcusable.
¿Existe alguna especialidad en la que exista un mayor número de demandas?
Por nuestra parte hay muchas consultas y acciones legales en Ginecología y Obstetricia. Todo lo que tiene que ver con la atención a la mujer y, sobre todo, en los momentos del parto. Porcentualmente, hay un incremento del número de casos y de reclamaciones en el ámbito de las técnicas de reproducción asistida y las fecundaciones in vitro, servicios médicos cada vez más demandados.
"Porcentualmente, hay un incremento del número de casos y de reclamaciones en el ámbito de las técnicas de reproducción asistida y las fecundaciones in vitro, servicios médicos cada vez más demandados"
Otra de las especialidades con bastante siniestralidad, como decimos en el argot jurídico, es Traumatología. Y luego, no tanto por el número de asuntos, sino por la gravedad de los mismos, existen casos muy importantes en Anestesiología.
El pasado mes de septiembre, Tribunal Superior de Justicia de Canarias confirmaba una sentencia que condenaba al Servicio Canario de Salud a desembolsar la mayor indemnización impuesta en la sanidad pública en España: 1.300.000 euros. Lex Abogacía fue el despacho que llevó el caso. ¿Cómo se desarrollaron los hechos?
Mis clientes, padre y madre, tienen un hijo con una patología que se llama síndrome de Lesch Nyhan. La patología no era exigible haberla detectado, puesto que es una enfermedad rara y no hay análisis previos, como pueda haber en otros casos como un síndrome de Down, donde se desarrolla una amniocentesis y se puede detectar.
Esta es una enfermedad extremadamente agresiva porque, de forma externa, los afectados sufren una parálisis cerebral. Además, tienen un componente, que es terrorífico, que es la automutilación. Se arrancan los dedos, los labios, se muerden la lengua, se golpean contra los quicios de las puertas y, así mismo, son agresivos frente a terceros, tanto a nivel verbal como a nivel físico.
La familia tuvo un segundo hijo. Previamente habían hecho una biopsia corial para ya, ahora sí, detectar si este niño venía o no con la enfermedad. Afortunadamente, se desarrolló la prueba en el segundo hijo y se comprobó que venía libre de esta patología, que es una mutación genética.
En el caso del tercer hijo de mis clientes, los sanitarios hicieron la biopsia corial, igual que con el segundo niño, para evitar que el pequeño viniera con esta patología. Qué ocurre, que las muestras tomadas revelaron que había contaminación por células maternas, de tal forma que la analítica era completamente inválida. De este modo, el resultado no aportaba luz sobre si el feto portaba o no el síndrome, nadie hizo caso a la analítica y el embarazo transcurrió con normalidad. Como consecuencia, ha nacido otro niño en la misma familia con el mismo síndrome que tenía el primer hijo.
La sentencia del juzgado fue de una contundencia absoluta. El Servicio Canario de Salud, de forma totalmente injustificada, recurrió ante el Tribunal Superior de Justicia de Canarias y, lo que ha hecho esta institución en una sentencia muy breve, es confirmar la ya dictada.
La indemnización viene a paliar, parcialmente, el daño a esta familia. No obstante, te anuncio que, a día de hoy, no se ha abonado esta indemnización. Calculo que serán días o semanas, quiero pensar que no se va a demorar mucho.
¿Se han producido en los últimos años cambios significativos en el ámbito del Derecho Sanitario?
Sí. Afortunadamente, cada vez hay una mayor profesionalización. Plantear una demanda en el ámbito del Derecho Sanitario sin buenos especialistas, tanto médicos como jurídicos, es una temeridad. Hay una evolución a mejor, hay especialización.
Junto a ello y desde muy recientes fechas, apenas dos años, el baremo de accidentes de tráfico, que es el que se viene aplicando para negligencias médicas, ha tenido una modificación muy sustancial y se han incrementado las cuantías indemnizatorias. Es un baremo de muy reciente entrada en vigor y no ha tenido, todavía, una gran aplicación práctica, pero creemos que sí la puede tener.
Lejos de suponer un gravísimo quebranto a las aseguradoras, lo que hace es justicia y nos posiciona en la media europea. Antes estábamos, a efectos indemnizatorios, a niveles casi tercermundistas. Este cambio nos ha puesto en una órbita normal.
Una tercera pata de esta mesa, que creo que es positiva, es que los jueces y tribunales cada vez están siendo más permeables a que se tiene que indemnizar con cuantías suficientes. En los últimos años se ha conseguido que las indemnizaciones puedan ser más justas, no hablo de elevadas, simplemente justas. Considero que esta tendencia se está asentando poco a poco.
¿En qué situación llegan los pacientes a su despacho? ¿Cómo se encuentran?
Anímicamente suelen estar muy afectados. Cuando alguien viene a nuestro despacho es porque realmente tiene la percepción, más o menos subjetiva, de que ha sufrido un grave daño por una práctica médica.
Tenemos dos situaciones. A nivel físico, en función del tipo de negligencia, puede ser una situación calamitosa: Tenemos niños en estado vegetativo, personas tetramputadas, gente que está paralítica… Hay gente que tiene unos cuadros dantescos.
"Cuando alguien viene a nuestro despacho es porque realmente tiene la percepción, más o menos subjetiva, de que ha sufrido un grave daño por una práctica médica"
A nivel psicológico existe una grave afectación psicológica, porque ya no es solo lo que el paciente ha sufrido por una negligencia médica, sino también el miedo a cuál va a ser la situación en futuro fomentado, muchas ocasiones, por la falta de información de la que disponen.
¿Qué consejo les daría a los pacientes cuando tienen una demanda de este tipo?
El primero es que se estudie si, realmente, es viable reclamar, porque no son procesos que acaben pronto. Tiene que existir un análisis riguroso del caso y mucha paciencia. Sin embargo, los pacientes tienen que saber que si hay negligencia, tanto en la sanidad privada como en la sanidad pública, se pueden ganar y se ganan mayoritariamente los asuntos, al menos, en nuestro despacho.
Cuando iniciamos un caso es porque el análisis del tema ha determinado de forma contundente que hay elementos de una mala praxis médica. Es importante la especialización, que se acuda a especialistas. Esta materia es muy compleja, tiene muchas ramificaciones y, como hagas un planteamiento erróneo de inicio en la reclamación, puede lastrar el procedimiento y que éste sea irresoluble.