Este verano las playas españolas están teniendo un protagonista especial: el pez araña. Desde el comienzo de la temporada, el pasado mes de junio, y hasta el pasado 1 de agosto, Cruz Roja de Cantabria ha atendido hasta 702 casos de picadura de pez araña en las costas cantábricas, incidencias muy superiores a las 287 registradas por picaduras de medusa en las playas de la región.
Desde Cruz Roja en la Comunidad Valenciana recuerdan que “en caso de pisar accidentalmente un pez araña, se debe acudir al puesto de socorro más cercano”. En caso de no disponer de este servicio la zona en la que nos encontremos, explican los expertos, “debemos introducir la zona afectada en arena o agua caliente para paliar el dolor y posteriormente acudir a un centro de salud. Recuerdan la importancia de no sacar a los animales fuera del mar ya que “somos las personas las que invadimos su hábitat natural y debemos intentar esquivarlos”.
“Produce dolor inmediato que se suele sentir de abajo hacia arriba”
El técnico de emergencias e influencer, Miguel Assal, apunta que este pez está enterrado en la arena, dejando solo salir a la superficie tres de sus puntas situadas en su lomo. Al pisarlo “produce dolor inmediato que se suele sentir de abajo hacia arriba”, por lo que es muy importante, destaca, "actuar cuanto antes".
Assal afirma que hay que introducir la pierna en agua caliente para neutralizar las toxinas. Deberemos permanecer así durante unos 30 minutos hasta que notemos un alivio del dolor. El experto explica que si nos ha quedado algún resto superficial de las púas podemos intentar retirarlo con una tarjeta pero nunca presionar o frotar con una toalla. El técnico sanitario destaca que “ante la existencia de síntomas extra como mareos, vómitos o incluso dificultad para tragar, hablar o respirar, ya que puede producirse un shock anafiláctico”.
Estos peces de agua fría se escondan bajo la arena esperando a que suba la marea, pudiendo ser pisados por los bañistas en la orilla del mar
La araña o escorpión es un pez óseo de forma alargada caracterizado por tener dos aletas dorsales desiguales, una primera negra y mucho más pequeña que la segunda. Los radios negros de la primera aleta están conectados a unas glándulas de veneno y pueden producir lesiones muy dolorosas, según explican desde el Canal del Mar Menor.
Los expertos señalan que es habitual que estos peces de agua fría se escondan bajo la arena esperando a que suba la marea. No se trata de un pez agresivo, pero al estar enterrado en la arena, sus espinas sobresalen, y pueden ser pisadas por personas que caminan por la playa o cuando los bañistas entran en el mar.
Para evitar picaduras, los expertos sugieren el uso de zapatillas especiales para caminar por la orilla o arrastrar los pies al caminar descalzo, lo que según los expertos asustará al pez y lo alejará, reduciendo el riesgo de contacto.