Este miércoles se ha conocido que el cantante Georgie Dannha fallecido a los 81 años en el Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda donde estaba ingresado por una fractura de cadera.
Una fractura en este hueso producida en personas mayores de 65 años afecta profundamente al equilibrio físico, mental, funcional y social. Produce dolor en el paciente, e incluso le complica el día a día al limitar su movimiento. A veces se percibe no solo por el síntoma sino también por la posición anormal de la cadera y la pierna, ya que lo más frecuente es que la rotura se produzca en la zona del cuello del femur o en la parte del femur superior que se proyecta hacia afuera.
Diferentes estudios han documentado que hasta el 50% de los pacientes con fractura de cadera muere en los primeros seis meses posteriores a la lesión y un gran número de los que sobrevive no recupera su nivel previo de independencia y funcionalidad.
En este sentido la cirugía de cadera ha supuesto uno de los principales avances de la especilidad quirúrgica del siglo XX
Todavía no se ha hecho público si Georgie Dann murió antes o durante la intervención con la que se iba a corregir su fractura. Tampoco si la cirugía iba a consistir en una reparación interna con tornillos o en un reemplazo parcial o total de cadera.
En este sentido la cirugía de cadera ha supuesto uno de los principales avances de la especilidad quirúrgica del siglo XX. Con ella se ha reducido la mortalidad de los pacientes, y mejorado su calidad de vida, consistiendo en uno de los mejores resultados quirúrgicos del siglo pasado.
Complicaciones graves como la infección ocurre en menos del 2% de los pacientes
En España se pusieran las primeras prótesis en 1975, y actualmente cada año se colocan unas 35.000 prótesis de cadera, según señala el Dr. Antonio Ponce en su blog. La intervención puede simplemente reparar la fractura con tornillos o reemplazar la parte afectada. En ambos casos durante el postoperatorio el paciente tiene que mantener unas medidas para avitar complicaciones: como dormir boca arriba durante unos dos meses, caminar desde el primer día e ir a rehabilitación entre cuatro y seis meses.
Como ocurre con todas las operaciones quirúrgicas, intervenciones e incluso terapias a las que un paciente se somete por motivos de salud, pueden existir riesgos. En el caso de la cirugía de cadera estos son extremadamente bajos. Complicaciones graves como la infección ocurre en menos del 2% de los pacientes, estas pueden ocurrir días, semanas o incluso años más tarde de la cirugía.
Otros riesgos son los coágulos sanguíneos en las venas de la pierna o en la pelvis. Es posiblemente el riesgo más común, y aunque como todos los trombos suponen un peligro para la vida si se desprenden y llegan al pulmón, lo cierto es que con solo caminar tras recibir la cirugía este riesgo desaparece. En casos más raros puede producirse uan desigualdad en el largo de la pierna, una luzación o un desgaste del implante.