La emergencia sanitaria del coronavirus Covid-19 obliga a ConSalud.es, en su clara labor por informar con toda rigurosidad acerca de cómo se está desenvolviendo la epidemia, a acudir a los expertos en Salud Pública, Epidemiología, Enfermedades Infecciosas o Microbiología, entre otras áreas de la Medicina. El objetivo está en acercar a los lectores una visión clara sobre qué está pasando y el análisis en primera persona de los especialistas que están trabajando para frenar al virus.
Joan Ramón Villalbí, es el presidente saliente de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas), y es el protagonista de 'La Entrevista'. Villalbí, reflexiona sobre cómo está siendo la evolución del Covid-19 y extrae sus conclusiones acerca del reto que se tiene por delante.
Joan Ramón Villalbí es Doctor en Medicina (Universidad de Barcelona,1990) y Máster en Salud Pública (Universidad de Yale, 1983). Trabaja como responsable de Calidad y Procesos en la Agencia de Salud Pública de Barcelona, y es profesor asociado de la Universidad Pompeu Fabra. Ha sido autor de más de 200 artículos en revistas profesionales y científicas, donde su principal eje de interés se concentra en el diseño y la evaluación de servicios, programas y políticas.
¿Cómo está evolucionando el coronavirus?
Está creciendo mucho a base transmisión comunitaria. Ya no es como hace unas semanas que casi todos los casos venían de fuera o estaban relacionados con personas concretas. El volumen de transmisión ya es muy importante y hay transmisión local cuyo origen no identificamos.
Es un problema nuevo, se trata de un virus que ha mutado hace poco y se sabe poco de él. Hay personas que pese a estar infectadas no tienen síntomas, lo que está complicando el abordaje. Tenemos un gran reto por delante.
Además, esto justifica las medidas de aislamiento social que se han implementando. Son muy restrictivas y molestas para la ciudadanía y muy duras para la economía pero su justificación está en intentar frenar la expansión del virus. Así ganaremos tiempo para plantarle cara.
¿Cómo prevéis que va a evolucionar esta epidemia?
Pensando en el periodo de incubación y en las dinámicas de la infección no esperamos ver el fin del estado de alarma hasta dentro de varios días.
En China, cuando empezaron las medidas más extremas, mucho más que las nuestras, tardaron bien 10-15 días en ver un impacto en el número de casos de coronavirus. Hemos de aguantar el tirón sabiendo que se ha hecho debería ayudarnos en el futuro.
"China tardó 10-15 días en ver un impacto en el número de casos de coronavirus"
¿Y qué opina de las estrategias implementadas en otros países como Reino Unido o Estados Unidos?
Me sorprendió mucho la respuesta del gobierno británico. Está siendo el centro de las críticas porque puede tener un enorme impacto sobre el sistema sanitario y la salud de la población. Me parece un poco despiadado, ahora han rectificado. Veremos como evoluciona.
Esta situación nos va a permitir como diferentes tipos de respuestas dan distintos resultados.
¿El coronavirus está poniendo a prueba el sistema sanitario?
Sí, el Sistema Nacional de Salud está sufriendo mucho y los profesionales sanitarios también. Están sometidos a una sobrecarga extrema desde los hospitales a los centros de salud. Hay muchísimo estrés y además están en primera línea de exposición, lo que en causó casos de infecciones en algunos centros.
Se intenta paliar y se están reforzando los equipos pero es un momento de mucha demanda. Los profesionales están agotados, no hay personal suficiente y se están echando muchísimas horas sin descanso.
"Los profesionales están agotados. No hay personal suficiente y se están echando muchísimas horas sin descanso"
No todos los pacientes tienen coronavirus y todos los demás pacientes tienen que ser tratados y están viéndose afectados.
Tenemos muchos pacientes con coronavirus y cuadros respiratorios graves en las unidades de críticos que normalmente estarían ocupadas por pacientes con otros perfiles, por lo que los profesionales hemos de decidir a quién salvamos antes. Lo hacemos ya no en función del diagnóstico si no de la expectativa de vida.
¿Qué se va a poder aprender de esta crisis?
Se ha hecho una cosa que jamás se había realizado nunca. Con el decreto del estado de alarma, el Gobierno ha ampliado la capacidad del sistema sanitario público, movilizando los recursos de la sanidad privada y poniéndolos a disposición de la sanidad pública. También, contando con la capacidad de la sanidad militar.
Seguramente, no habíamos tenido una situación así en Europa desde la epidemia de gripe del año 1918.
En su momento, el SARS -que apenas golpeó a Europa- puso a prueba en su momento al Lejano Oriente. De ahí, la gran capacidad de respuesta frente al coronavirus de China o Singapur. Ya se habían dotado previamente de recursos para abordar una situación de este tipo. En cambio, nosotros jamás hemos tenido que vernos ante una emergencia sanitaria de estas características.
¿El coronavirus ha llegado para quedarse?
No se pueden hacer vaticinios prematuros. Veremos como evoluciona, por el momento es pronto para saberlo porque estamos luchando para limitar su extensión.
Los cambios de temperatura y la llegada del buen tiempo ayudarán en la lucha contra el virus. Podría ser que llegara para quedarse y que a lo larga acabemos pasándolo todos y dependamos de una vacuna generalizada que nos ayude a afrontarlo. De momento, toca esperar y dejar trabajar a los profesionales.