El misterioso 'síndrome de La Habana' que dicen sufrir diplomáticos de EEUU y que apunta a Rusia

Decenas de miembros de la diplomacia estadounidense han manifestado problemas de audición, memoria y náuseas a largo plazo, probablemente provocados por armas sónicas de origen desconocido

Vladimir Putin, presidente de Rusia (Foto. EP)
Vladimir Putin, presidente de Rusia (Foto. EP)
veronica serrano
2 abril 2024 | 10:00 h
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Varios miembros del personal diplomático, político y de seguridad de Estados Unidos han sufrido una serie de síntomas atribuidos a los ultrasonidos o microondas de origen desconocido. Es lo que en el país potencia ya han bautizado como ‘síndrome de la Habana’, al tener sus orígenes en Cuba en 2016, y al tener como causa, supuestamente, actividades encubiertas. Ahora, con la compleja coyuntura que atraviesan las potencias occidentales, Estados Unidos sospecha que la Inteligencia rusa haya podido estar detrás de estos “incidentes médicos anómalos”, que han afectado a decenas de empleados de la diplomacia estadounidense.

A pesar de haberse iniciado varias investigaciones al respecto, el informe final publicado en 2023 concluyó que era “muy improbable” que estas actividades delictivas contra la salud de las personas pudieran ser obra de un país extranjero. No obstante, tampoco se ofrecieron otras posibles explicaciones, dejando así un aura de misterio alrededor de los incidentes médicos, cuya causa aún es desconocida. Todo ello hace sospechar a Estados unidos del uso de armas sónicas por parte de otros Estados para expulsar de forma encubierta a su personal de posiciones estratégicas.

El primer caso descrito fue en 2016 en la embajada de Estados Unidos en Cuba

El conflicto de intereses estaría detrás del despliegue de dicha estrategia, que ha hecho manifestar síntomas relacionados con lesiones cerebrales a personal diplomático de los Estados Unidos, tales como embajadores, agentes de la CIA, FBI y espías. En concreto, decenas de empleados han dicho manifestar pérdida de audición, de memoria y náuseas de origen desconocido y a largo plazo.

El primer caso descrito fue en 2016 en la embajada de Estados Unidos en Cuba, a lo que, después de investigar las causas, el país notificó que los problemas de salud se debían a un ataque o a la exposición a dispositivos desconocidos, probablemente armas sónicas que utilizan las ondas de sonido para provocar estos daños de forma secreta.

Una agente del FBI identificada como Carrie ha contado para la CBS cómo vivió su ataque. En su casa de Florida, comenzó a notar de repente un fuerte sonido en su oído derecho y, al mismo tiempo, detectó que la batería de su teléfono móvil también había comenzado a hincharse, hasta el punto de que terminó rompiendo la carcasa. Dicho ataque la llevó a sufrir un desmayo y también problemas de memoria y de concentración.

EL “NEXO RUSO” QUE APUNTA A PUTIN

Con la escalada de la tensión entre Rusia y Estados Unidos en los últimos años, el Pentágono siempre ha sospechado de sus históricos enemigos. Y, ahora, una investigación conjunta publicada por ‘The Insider’, ‘Der Spiegel’ y la CBS confirmaría estas hechos.

Greg Edgreen, uno de los responsables de las pesquisas llevadas a cabo por el Pentágono, ha apuntado a que el “nexo ruso” es común a todos los casos descritos. Edgreen realiza tal acusación formal contra Moscú, a pesar de que pueda suponer enfrentarse a “verdades incómodas”, como posibles fallos del país en la protección de su personal.

La investigación apunta a que incluso las autoridades de Rusia habrían recompensado a la unidad de Inteligencia militar 29155, supuestamente la encargada de acometer estas acciones contra el personal diplomático estadounidense. Varios de sus miembros habrían estado presentes en los lugares en los que se han denunciado los ataques y en el momento en que se produjeron.

"No son más que acusaciones sin fundamento"

Otra de las víctimas corresponde a un alto cargo del Departamento de Defensa estadounidense, cuyo ataque sucedió en la cumbre de la OTAN celebrada en Lituania el pasado 2023. Edgreen ha aprovechado la investigación para declarar que los hechos “demuestran que no hay límites sobre lo que hará Moscú o a quién atacará y que, si no hacemos frente, el problema irá a peor”.

La Rusia de Vladimir Putin siempre se ha desmarcado de las sospechas y, con la reciente acusación, Dimitri Peskov, portavoz del Kremlin, ha afirmado para las agencias de noticias oficiales que “no son más que acusaciones sin fundamento”. Preskov señala que no es un asunto “nuevo” y que, desde que se comenzara a hablar del síndrome de La Habana, Rusia siempre había estado en el punto de mira, a pesar de que nunca se hubieran puesto sobre la mesa “pruebas convincentes”.

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