El dolor es una señal de alerta, la forma que tiene nuestro sistema nervioso de avisar que ha habido una lesión o alguna parte de nuestro cuerpo no funciona como debería. Es pasajero y lo experimentamos a menudo. Sin embargo, a veces ocurre que hay dolor sin haber lesión, sin que nada vaya mal. Es el conocido como dolor crónico, aquel que permanece en el tiempo una vez ha pasado la enfermedad o se han recuperado los tejidos dañados.
En conversación con este medio, el presidente de la Sociedad Española del Dolor (SED), Víctor Mayoral, reflexiona sobre esta enfermedad y plantea los retos que debe afrontar la medicina del futuro.
¿Existe un perfil medio de paciente con dolor crónico?
Aunque el dolor crónico puede afectar a todas las poblaciones, edades y género, hay un perfil que se ha identificado. El reciente Informe presentado por la Plataforma y la SED revela que el perfil medio del paciente con dolor crónico es el de una mujer de 46 años con estudios secundarios, que trabaja, vive en una unidad familiar y reside en una población urbana.
¿Cómo afecta el dolor crónico a la calidad de vida de los pacientes?
Una vez el paciente pasa por las diferentes etapas del dolor crónico, puede provocar claras alteraciones de la autoestima. Cree que se ha convertido en inútil y tiene miedo a deteriorarse más. Empieza a percibir que se ha convertido en una carga familiar y que las limitaciones en los objetivos y metas de su vida van a tener que ser replanteadas.
"La disciplina del dolor está avanzando tanto que resulta apasionante participar en ella"
Además, debemos tener en cuenta que, si medimos la calidad de vida en términos de años vividos con discapacidad, entre las 10 enfermedades que a nivel mundial tienen mayor impacto, cuatro están relacionadas con el dolor. De hecho, el dolor lumbar es la primera causa seguida por la migraña, siendo el dolor cervical la sexta y otros trastornos del sistema musculoesquelético la séptima causa. Esto nos da idea de la importancia de abordar el dolor como una prioridad de salud y de una manera transversal con todos los agentes implicados.
¿Por qué son tan importantes las Unidades del Dolor de los hospitales?
Las unidades de dolor hospitalarias tienen como misión evaluar y tratar a aquellos pacientes con dolor crónico a los que no se consigue un suficiente alivio con los tratamientos disponibles en atención primaria o por otros especialistas en atención hospitalaria. También ayudan al diagnóstico de la causa que lo genera en aquellos patrones de dolor comunes a varias patologías, así como otras patologías que precisan de herramientas y habilidades disponibles en unidades de dolor.
Como no, en el dolor postoperatorio y otros tipos de dolor agudo, los pacientes ingresados se benefician del enfoque especializado que ofrecen las unidades de dolor agudo, lamentablemente solo disponibles en menos del 40% de los hospitales. Otras funciones muy importantes de las unidades de dolor son la docencia y la investigación. Son unidades que cuentan con profesionales muy implicados y conscientes de la importancia que tiene la formación a todos los niveles asistenciales dada la transversalidad del dolor.
¿Hay investigaciones en marcha para conocer más sobre el dolor crónico?
Sí. Se trata de un campo de investigación preclínica y clínica en continua expansión. La disciplina del dolor está avanzando tanto que resulta apasionante participar en ella. En el próximo congreso de la SED en Bilbao del 13 al 16 de octubre se van a presentar muchas novedades que tienen que ver con el enfoque multidisciplinar y abordaje biopsicosocial que defendemos.
¿Qué es lo que necesitaría el paciente con dolor crónico y que aún no tiene a su disposición?
Mayor agilidad en el acceso a los diferentes niveles asistenciales, incluidas las unidades de dolor que deben trabajar coordinadas con el resto de los profesionales tanto en atención primaria como hospitalaria. Nos preocupa especialmente la dificultad al acceso a la evaluación y tratamiento psicológico, una prestación solo disponible en 45% de las unidades de dolor de España y muchas veces a tiempo parcial, a pesar de que es imprescindible para un correcto abordaje biopsicosocial y un estándar recomendado internacionalmente y por el mimo Ministerio. Tampoco debemos olvidar que uno de por los objetivos es recuperar al paciente para su reinserción social y laboral, de ahí que precisemos colaboración de terapistas ocupacionales y graduados sociales.
¿El dolor crónico, tiene cura?
El dolor crónico siempre tiene alivio, sea cual sea la causa. La curación, entendida como ausencia total de dolor, como en cualquier enfermedad crónica, va a depender de si somos capaces de identificar y corregir la causa que lo provoca, así como reparar la activación del sistema somatosensorial y su interpretación como dolor en los centros superiores.
¿Hacia dónde debe estar orientada la medicina del futuro?
Diría que, desde el punto de vista farmacológico, el futuro pasa por una medicina personalizada y multimodal. Cada vez conocemos mejor la fisiopatología del dolor y que ésta no puede ser explicada por un solo mecanismo, también que hay diferencias interindividuales y de género, con diferentes respuestas farmacológicas. Veo posible en un futuro próximo poder identificar con precisión las alteraciones subyacentes, sobre todo en dolor neuropático y nociplástico, adaptando la terapia a cada enfermedad y paciente.
"Una de las labores de la Sociedad es explicar el dolor de una manera inteligible a los pacientes"
Por otro lado, resulta apasionante el poder modificar el dolor con las técnicas de neuroestimulación a los diferentes niveles de sistema nervioso, central, periférico y autónomo. Estas terapias ya se encuentran disponibles en la unidades de dolor y están ofreciendo muy buenos resultados con las innovaciones disponibles. Otras terapias como la realidad virtual en ciertas patologías que se acompañan de percepción distorsionada de la anatomía corporal como el dolor de miembro fantasma o el síndrome de dolor regional complejo se van a beneficiar de técnicas de rehabilitación con el uso de realidad virtual y abordajes psicológicos personalizados.
¿Cuál es el papel de la Sociedad Española del Dolor a la hora de ayudar al paciente con dolor crónico?
La SED cuenta con las asociaciones de pacientes en todas las actividades de concienciación y formativas, somos conscientes que ellos son el fin último de nuestra labor. Una de las labores de la Sociedad es explicar el dolor de una manera inteligible a los pacientes por lo que mantenemos un apartado en Web con amplia información. A su vez, mantenemos contacto frecuente en encuentros en redes a los que nos invitan un grupo de pacientes con las que mantenemos muy buena relación.
¿Qué proyectos o iniciativas tiene en marcha la SED de cara al “nuevo curso”?
La SED seguirá ejerciendo de puente entre el dolor y su alivio. Los cuatro pilares por los que seguiremos luchando son: formación e información a los pacientes; formación continuada y reconocimiento de los profesionales; promover la coordinación entre todos los niveles asistenciales; y potenciación de las unidades de dolor multidisciplinares.
Los tres primeros eventos de aquí a mediados de octubre que vamos a celebrar son: la 1ª jornada nacional de dolor y artrosis el 10 y 11 de septiembre, el evento para pacientes que hemos comentado #TuDolorImporta el 1 de octubre y el XVII congreso nacional que se celebrará en Bilbao del 13 al 16 de octubre. También se iniciará una nueva edición del Master de dolor y cursos de experto de la Sociedad con la Universidad Europea Miguel de Cervantes, una formación de alta calidad y muy bien aceptada.
Finalmente, estamos pendientes del nuevo real decreto de especialidades en ciencias de la salud al que la SED hizo sus aportaciones en la fase de exposición pública. Tenemos muchas esperanzas en el nuevo decreto que permita un reconocimiento y formación regladas a aquellos profesionales con especial dedicación a este amplio campo del dolor en continua evolución.