A principios del año 2020 cuando la pandemia ya era una realidad y todavía no se intuía su final, en el centro de I+D que tiene GSK en Tres Cantos se pusieron manos a la obra para tratar de resolver el mayor reto sanitario de las últimas décadas. "En un tiempo récord validamos nuestros laboratorios para hacer experimentación con Covid-19 y apoyar a los centros de investigación en España", explica David Barros, director de este centro en una entrevista en ConSalud TV.
Fueron meses duros que el centro afrontó con flexibilidad y responsabilidad. Barros explica que se hizo una llamada voluntaria a los empleados y la respuesta fue rapidísima: "En tres horas el 45% de la plantilla se apuntó para hacer lo que fuera necesario", cuenta orgulloso Barros. Todo ello sin desatender su principal labor de investigación en salud global y especialmente en dos áreas: la malaria y la tuberculosis.
“GSK invertirá más de 1.200 millones de euros en área de salud global”
El centro de I+D de GSK acaba de cumplir treinta años y eso ya son palabras mayores: "Cumplir 30 años ya habla por si sólo. Investigar en España no es fácil. Y nosotros somos autónomos, nosotros tomamos las decisiones y decidimos qué se investiga", apunta su director. El Centro ha ido creciendo a lo largo de estas tres décadas. Fue el primero en recibir la máxima acreditación para trabajar con animales y ha trabajado siempre en desarrollar medicamentos en salud global para luchar contra enfermedades como la malaria hasta la tuberculosis pasando por otras más complicadas como la enfermedad de Chagas. "Nuestras investigaciones tienen como foco incrementar nuestro nivel de impacto y aliviar a pacientes en todo el mundo de enfermedades infecciosas para las cuales no existe tratamiento o los tratamientos que existen no son óptimos", comenta Barros.
¿Qué hace a este centro de I+D tan especial? Su forma de abordar la investigación. Desde un primer momento se decidió que para poder obtener buenos resultados era inevitable tener que colaborar con terceros. "Es lo que se conoce como innovación abierta, donde compartimos nuestra propiedad intelectual, nuestros recursos, nuestro 'Know How'", cuenta el director. Ahora este centro se ha convertido en un "referente" para desarrollar nuevos medicamentos de salud global.
Después de la pandemia y sin perder sus prioridades como la malaria y la tuberculosis, este centro no pierde de vista el futuro. "Nos preparamos para lo que pueda venir y debemos expandir las capacidades del centro para trabajar con todo tipo de patógeno. Ya lo hicimos con el Covid y ahora no sabemos qué puede venir. Seguiremos uniendo ciencia, talento y tecnología para poder expandirmos y tener más impacto", augura Barros. Además aporta una cifra: GSK invertirá 1.200 millones de euros en el área de salud global en los próximos diez años.