Las huelgas y protestas se le acumulan al Servicio Gallego de Salud (Sergas). Los trabajadores del sistema sanitario gallego se quejan de las condiciones laborales en las que tienen que ejercer y demandan un cambio en la política sanitaria aplicada por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo y el consejero de Sanidad, Jesús Vázquez Almuiña. El fallecimiento de dos personas en el servicio de Urgencias del Hospital Clínico de Santiago el pasado día 2 de enero y la posterior denuncia de los médicos del centro hospitalario ante la Fiscalía han puesto el foco de la actualidad en la sanidad gallega.
Con intención de aclarar qué es lo que está pasando en el Sergas y de conocer la versión oficial de la Administración sanitaria, ConSalud ha entrevistado a el gerente del Servicio Gallego de Salud, Antonio Fernández-Campa. Muchas preguntas, muchos frentes abiertos y grandes dudas sobre cuáles serán los siguientes movimientos en la Consejería de Sanidad para paliar el caldeado ambiente entre los profesionales sanitarios de su comunidad autónoma.
Ante tanto ruido y tantas movilizaciones en la sanidad pública gallega, es necesario preguntarle: ¿Atraviesa problemas el Sergas para hacer su gestión?
La sanidad es probablemente una de las áreas más díficiles en su gestión. Primero, porque afecta a un número importante de ciudadanos con un volumen muy alto de actividad. Tenemos como unos 150.000 contactos diarios entre consultas, pruebas diagnósticas e intervenciones quirúrgicas. Luego, es algo que preocupa mucho a las personas, ya que cuando se establecen cuáles son las prioridades, la salud es una de las principales preocupaciones.
Somos más de 38.000 personas las que trabajamos en el Sergas, somos el 40% del presupuesto de la Xunta de Galicia y, por lo tanto, ante un volumen tan alto, es normal que la sanidad gallega siempre tenga dificultades y retos. Llevo más de 25 años trabajando en la sanidad pública en Galicia y nunca he conocido un momento en el que no tengamos que estar afrontando problemas o desafíos.
Galicia, no es la única comunidad autónoma con problemas. ¿De dónde proviene la crisis sanitaria que sufre ahora mismo el sistema sanitario gallego?
Hay varios problemas que afectan a todas las comunidades autónomas, en mayor o menor medida, que es fundamentalmente dentro de la atención primaria. Por un lado, la cronicidad que deriva del envejecimiento de la población española y debido a esto se incrementa la demanda de los servicios de salud. Por otro lado, tenemos un segundo problema que es la falta de médicos en especialidades como Medicina de Familia. La solución sencilla ante el aumento de la demanda asistencial es la búsqueda de especialistas, lo que pasa es que no los hay, ni en Galicia ni en el resto del Estado.
"Las tareas que tenía que hacer el Ministerio no se han hecho y eso nos ha afectado a nosotros"
Desde hace tiempo, las comunidades autónomas llevamos trasladando al Ministerio de Sanidad la necesidad de buscar soluciones y determinadas alternativas. Hace dos años, constituímos un grupo de trabajo con el Ministerio y, en febrero del año pasado, entre las conclusiones que extraímos estaban medidas a aplicar por las CC.AA. y por el departamento ministerial de Sanidad, pero realmente tras los cambios de ministras la sensación que tenemos es que las tareas que tenía que hacer el Ministerio no se han hecho y eso nos ha afectado a nosotros. Un ejemplo de ello, es que el sistema MIR, pese a ser muy bueno, no está siendo lo suficientemente ágil para responder a las necesidades que las autonomías estamos planteando.
¿Cuál es la solución para el déficit de profesionales sanitarios?
No existe una solución sencilla. Se requiere de la combinación de muchas medidas. El hecho de que un profesional pueda voluntariamente prolongar su edad de jubilación nos palía el problema. Sigue prestando servicio, continúa teniendo un cupo asignado y trabajando. Hay más de 160 profesionales de médicos de familia que han decidido prorrogar. De no hacerlo, tendríamos 160 facultativos menos. ¿Es la solución? No, pero es una de ellas. Hay más medidas que tenemos que tomar porque sabemos que no es suficiente.
¿Cómo van a plasmar los grupos de trabajo de Atención Primaria las conclusiones que recojan en un nuevo modelo sanitario?
Es un poco más ambicioso y va más allá del déficit de especialistas, porque ya hay medidas puntuales que estamos implantando y otras que le hemos pedido al Ministerio. En este caso, a Sanidad le solicitamos que se agilice la homologación de un título o una especialidad de un extranjero que quiere venir a España. Un médico de familia extracomunitario que quiera ejercer en el Sistema Nacional de Salud (SNS) tiene que esperar de dos a tres años para que le homologuen su titulación. Este proceso debe ser más ágil.
En los grupos de trabajo, no solo estamos pensando en el problema de la falta de facultativos, abordamos cómo debe la Atención Primaria abordar al paciente con procesos crónicos y que va a necesitar un cuidado durante un tiempo largo. También, estamos analizando el papel de Enfermería en este ámbito. Tenemos que debatir con los distintos profesionales sanitarios cómo es la forma de afrontar la demanda asistencial que va a tener Atención Primaria en los próximos años.
Los pocos profesionales que tenemos disponibilidad de contratar van a los PAC antes que a los centros médicos de Primaria
Los Puntos de Atención Continuada (PAC) gallegos están en huelga indefinida y reclaman más personal: ¿Están carentes de medios los PAC? ¿Tienen programado implantar una nueva política de Recursos Humanos en este sentido?
Ocurre lo mismo que en los centros de salud. El déficit que tenemos de especialistas en medicina familiar y comunitaria en los centros de salud se replica en los PAC. Es un problema común y que nos afecta a todo el SNS. De hecho, la verdad es que dentro del Sergas, y probablemente eso traslada una mayor presión a los centros sanitarios, los pocos profesionales que tenemos disponibilidad de contratar van a los PAC antes que a los centros médicos de Primaria.
¿Cómo sentaron en el Sergas las dimisiones de los 25 jefes de servicio del área sanitaria de Vigo?
Lo que sucedió en Vigo obedece una llamada de los profesionales sanitarios vigueses que ven que están aumentando la demanda de servicios por parte de los ciudadanos y ven que no hay posibilidad de contratar especialistas para poder cubrir esa carga de trabajo. A partir de ese momento, y completando las medidas que se habían tomado por parte del Sergas, hemos pensado en cómo afrontar esta situación.
Un elemento que utilizamos mucho para medir la demanda asistencial en los centros sanitarios de Atención Primaria es el número de cartillas que tiene asignado cada médico para atender. En Galicia, este cupo de pacientes de media es más bajo que hace diez años y más bajo que la media del SNS. El problema es que todos tenemos diez años más y se produce una mayor demanda de servicios por parte de estos pacientes.
¿Qué medidas están poniendo para paliar la situación que denuncian?
Es un trabajo colectivo de todos, todos tenemos que proponer. Por eso hemos constituído los grupos de trabajo y facilitado canales para que los profesionales sanitarios propongan medidas y se estudien si son implantables. En este sentido, nosotros estamos dispuestos a buscar entre todos medidas y revisar cómo estamos haciendo la gestión. Repensemos en cómo estamos haciendo las cosas y veamos qué podemos cambiar. Barajamos medidas a corto, medio y largo plazo que iremos implementando.
Los dos fallecimientos en el Hospital Clínico de Santiago están avivando el conflicto con el personal de Urgencias del CHUS. ¿Qué está pasando?
No hubo ningún tipo de fallecimiento en los pasillos del Hospital Clínico de Santiago, es absolutamente falso. No es así. La pasada semana hubo una representante sindical invitada por los diferentes grupos políticos de la oposición a su comisión de investigación sobre la sanidad gallega que hizo estas afirmaciones. Estos pacientes llegaron al centro hospitalario y fueron atendidos a los pocos momentos de su llegada, en un caso a los 9 minutos y el otro a los 14. Entonces, se tomaron las decisiones clínicas que se consideron e informando a los familiares. En definitiva, se le prestó la asistencia sanitaria que necesitaban.
Nos preocupa por dos temas. Primero, por la alarma que puede generar en los pacientes, sobre todo si la información no se ajusta a la verdad, como en el caso de las declaraciones que se hicieron la pasada semana. Un usuario que vaya a acudir hoy a un servicio de Urgencias por un problema suyo o de un familiar tiene que estar seguro de que va a recibir una buena atención, como se le presta y viene prestando en el Sergas.
Segundo, por lo que puede suponer en cuanto al desprestigio de los profesionales sanitarios que dedican su empeño y su trabajo. Este tipo de cosas nos preocupa enormemente y con esta clase de manifestaciones hay que ser prudentes. La propia representante sindical que lo dijo ya ha modificado parcialmente su discurso.
Partidos y sindicatos siguen hablando de recortes encubiertos en los presupuestos sanitarios de la Xunta para 2019 y aseguran que el crecimiento no está proporcional a las necesidades que tiene el Sergas. ¿Sigue a sufrir la sanidad gallega la política de austeridad implantada en todo el Estado durante la crisis?
Para 2019, el presupuesto sanitario es de casi 4.000 millones de euros. Es el más alto de la historia de la sanidad gallega. Nunca ha habido un presupuesto con este volumen. Cada vez tenemos una mayor participación dentro de las cuentas de la Xunta. Estamos cerrando ahora los datos de 2018, pero en 2017 fue el año en el que hicimos más cirugías, tuvimos más consultas de atención especializada y también en primaria. El presupuesto es un instrumento, que es muy importante, pero lo es más la actividad que hacemos y está siendo muy alta. Nos preocupa atender la demanda asistencial que se nos requiere y así lo estamos cumpliendo.
¿Qué valoración hacen de las críticas y protestas que están haciendo sobre el Sergas?
El discurso político o el discurso sindical es absolutamente legítimo. Es entendible que se habla de sanidad. Lo que nos inquieta es que se transmitan informaciones que generan desconfianza al ciudadano respecto al funcionamiento del sistema. Es muy peligroso. Sobre todo si se utiliza con informaciones que no son veraces o que son falsas. Como ejemplo, el supuesto cierre de los hospitales comarcales que es mentira y es una barbaridad. O como La ley de Garantías, para establecer el plazo máximo de listas de espera para determinadad patologías y se decía que el objetivo era privatizar la sanidad. Después de un año, hay 45.000 pacientes gallegos que se han beneficiado de esta normativa y no hemos derivado a ni uno solo de esos pacientes a la sanidad privada. Debería existir mucho más rigor en los mensajes que se lanzan, ya que muchas veces no lo hay.