“El primer ser humano recibió un implante ayer de Neuralink. Y se está recuperando bien”, con estas palabras el magnate Elon Musk comunicaba en su red social X, antes Twitter, lo que podría suponer un avance significativo para la comunidad científica. “Los resultados iniciales muestran una prometedora detección de picos neuronales”, añadió Musk en su publicación.
Neuralink es la empresa fundada por Elon Musk en 2017 que se centra en la integración de tecnología de inteligencia artificial en el cerebro humano para dotarlo de la capacidad de comunicarse de forma inalámbrica con la nube.
Tras comunicarse este implante, el vicepresidente de la Sociedad Española de Neurología, David Ezpeleta, afirmó en Antena 3 Noticias que “dar a conocer un avance como éste a través de un tuit no es la forma de comunicar un avance científico”. Además recordó que “la investigación en interfaz cerebro-computadora se viene realizando desde hace muchos años y en 2023 ya pudimos leer en revistas científicas trabajos completos importantes de los que ya pudimos sacar conclusiones”, algo que no puede realizar ahora al no disponer de datos sobre la actividad de Neuralink.
“El acceso de estos dispositivos neurotecnológicos a la lectura de nuestro cerebro abre el debate sobre los nueroderechos”
Según explica el experto, la operación realizada se basa de colocar una serie de sensores justo encima de la corteza cerebral para recoger la actividad eléctrica cerebral, analizarla mediante un sistema de IA entrenado y ordenar la realización de una determinada acción. “A partir de ahora se tendrá que demostrar que el chip no se mueve, no se infecta, no produce crisis epilépticas, no empeora la enfermedad que permite tratar, etc. La investigación está en sus albores”. Aunque se puedan producir avances, asevera: “Lo que no va a suceder en las próximas décadas es por ejemplo que un paciente que ha dejado de hablar completamente por un infarto, recupere el lenguaje”. Ezpeleta recuerda que “estos dispositivos neurotecnológicos que acceden la lectura de nuestro cerebro abre el debate sobre los nueroderechos y la privacidad mental que pueden verse amenazada por esta tecnología”.
El CEO de CyberBrains, Pablo F. Iglesias, ha manifestado en “Trece al día” que “estos implantes como tal, llevan una década en el mercado, y son típicos para la gente sordomuda o una serie de implantes que hay para gente con episodios graves de epilepsia”. Alerta de los peligros que pueda generar este implante “si el cuerpo lo rechaza o en caso de que algo fallara cómo se podrían recuperar las funciones que el implante haya tocado”.
“Tener un implante tan profundo en el cerebro durante mucho tiempo no debe ser muy recomendable”
Por su parte, la neurocientífica de la Sociedad Española de Neurociencias (SENC), Conchi Lillo, afirma que “no podemos asegurar la fiabilidad del implante a largo plazo” y alerta de que “tener un implante tan profundo en el cerebro durante mucho tiempo no debe ser muy recomendable porque desconocemos cuáles son sus consecuencias”, advierte.
“Ya tenemos muchos chips que funcionan para personas con lesiones medulares que funcionan y que son capaces de mover, por ejemplo, esqueletos robóticos. Con un implante profundo se puede manejar los temblores de las personas con parkinson e incluso predecir ataques epilépticos”, afirma la neurocientífica. “Estos implantes, aunque no son permanentes, ya ayudan a estas personas a ser más autónomas y tener mejor calidad de vida”, concluye.