Utilizan todo tipo de "argumentos", reniegan de las investigaciones científicas y acostumbran a creer que tienen la verdad absoluta. A lo largo de estos meses de pandemia, los negacionistas han difundido cantidad de bulos e información falsa en contra de la Covid-19, su origen, las medidas de prevención de contagios y, una vez comenzada la campaña de vacunación, también contra los sueros del coronavirus.
A continuación, desmontamos de la mano de la evidencia científica, algunos de los argumentos más utilizados por los antivacunas:
“Las vacunas provocan autismo”
Se trata de un argumento utilizado por gran parte de los antivacunas, tanto de la Covid-19, como de otras vacunas, como la triple-vírica. Autismo España, así como el Ministerio de Sanidad y demás sociedades, han negado esta afirmación, amparándose en estudios científicos que demuestran que el autismo es igual de frecuente en vacunados que no vacunados y las vacunas no aumentan la incidencia de este trastorno.
“Las vacunas tienen óxido de grafeno”
Nada más lejos de la realidad. En ninguno de los prospectos de los cuatro sueros contra la Covid-19 aprobados en nuestro país se incluye este material. Este bulo surgía a raíz de la publicación de un supuesto informe provisional de un profesor de la Universidad de Almería sobre la presencia de este material en la vacuna. Sin embargo, la propia Universidad desmentía esta información: “Es rotundamente falso que la Universidad de Almería haya realizado un estudio científico con los resultados que están siendo publicados (…). Están tergiversando el contenido de un informe no oficial de un profesor de la Universidad sobre un análisis de una muestra de origen desconocido con ausencia total de trazabilidad”, rezaba el comunicado.
Es más probable desarrollar algunos de estos efectos secundarios - como la miocarditis o trombosis - por una infección por Covid-19, que por la vacuna
Añaden que el centro “apoya sin fisuras las vacunas como instrumento científicamente incuestionable para luchar contra las enfermedades”. Además, los científicos revelan que ni siquiera sería dañino para la salud que las vacunas contuviesen grafeno. De hecho, ya se está estudiando este material para su utilización en diferentes áreas de la Medicina.
“Las vacunas no sirven para nada porque sigue habiendo contagios”
Las vacunas son seguras y eficaces a la hora de prevenir la enfermedad grave y muerte por Covid-19, lo cual no implica que se eviten los contagios y el virus siga circulando. Es por ello que los expertos recomiendan vacunar masivamente a la población y seguir manteniendo las medidas de prevención de contagios. Con todo, los estudios sugieren que el virus se transmitiría menos entre personas vacunadas.
“Las vacunas tienen efectos adversos para la salud muy graves”
Según recoge un estudio realizado, entre otros, por la enfermera del Hospital Universitario de Burgos, Azucena Santillán García, sobre el discurso de los antivacunas en redes sociales, “la posibilidad de algún efecto adverso (en su gran mayoría leves) nunca es descartable, porque el riesgo cero no existe, pero el balance beneficio/riesgo es muy elevado.
Ni las mascarillas restringen el oxígeno, ni nos hacen inhalar cantidades dañinas de CO2
Diversas investigaciones científicas han confirmado que es más probable desarrollar algunos de estos efectos secundarios - como la miocarditis o trombosis - por una infección por Covid-19, que por la vacuna.
MITOS SOBRE LAS MASCARILLAS
“Tenemos derecho a respirar oxígeno y la mascarilla no lo permite”
Ni las mascarillas restringen el oxígeno, ni nos hacen inhalar cantidades dañinas de CO2. Lo ha confirmado la Organización Mundial de la Salud y demás sociedades científicas. Un estudio reciente de la Universidad de Connecticut, en Estados Unidos, revelaba que ni siquiera haciendo ejercicio físico a altas temperaturas, la mascarilla era perjudicial para la salud. La cantidad de dióxido de carbono que queda atrapada en la misma, es anecdótica en comparación con el oxígeno que entra, por lo que no se constituye como un riesgo de sufrir hipoxia ni otras patologías.
“No hay evidencia científica de que la mascarilla sea eficaz”
Es cierto que diferentes organizaciones han afirmado que solo mediante el uso de la mascarilla no se evitan los contagios. Sin embargo, la mascarilla reduce significativamente el riesgo de infección. Además, junto con otras medidas de prevención como la higiene de manos, ventilación y distancia interpersonal, es una de las formas más efectivas de prevenir los contagios de coronavirus.
¿DIALOGAR CON NEGACIONISTAS?
El artículo realizado por el Hospital de Burgos junto con la Universidad de Valladolid, insiste en que "el respeto a la autonomía no nos exime de argumentar e intentar persuadir (siempre que haya evidencia científica del beneficio de nuestra recomendación, como en este caso) para conseguir actitudes y decisiones saludables". Es decir, se puede intentar dialogar, utilizando argumentos, con aquellos que están en contra de las vacunas, siempre y cuando prevalezca "la actitud de respeto y empatía" y evitando "la confrontación, con el objetivo de buscar acuerdos, fomentando la responsabilidad compartida".