España conocía hace unos días los resultados finales del Estudio Nacional de sero-epidemiología de la infección por SARS-CoV-2. Según los datos, tras registrarse la tercera ronda del mismo, se concluye que un 5% de la población española ha generado anticuerpos. Por oleadas, los resultados han sido los siguientes: 5% en la primera y 5,2% en la segunda y la tercera.
Con objetivo de abordar estos datos y conocer mejor la labor que realizan los inmunólogos, ConSalud.es ha entrevistado a Marcos López Hoyos, presidente de la Sociedad Española de Inmunología (SEI).
López Hoyos es el director científico del Instituto de Investigación Marqués de Valdecilla (Idival) y es jefe de Servicio de Inmunología del Hospital Marqués de Valdecilla de Santander. Cuenta con una trayectoria consolidada como investigador y ha sido, desde 2002, investigador principal de forma continuada en seis proyectos del Plan Nacional, además de colaborador en otros 13. Supera los dos centenares de publicaciones internacionales, con un factor de impacto acumulado de más de 1.000 puntos y más de 3.000 citas en la literatura internacional.
¿Cómo valoran los datos publicados hasta el momento del estudio de seroprevalencia del ISCIII?
En primer lugar, la prevalencia de anticuerpos anti-SARS CoV-2 no ha aumentado puesto que el estudio se inició durante el estado de alarma, en fase de confinamiento, y el riesgo de contagio disminuyó ostensiblemente. En la tercera oleada realizada, cuando ya estaba desconfinada parte de la población, no ha aumentado la tasa de positivos para IgG frente al coronavirus. Esto se debe a que en los primeros días no ha habido brotes. Es posible que, ahora que se producen, brotes y tras pasar al menos 3 semanas desde esos brotes, la prevalencia de anticuerpos aumente en las zonas con brotes.
"Con los brotes de Covid-19, la prevalencia de anticuerpos es posible que aumente en las zonas donde hayan ocurrido"
Por otro lado, los datos que indican un 14% de seronegativización de los anticuerpos entre la ronda 1 y ronda 3 del estudio sólo indican que en esos sujetos el nivel de anticuerpos IgG no era tan alto ni quizá el nivel de respuesta de anticuerpos.
Los anticuerpos IgG permanecen en sangre circulando una media de 3 semanas. Si no hemos generado un número de células B memoria suficiente, es posible que no se pueda detectar más esos anticuerpos en sangre. Las células B memoria son la fuente de células que se diferencian a células plasmáticas productoras de anticuerpos frente al SARS CoV-2. De su duración, que suele ser de meses, en nuestro organismo depende en parte la producción de IgG anti-SARS CoV-2.
¿Qué lectura podemos extraer?
Que la respuesta inmunitaria mediada por anticuerpos es una parte más de la inmunidad frente al SARS CoV-2 y no la única. Es probable que la otra rama de la respuesta inmunitaria especializada o adaptativa, mediada por células T sea más importante incluso. Parte de estas células T sabemos que tienen reacción cruzada frente a los coronavirus estacionales y que pueden explicar parte de la protección de la población frente al SARS CoV-2.
Además, en la Covid se inducen células T específicas frente al SARS CoV-2. Se producen tanto células T CD4 o cooperadoras (que ayudan a mantener una memoria inmunológica duradera y contribuyen también a la respuesta de anticuerpos) y células T CD8 o citotóxicas antivirales. La generación de células T memoria de estos dos tipos inducen una protección tanto o más potente frente al virus que los anticuerpos. De todos modos, son datos que debemos estudiar más profundamente y confirmar.
¿Qué nos dicen los datos correspondientes a los anticuerpos de la población que ha pasado el SARS-COV-2?
Que el porcentaje de población que ha generado una respuesta de anticuerpos es muy bajo y, por lo tanto, estamos muy lejos de la tan ansiada denominada inmunidad de rebaño. Nos quedan por definir de forma clara los distintos grados de inmunidad, la duración de esa inmunidad y el nivel de protección alcanzado. Este porcentaje de anticuerpos indica que la tasa de infección no ha sido elevada hasta el momento, seguramente por el grado de protección de la población española.
¿Es bueno o malo tener anticuerpos de coronavirus?
Sin lugar a dudas, es bueno tener anticuerpos tras la exposición al SARS CoV-2. Significa que tras la exposición al virus, hemos desarrollado una respuesta inmunitaria eficaz que ha desembocado en la producción de unos anticuerpos que en la mayoría de los casos neutraliza el virus y nos defiende frente a él.
A corto-medio plazo, a la hora de abordar la pandemia… ¿Qué pasos se deben seguir como experto en Inmunología, en un momento actual como este?
Los datos revelan la importancia de analizar cada uno de los brazos de la respuesta inmunitaria frente al virus, tal como defiende la SEI desde el inicio de la pandemia. Es, por lo tanto, preciso potenciar las distintas pruebas de caracterización de la respuesta inmunitaria en el manejo clínico de la infección, que ya están disponibles en los Servicios de Inmunología del país.
Se debería enviar una muestra a los Servicios de Inmunología para determinar marcadores de activación de células T CD4+ y CD8+ tras estímulo con componentes del SARS-CoV-2 junto con marcadores de poblaciones celulares de la respuesta inmunitaria en aquellos sujetos que no han desarrollado anticuerpos tras una PCR positiva o que se seronegativizan como en el estudio ENE-Covid del ISCIII.
Interesa caracterizar lo mejor posible la respuesta inmunitaria en los sujetos recuperados de la infección. De este modo, sabremos también como valorar mejor la eficacia, por ejemplo, de las vacunas en desarrollo.
¿Qué retos tiene al frente de la presidencia de la SEI para los próximos años?
La Covid ha puesto en el foco a nuestra especialidad. Entre los objetivos que me planteo están los de posicionar a la especialidad en los hospitales en temas donde la Inmunología es protagonista, como ha ocurrido con la pandemia.
Entre ellos están también la inmunoterapia del cáncer y enfermedades inmunomediadas, la terapia celular, las unidades clínicas de inmunodeficiencias, el manejo de la patología gravídica de causa inmunológica o formar parte de los Centros de referencia nacionales de patologías con base inmunológica (CSUR). Para ello, el primer paso es proponer a las autoridades sanitarias la implantación de Servicios de Inmunología en todos los hospitales de tercer nivel.
"Lucharé por una representación de la Inmunología acorde a su importancia en los grados de Ciencias de la Salud"
La docencia en Inmunología es otra parte esencial y lucharé por una representación acorde a su importancia en los grados de Ciencias de la Salud, con un reconocimiento adecuado de los créditos que se imparten y que en muchos casos están infravalorados respecto a otras asignaturas con más tradición.
También es esencial, y así se ha demostrado durante la pandemia, la investigación en Inmunología es crucial para dar respuesta a los problemas de salud actuales. Considero fundamental que la Inmunología tenga un papel protagonista en las convocatorias de ayudas de Investigación públicas y privadas, así como en los consorcios de investigación, intentando aplicar buscar la máxima traslación en resultados de Salud.
¿Qué mensaje mandaría a los MIR que dudan si escoger o la especialidad de Inmunología? ¿Qué le puede aportar?
Desde que yo comencé mi formación como MIR de Inmunología al momento actual he visto como por fin se tiene en cuenta nuestra especialidad.
No hay colega de otra especialidad en los hospitales que no se apoye en la Inmunología, bien en pruebas diagnósticas para el manejo de las enfermedades inmunomediadas, o bien en el uso del conocimiento de los mecanismos patogénicos relacionados con el sistema inmunológico para plantear tratamientos cada día más específicos. Además, en términos de salida laboral, las ofertas de trabajo son continuas e incluso cuesta en ocasiones cubrir ciertas plazas.
¿Considera que la Inmunología en España está altamente preparada? ¿Qué piden a las administraciones sanitarias?
La Inmunología está suficientemente preparada en nuestro país, con profesionales formados en centros de referencia a nivel nacional e internacional, pero precisa de más estructura. La demanda de colaboración por todas las especialidades y ciencias afines crece de forma exponencial, mientras que la administración es reticente a la hora de ampliar las plantillas.
"No se entiende que en nuestro país haya hospitales universitarios sin Servicios de Inmunología. Reclamamos unidades con nuestra especialidad y especialistas suficientes"
Considero que las estructuras y plantillas hospitalarias se deben adaptar a las necesidades actuales. Inmunología es muy demandada y no está bien dotada en muchos centros. No se entiende que en nuestro país haya hospitales universitarios sin Servicios de Inmunología, a pesar de realizarse trasplantes o atender pacientes con inmunodeficiencias primarias y secundarias, muchas veces infradiagnosticados. Solicitamos crear unidades con nuestra especialidad y especialistas suficientes en aquellos hospitales de tercer nivel sin ellas.
Que Inmunología tenga tanto peso, hace que corramos el peligro del intrusismo profesional. Solicitamos a las autoridades que lo persiga y que se apoye en la SEI para combatirlo.
¿En qué proyectos o líneas de investigación se encuentran trabajando actualmente?
En estos momentos, muchos grupos de Inmunología han redirigido sus esfuerzo a la investigación en Covid. La urgencia sanitaria es tal, y la respuesta a la pandemia reside en la respuesta inmunitaria, que muchos grupos nos hemos adaptado a ello.
Sin embargo, antes de la pandemia, las líneas prioritarias en Inmunología eran probablemente la inmunoterapia del cáncer y enfermedades inmunomediadas, la terapia celular, las unidades clínicas de inmunodeficiencias y el manejo de la patología gravídica de causa inmunológica. Junto con el estudio de mecanismos patogénicos implicados en las enfermedades para desarrollar tratamientos específicos, también se busca encontrar biomarcadores de base inmunológica que tengan aplicación en el diagnóstico, monitorización y predicción de las mismas.