¿Qué valoración hace de lo que está ocurriendo estos días en Cataluña?
Seguimos con atención todo lo que está sucediendo con cierta preocupación. Parece que han eliminado el pleno de la semana siguiente para que no haya sesión de control y para seguir silenciando a la oposición que es lo que está sucediendo ahora mismo. El otro día presentaron sus leyes rupturistas saltándose todos los reglamentos. Por tanto, estamos viviendo momentos de conflicto que, por supuesto, hay que solucionar.
Sí es cierto que no tenemos Comisiones de Salud, en julio tuvimos la última y en septiembre no hay ninguna convocatoria ni la va a haber, es posible que hasta octubre nada. En estos momentos, hay un inmovilismo absoluto de la Consejería para que la oposición no pueda decir las verdades. Silencian y, en este sentido, sí afecta al control parlamentario.
Volviendo al tema de la deriva independentista. ¿Existe preocupación en el ámbito sanitario y funcionarial de las consecuencias de los últimos días?
De hecho, de estos temas no se suele hablar en el trabajo, ni siquiera en la familia. La sociedad está dividida al 50% y en cualquier familia hay miembros con diferentes posturas respecto a cómo resolver la situación.
Toda esta serie de conflictos y el ambiente político actual, ¿está ralentizando aspectos como la sanidad?
A nivel sanitario es un tema de coste-oportunidad. No obstante, por una vía va cómo solucionar el tema catalán, y, por otra, la sanidad. Pero lo innegable es que todo el tiempo que dedica Comína hacer mítines por la ruptura y el referéndum, no lo está dedicando al sistema sanitario, que necesita cambios y reajustes.
El sistema sanitario funciona bien independientemente de la deriva independentista del gobierno, pero todas las fórmulas de mejora no llegan: camas cerradas, listas de espera, huelga de ambulancias, listas de espera, sobrecarga asistencial…
Precisamente, hace unas semanas la Federación de Asociaciones de Defensa de la Sanidad Pública, sacaban a la luz su último informe anual sobre la situación de los sistemas sanitarios en España, y Cataluña se situaba en los últimos puestos. ¿Qué opina de estos resultados?
"La prioridad máxima en la sanidad catalana es la reversión de los estragos de la crisis"
Es un tema de indicadores, algo que nos preocupa mucho a Ciudadanos. Queremos que haya indicadores transparentes, claros y contrastables para cualquier zona o servicio. Desgraciadamente, ahora dependemos de lo que nos diga el gobierno, y, en el caso de Sanidad, de los datos que nos da el consejero Toni Comín. ¿Cuáles serían entonces los frentes más urgentes para resolver en sanidad?
Nosotros creemos que la prioridad máxima es la reversión de los estragos de la crisis: recortes, falta de sustituciones, sobrecargas asistenciales, problemas en los cobros por objetivos, listas de espera... Ese sería el pilar central. Luego podemos entrar en el detalle, como es el caso de la falta de ambulancias porque faltan efectivos y hubo una redistribución que no acaba de funcionar. También está el problema de los pacientes que no van a las visitas programadas, porque finalmente lo resuelven por otras vías como urgencias.
Y otro tema preocupante es el de asociaciones como "Dulce Revolución", donde se transmiten mensajes como que la diabetes y la hipertensión son crónicas por interés de la industria farmacéutica. Incluso, llegan a cuestionar la radioterapia y la quimioterapia. Por este motivo, hemos presentado una pregunta al consejero sobre este tema. Lo que no puede haber es pacientes oncológicos que caigan en manos de embaucadores. Este problema debe regularse, la Consejería debería levantar la voz.