Grayson Butler, el niño prematuro que nació con 16 semanas de vida y pesando 1 libra en el Hospital Infantil Blythedale de Nueva York, ha sido dado de alta después de pasar 16 meses en el hospital. El bebé ha podido ver al fin la luz del sol después de pasar casi toda su vida en el centro hospitalario, sumando casi cerca de 500 días ingresado. Ahora pesa 20 libras y está recuperado de sus afecciones, aunque utiliza una máquina de ventilador para respirar.
El pasado 27 de junio de 2022, Grayson llegaba a este mundo con tan solo 16 semanas de gestación y un 20% de probabilidades de sobrevivir, ya que los médicos le diagnosticaron un defecto cardíaco congénito y una enfermedad pulmonar crónica, según informaba WCBS-TV. Con 1 libra de peso, lo que se traduciría en 0,44 kilogramos, Grayson logró salir adelante después de necesitar 15 transfusiones de sangre, dos cirugías, una traqueotomía y cinco ataques de neumonía.
490 DÍAS INGRESADO
Ahora, 490 días después de su nacimiento, el pequeño ha salido del hospital en una camilla adaptada y con un peso de 9 kilogramos. Tal y como explicaba Monae Harper, su madre, para la cadena de televisión estadounidense, “han sido muchas noches de insomnio, muchas lágrimas, muchas oraciones, muchos llantos", a lo que añadía que “fueron muchos días los que pensé que al fin me podía llevar a mi hijo a casa, pero de repente ocurría otro problema”. Estábamos muy asustados. Parecía que iba a romperse. Era tan delicado…”.
Desde el nacimiento de Grayson, sus padres han vivido una “montaña rusa” de emociones: “Muchos días son muy buenos, pero otros muchos te cruje el estómago y ni siquiera puedes mantener la cabeza erguida”. “No sabía que iba a durar tanto”, expresaba la madre emocionada, definiendo a su hijo como un “bebé milagro”. Ahora, tanto ella como Jeffrey Butler, el padre del niño, han aprendido a cuidarle y a utilizar las máquinas respiratorias que necesita para sus cuidados.
“Cuando el resto de niños empiece a caminar, puede que él se retrase un poco. Pero está perfectamente bien"
Los médicos señalan que Grayson no ha desarrollado ningún problema neurológico adicional, aunque es probable que “cuando el resto de niños empiece a caminar, puede que él se retrase un poco. Pero está perfectamente bien”, explica su padre, reseñando que “es inteligente y tiene sentido del humor”. Desde el pasado 1 de noviembre, Grayson y sus padres ya hacen vida fuera del hospital, esperando poner un punto y aparte en el comienzo de la historia del pequeño.