El viaje de Álex García Galas, un donostiarra de 36 años, para conocer la paradisíaca Tailandia, se vio truncado desde los primeros días en los que pisó estas tierras asiáticas. Una pancreatitisnecrotizante que no le fue diagnosticada en España antes de partir y varios conflictos con la compañía aseguradora del viaje han provocado que este joven padre de familia terminara en estado crítico en un hospital de Bangkok, esperando durante casi dos meses a ser trasladado de vuelta a España.
A casi 10.000 kilómetros de distancia, su familia gestionó desde Euskadi varios intentos de repatriación sin éxito, esperando que el Gobierno pudiera actuar en el caso. Reclamaban que Álex pudiera regresar en un avión medicalizado de la Unidad Médica de Aeroevacuación del Ejército del Aire (Umaer), una petición que llegaba a término, al fin, en la tarde del domingo 21 de abril.
Sobre las 18:20 horas, el avión medicalizado aterrizaba en el aeropuerto de Bilbao tras más de 12 horas de vuelo. Durante el trayecto aéreo, Álex estuvo asistido por un equipo médico especializado, compuesto por 5 médicos y 4 enfermeros militares, aunque también iba acompañado de su madre y su cuñada, quienes se habían trasladado a Tailandia para permanecer con él.
El pronóstico de Álex es "reservado" y él se muestra "asustado"
Después de pisar suelo español, el joven vasco fue trasladado en ambulancia al Hospital Universitario de Cruces (Vizcaya), siguiendo el deseo de su familia. La ambulancia, perteneciente al Soporte Vital Avanzado de Osakidetza (Servicio Vasco de Salud) esperó a pie de pista al donostiarra, donde los sanitarios especializados le informaron de su estado antes del traslado al hospital. A pesar de su complicado pronóstico, el enfermo salió estable de Tailandia, según ha trascendido, y ahora se encuentra bajo tratamiento en el hospital vizcaíno.
José Luis Moreno y Marta Ugalde, los dos médicos intensivistas que atendieron a Álex tanto en la UVI móvil como en el hospital de Cruces, informaban a la prensa a las puertas del centro hospitalario de que su recuperación “será larga debido a la gravedad” y de que su pronóstico es “reservado”. El donostiarra ingresó en la Unidad de Cuidados Intensivos a las 19:30h del domingo y se muestra “asustado”, aunque su familia ya está “más tranquila” desde que está atendido en España.
LA ODISEA DE ÁLEX
Lo que pretendía ser un perfecto viaje de vacaciones, acabó convirtiéndose en una de las peores pesadillas para Álex y su mujer, Usoa Martínez. La pareja había viajado Tailandia en el mes de febrero para conocer el país, pero unas molestias de Álex en el abdomen les impidieron disfrutar del mismo. Prácticamente el primer día, el dolor obligó al joven a acudir a un hospital de Bangkok, donde enseguida le fue diagnosticada una pancreatitis necrotizante al 30%, que ahora ha evolucionado al 50%.
El avión medicalizado de Defensa ha contado con la asistencia de 5 médicos y 4 enfermeros militares
El diagnóstico les dejó atónitos, pues previamente al viaje, Álex había acudido varias veces a las urgencias en Euskadi para descartar cualquier problema de salud antes de su visita a Tailandia. Sin embargo, allí achacaron sus molestias a problemas de gases. En cambio, en Bangkok fue inmediatamente hospitalizado en estado grave. Allí el tratamiento antibiótico no funcionó, por lo que recibió atención médica para intentar mantenerle estable. En cambio, su estado de salud se fue deteriorando seriamente, hasta el punto de tener que ser intubado en la UCI, donde ha permanecido cerca de dos meses esperando a ser trasladado de vuelta a España.
La familia de Álex movió cielo y tierra para intentar su repatriación, pero la compañía aseguradora del viaje puso varias trabas, a pesar de que en los papeles firmados constaba una ‘repatriación ilimitada’. Tras dos intentos de repatriación fallidos y una deuda acumulada de cerca de 200.000 euros, los allegados del joven se pusieron en contacto con el Ministerio de Defensa para pedir que pudiera ser trasladado con la Unidad Médica de Aeroevacuación del Ejército del Aire (Umaer). Ahora, con Álex ya en España, en manos del equipo médico y cerca de su familia, parece que la odisea está más cerca de llegar a su fin.