Una clínica de reproducción asistida de Tel Aviv vuelve a enfrentarse a otro posible caso de confusión de embriones en tratamientos de fertilidad in vitro. El Tribunal Supremo israelí ha confirmado la necesidad de realizar pruebas genéticas para establecer la filiación de un niño tras un error en un proceso de fecundación in vitro que se produjo en el año 2022.
El fallo se ha anunciado después de que se rechazara un recurso destinado a anular dichas pruebas solicitadas por un tribunal de familia. La madre que llevó el embarazo y su pareja, aunque no comparten lazos genéticos con el niño, buscan ejercer sus derechos como padres.
El Ministerio de Sanidad israelí investiga el caso mientras se recuerda el incidente similar del año anterior
El error provocado por la clínica de fertilidad fue detectado tras realizar pruebas al feto por problemas médicos. Los resultados de estos análisis revelaron que la pareja no podían ser sus padres biológicos.
La investigación posterior, apunta a que el error se desencadenó en la sala de espera de la clínica, al intercambiar dos mujeres sus lugares en la fila, lo que llevó a la transferencia de embriones incorrecta.
La pareja que ha cuidado al bebé quiere mantenerlo y sus posibles padres biológicos acuden a los tribunales
El centro de fecundación in vitro identificó a 22 parejas como posibles padres biológicos del bebé. Después de varios análisis limitaron a seis, las parejas tenían la mayor probabilidad de coincidencia genética con el niño.
En diciembre de 2022, el Ministerio de Sanidad decició no continuar con la búsqueda, lo que provocó que estas parejas buscaran justicia en los tribunales. Mientras tanto, el bebé ha estado bajo el cuidado de la pareja que busca mantenerlo, con un representante legal asignado para proteger sus intereses.