"Todos damos por hecho que vamos a tener como 90 años para entregar el examen y estamos releyendo las preguntas. Todo lo vamos posponiendo, pero he aprendido que en cualquier momento nos dicen, entregamos.", expresaba el humorista Manu Sánchez mientras se sinceraba de su experiencia con el cáncer, durante una entrevista en el programa “Hora 25” de la Cadena Ser.
El humorista andaluz anunciaba a mediados del mes de abril de este año, dos días antes del nacimiento de su segunda hija, que se encontraba recibiendo un tratamiento intensivo tras haberle detectado un cáncer testicular. Desde entonces, tuvo que pasar por quirófano y paralizar su actividad profesional. Ante el golpe que le dio la primavera, el humorista quiso transmitir en sus redes sociales que sentía miedo, pero también otras muchas cosas; y que lucharía, que lucharía hasta el final.
El optimismo ha brillado siempre dentro del humorista, reflejado en su sonrisa difícil de borrar mientras atraviesa una etapa tan dura como esta. En su sincera entrevista remarcaba que para él, lo más difícil había sido aceptar su propia muerte, describiéndolo como "el gran ejercicio" y "la gran pirueta psicológica".
"Ojalá la persona con la que rehaga la vida mi pareja sea un tío de puta madre porque va a educar a mis hijos"
Una cuestión que Manu ha tenido muy en cuenta durante estos meses y que no ha podido apartar de sus pensamientos ha sido el futuro de su familia en caso de que él se marche. "Me iba a la cama y pensaba, ojalá la persona con la que rehaga la vida mi pareja sea un tío de puta madre porque va a educar a mis hijos", compartió.
Demostrando que ni siquiera un cáncer puede con su extraordinario sentido del humor, relataba unas palabras que había tenido con su mujer ante las risas de todo el público: “Yo a ella le digo ‘gorda, tienes que saber medir los tiempos’, que cuando la gente te vea con otro te digan ‘normal, es joven la chiquilla’, que no digan ‘pues estos se conocían de antes’. Hay una delgada línea, que yo no sé cuál es, pero que hay que saber medir”.
A pesar de que sus hijos son aún son muy pequeños para entender por lo que está pasando su padre, el humorista intenta dejar “miguitas”, como él las llama, para que en un futuro sus hijos comprendan el significado del viaje que su padre emprendió. El humorista jamás se ha permitido perder momentos importantes para las vidas de sus pequeños y su batalla tanto física como emocional, destacando siempre la importancia de enfrentar la vida con una sonrisa incluso en los momentos más difíciles, han demostrado diariamente su fortaleza y valentía.