María del Carmen C., enfermera del Servicio Gallego de Salud, saltó a la palestra hace unos días al estar inmersa en un proceso judicial de delitos continuados de revelación de secretos después de consultar 196 veces el historial de su expareja, otras 124 veces el historial de la pareja de él y 134 veces el de su hija. Pero la cosa no acaba ahí: ahora también se enfrenta a ocho años de cárcel por suministrarle opiáceos a su hija cuando esta tenía entre dos y cuatro años de edad.
Así, según el escrito de acusación pública, la procesada administró, entre 2018 y 2020, medicamentos como tramadol, un opioide; flecainida, un antiarrítmico; y prometazina, que se usa como antihistamínico. Según informa La Voz de Galicia, los médicos forenses que le tomaron muestras están “convencidos” de que terceras personas le dieron los fármacos a la pequeña en dosis mínimas.
"Los médicos forenses están convencidos de que terceras personas le dieron los fármacos a la pequeña"
Los mismos forenses han explicado, en la segunda jornada de la vista celebrada en la Audiencia Provincial de Pontevedra, que cuando la niña fue explorada por pediatría en junio de 2018, punto inicial de este proceso, el entorno familiar refería que estaba “inestable y poco reactiva”. La enfermera, en la primera jornada del juicio, ha negado que suministrara opioides a su hija.
“Se le tomaron cinco muestras, todas en presencia de su madre, la primera el 30 de junio del 2018 con una recogida de orina que dio negativo (estudia la aplicación en las últimas horas) y una de pelo (más a largo plazo) que detectó tramadol”, informa el diario gallego, que añade que este último es un fármaco contraindicado en menores de 11-12 años, que puede resultar adictivo cuando su uso es prolongado y que tiene efectos depresores sobre el sistema nervioso central.
"La enfermera también está inmersa en un proceso judicial de delitos continuados de revelación de secretos"
El tramadol volvió a aparecer en los siguientes análisis, en abril del 2019, octubre y diciembre de ese año y diciembre de 2020. “Los estudios de las muestras por parte del Instituto Nacional de Toxicología también detectaron prometazina (antihistamínico) en un solo control y flecainida (fármaco antiarrítmico) en todos menos el primero”, informa La Voz de Galicia.
Los forenses, además de señalar que la niña llegaba “impecable” a las consultas, también declararon que lo más probable es que las sustancias le fuesen administradas por terceros que “debían tener muy claras las dosis a aplicar” por el riesgo que entrañaba.
"Realizó estos actos conociendo el grave riesgo que entrañaba para la salud de la niña"
De hecho, la defensa llegó a preguntar a los forenses si existía la posibilidad de que el mencionado tramadol hubiese llegado al pelo de la niña a través de su abuela, con quien había dormido y que tenía recetado el medicamento. Pero los peritos del Instituto Nacional de Toxicología explicaron, refleja el periódico gallego, que “tendría que haber un exposición repetida en el tiempo y un contacto continuado y estrecho con el sudor de otra persona que tomara tramadol para que posteriormente las muestras de pelo de la niña dieran positivo”.
De esta manera, la Fiscalía sostiene que la enfermera realizó estos actos "conociendo el grave riesgo" que entrañaba para la salud de la niña tomar esas drogas. Fue en marzo de 2022 cuando perdió la guardia y la custodia de la menor a favor de su padre, y ahora se enfrenta a ocho años de prisión por un presunto delito contra la salud pública con agravante de parentesco.