Hace seis meses que España entró a formar parte del Comité Permanente de la Organización Mundial (OMS) para Europa de la mano delDr. Amós García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología. Meses en los que la sexta ola de la pandemia ha irrumpido en Europa con cifras de contagio nunca vistas, en los que se ha animado de nuevo a la población a vacunarse, en los que finalmente se han relajado las medidas en la mayoría de países europeos, e incluso se han quitado.
Días de pandemia, principalmente, pero ahora también de guerra en Ucrania tras la invasión rusa que ha paralizado la atención sanitaria en el país, necesitando de la ayuda del resto de países para continuar tratando a niños con cáncer, pacientes crónicos, con enfermedades raras… mientras los suministros de medicamentos tienen problemas para llegar a Ucrania.
Intentar “que los desplazados y los que se quedan en Ucrania no sufran un retroceso importante en su status de salud”
La OMS, como órgano internacional asesor, se enfrenta a estos retos con el esfuerzo de conseguir una igualdad en salud, y también con la mira puesta en la reforma que desde 2018 se va pergeñando. Con todo ello en mente, tras medio año con “mucha intensidad”, el Dr. García Rojas ofrece a Consalud.es una entrevista para desgranar todos estos asuntos. Él entró defendiendo los retos de avanzar hacia una Sanidad global fuerte y multilateralismo, y llevando la perspectiva española al organismo internacional.
Hace seis meses defendió la búsqueda del multilateralismo y de una perspectiva global de la Sanidad en Europa. Así como el reto de reforzar la idea de una Sanidad gratuita y universal. ¿Cómo se ha avanzado en todo ello?
Yo creo que se ha ido avanzando en este reto. De hecho, el director de la OMS para Europa, Hans Kugle, ha asumido y está muy satisfecho con el trabajo que se está haciendo en España en este aspecto.
Sobre la idea de Sanidad gratuita y universal. En este punto conviene recordar que la OMS no es un órgano ejecutor, es un órgano regulador. Por lo tanto, lo que puede hacer es recomendaciones, que serán asumidas o no por los países en función de sus intereses concretos. Se ha avanzado en entender que es un elemento importante, pero depende de los países desarrollarlo.
En estos meses de avances con la presencia de España en la OMS, ha tenido lugar el proceso en que la pandemia se va aproximando a la endemia. Tras lo vivido, ¿cómo ve la Organización Mundial de la Salud la Sanidad europea que ha quedado tras la Covid-19?
Se ve con la perspectiva de que evidentemente hay una diferencia de tiempo. En los países del este la situación no es tan potente como la que tienen los países del oeste. Lógicamente hay unas coberturas vacunales diferentes y hay que avanzar en la dinámica de conseguir que los países que tiene una peor cobertura vacunal las aumenten.
A esa situación en Europa del Este se suma ahora la guerra en Ucrania, ¿cómo se está viviendo desde la organización?
Con mucha preocupación, sobretodo tratando de gestionar todo lo que se refiere al ámbito social y al ámbito sanitario. Que los desplazados y los que se quedan en Ucrania no sufran un retroceso importante en su status de salud. Hay que entender que la situación es tremendamente difícil por todas las aristas que existen: crisis personales derivadas en ansiedad o pánico; incapacidad de tener acceso a prestaciones sanitarias normalizadas; dificultad, por ejemplo, para vacunar. Todos estos son los procesos en los que se intenta avanzar.
¿Se escuchan las recomendaciones de la OMS en Europa?
Yo creo que por lo menos se pone la oreja para escucharlas. Que se le haga caso siempre ya no es lo que suele ocurrir, pero sí que se le pone la oreja y se le tiene en cuenta. De eso estoy convencido.
“La búsqueda de operatividad está permitiendo aligerar diversas estructuras para darle una posibilidad de que la burocracia no sea excesiva”
No solo la OMS se enfrenta a situaciones problemáticas en el ámbito exterior, sino que a nivel interno se lleva años hablando de una reforma, ¿qué nos puede contar sobre ello?
Yo os puedo hablar del grupo de trabajo europeo en el que estoy. Se está planteando una reforma del esqueleto, pero como toda reforma lleva su tiempo. Yo creo que, afortunadamente, desde que hubo ese impulso con la introducción de nuevos miembros en la OMS se ha removido la estructura y se está avanzando.
¿Qué se está haciendo para avanzar hacia esa reforma y cuál será el resultado de la misma? ¿Qué OMS quedará?
Los cambios en la estructura, como siempre ocurre, va dirigido a un cambio de operatividad, a crear elementos que favorezcan el debate científico y social. En este sentido, la búsqueda de operatividad está permitiendo aligerar diversas estructuras para dar una posibilidad de que la burocracia no sea excesiva. Yo creo que eso sí que se está logrando.
Hace casi un año España propuso cinco medidas que se consideraban importante para la reforma. ¿Cómo se recibieron estas propuestas?
No solo se han aceptado, sino que el propio director de la OMS ha felicitado a nuestro país por las distintas estrategias que nosotros hemos llevado como la campaña de vacunación Covid-19 y las políticas que se han estado desarrollando y que son las que hemos trasladado al contexto de la Organización Mundial de la Salud. La recepción ha sido muy positiva.
¿Qué percepción tienen desde este organismo de España?
La percepción y el cariño que nos muestran son sustantivos y palpables. Yo me siento muy reconfortado en el día a día o en momentos como la reunión que realizamos recientemente en la ciudad suiza de Berna cuando planteé los proyectos y las ideas de nuestro país.
Pues que sigan así los años que quedan hasta finalizar el mandato. Y supongo que continuarán con los mismos objetivos y las mismas ganas, ¿no?
Con los mismos objetivos, pero no con las mismas ganas. Con muchas más ganas.