Las personas con complejo por su baja estatura pueden crecer hasta 8 centímetros con una nueva cirugía estética consistente en la rotura de los huesos de las piernas. Se trata de un procedimiento muy agresivo y que conlleva dos años de recuperación y rehabilitación, para el que, además, los pacientes deben superar previamente un test psicológico. Su precio puede alcanzar los 200.000 euros.
Esta técnica, conocida como elongación ósea, se basa en el corte de la tibia, el fémur o ambos con material quirúrgico para después introducir en su interior un clavo de elongación, fijado con tornillos. Este clavo se irá alargando cada día hasta un milímetro, mientras el hueso dividido va creciendo a su alrededor.
La cirugía se puede realizar una vez concluida la fase de crecimiento, aproximadamente después de los 18 años. Y, cuanto más joven sea el paciente después de esta edad, mejores resultados y más probabilidades de éxito. Aunque el procedimiento es complicado, promete dejar unas cicatrices minúsculas y casi imperceptibles.
Después de la cirugía, comenzará el proceso de alargamiento del hueso. Para ello, se utiliza una máquina que emite ondas electromagnéticas, las cuales posibilitan que el clavo introducido vaya ampliando su longitud. Cuando el paciente alcance la medida deseada, concluirá el uso de la máquina para esperar a que el hueso empiece a consolidarse.
Durante el proceso de recuperación, el paciente debe permanecer en reposo absoluto
Posteriormente, el paciente deberá acudir a numerosas sesiones de fisioterapia para no perder la movilidad de las articulaciones e iniciar el proceso de recuperación. Le esperan por delante meses duros e intensos de rehabilitación, puesto que cada centímetro de crecimiento alarga un mes el período de convalecencia. Y durante este proceso, no podrá apoyar las piernas, caminar ni permanecer de pie, deberá guardar reposo absoluto. Por todo ello, el paciente debe superar previamente un test psicológico.
El procedimiento de elongación ósea es muy agresivo. En quirófano, el paciente pierde mucha sangre y el duro período de recuperación se extiende dos años aproximadamente. A ello hay que sumarle que los riesgos son muy elevados, tales como que las fracturas de la intervención no peguen correctamente, posible rigidez y que se generen problemas óseos si esto ocurre.
Por todos estos motivos, la cirugía de elongación ósea apenas se realiza en Europa, y menos por cuestiones estéticas. Sí que se practica en pacientes en los que es necesario corregir problemas en su estructura, por ejemplo, una asimetría en la longitud de sus piernas. Pero no procede para personas que deseen aumentar su estatura por adaptarse al canon de belleza.