Zazza el italiano, el youtuber que suma más de 749.000 seguidores en esta red social y que es conocido por adentrarse en barrios peligrosos y marginales, ha grabado su dura experiencia en el barrio estadounidense de Kensington para mostrar la realidad de ‘los zombies de Filadelfia’. Allí el fentanilo se ha convertido en una epidemia que no se oculta, pues las calles están llenas de adictos consumiendo drogas o bajo sus efectos.
Hace tan sólo dos días que el creador de contenidos subió el vídeo a YouTube y ya alcanza las 5 millones de reproducciones, colándose entre los 3 vídeos más vistos en esta plataforma durante las últimas horas. Con su experiencia documental, Zazza ha querido mostrar a sus seguidores uno de los episodios que más le han sorprendido hasta la fecha, en búsqueda del “testimonio de gente que se encuentra a unos pasos de la muerte”.
KENSINGTON DESDE DENTRO
Para documentar esta realidad, el italiano se ha desplazado hasta un barrio de Filadelfia, ciudad que un día llegó a ser la capital de Estados Unidos durante 10 años y que históricamente ha sido un polo político-económico-industrial muy importante. Sin embargo, lleva sometida desde hace un tiempo a la “plaga horrible” del fentanilo, una droga sintética que mata a 4 personas por día. “Una auténtica barbaridad”, dice en el vídeo.
El barrio elegido fue Kensington, al este de la ciudad, convertido en el centro de esta epidemia por su gran nivel de degradación, delincuencia y marginación. Desde que el youtuber puso un pie en el suelo de Kensington fue testigo de personas pinchándose con jeringuillas, sufriendo espasmos por los efectos de las drogas o tiradas en el suelo al borde de la sobredosis. También de mendigos, violencia y suburbios sobre los que la policía no actúa, según un voluntario de allí, porque “el comisario ha dicho que no hagan nada ya que no hay suficiente guardia, no hay muchas manos que puedan ayudar y ellos mismos dijeron que no tienen tiempo para gente así. No vale la pena”. Incluso “los mismos policías tienen miedo”, explicaba el voluntario.
Son precisamente los voluntarios de la comunidad los que ayudan a estas miles de personas con comida y enseres básicos, para que puedan vivir y cumplir con sus necesidades mínimas. Muchos de ellos pasean por las calles del barrio para atender las urgencias, reanimando a las personas que se encuentran en trance tiradas en el suelo, con agua, golpeándoles en la espalda para despertarles e incluso administrándoles Narcan, un medicamento que salva la vida de las personas con sobredosis en el 90% de los casos.
"Jamás he visto algo así"
A cada paso y en cada esquina, Zazza y su acompañante, voluntario en Kensington, se encontraban con personas necesitadas. Pudieron contar con el testimonio de Joe, un joven toxicómano de tan sólo 21 años que no había llevado una vida fácil y que había perdido a toda su familia por culpa del fentanilo: “La gente viene aquí porque la droga es muy barata, por eso la gente está ‘jodida’. Cuando teníamos ‘buena droga’, todo iba bien. Yo tomaba dos paquetes de fentanilo durante dos o tres días. Mi madre murió de sobredosis frente a mí, mi único hermano murió de eso. Mi primo murió por ello. Esta mierda mata a todo el mundo, ya no tengo familia por culpa de esto”, relataba.
“No lo hago por hacerlo. No estoy loco, solo escucho a mi madre. Yo lo hago porque es mi mejor solución”, proseguía Joe, quien también explicaba que cuando consume esta droga es “el único momento en que puedo ver a mi familia”. Cuando fue preguntado por las sensaciones que vivía cuando tomaba el fentanilo, decía que se sentía “como en una nube”, “como si fuera invencible”.
Otra mujer que habló para la cámara contaba que había empezado a consumir drogas desde los 12 años, desde heroína a crack, y ahora también fentanilo. Su infancia difícil con una familia ausente provocó que cayera en este oscuro mundo a una edad temprana. La mujer mostraba las consecuencias de los pinchazos en su brazo, al tiempo que relataba que conseguía el dinero para la droga postrituyéndose con extraños.
CRISIS DEL FENTANILO, UN PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA
El fentanilo es ya problema de salud pública en Estados Unidos. Se trata de una droga opiácea “100 veces más fuerte que la morfina” que apaga y adormece al individuo. Durante la pandemia Covid-19 y en el año 2021, las muertes por sobredosis por uso de opiáceos alcanzaron niveles récord según el último informe de los Centros de Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC), y en concreto, las causadas por el consumo de fentanilo se cuadriplicaron de 2016 a 2020 y se incrementaron un 24,1% de 2020 a 2021.
Esta droga se ha convertido en la principal causa de muerte no natural entre los estadounidenses de entre 18 y 45 años, según Families Against Fentanyl. De hecho, sólo en 2021 ocasionó 70.000 muertes en Estados Unidos. Este opiáceo se utiliza con usos farmacológicos y bajo supervisión médica como analgésico, pero el fentanilo ilegal posee unos niveles de adicción y toxicidad mucho mayores, además de que es más barata de conseguir que otras sustancias estupefacientes. Sólo dos miligramos de fentanilo pueden ser letales.
“Allí llevan desde los años 90 con un modelo de sanidad liberal, mientras nosotros tenemos un sistema universal gratuito y un control"
España no se queda demasiado atrás de Estados Unidos. Aunque su consumo no puede considerarse una epidemia como en el país americano, España es, por detrás de Alemania, el tercer país del mundo en el que más fentanilo se consume, con o sin prescripción médica. En 2015 el fentanilo representó el 17,51% del consumo total de opioides en España, según recoge un estudio de la Universidad de Sevilla en la revista Ilaphar, y “en más del 40% de los casos se utilizó el fentanilo de liberación inmediata en pacientes con dolor irruptivo no oncológico, indicación que no está autorizada para estos medicamentos”, señalan estos investigadores.
Por el momento, ambos contextos no son del todo comparables, pues nuestro sistema de sanidad pública está mucho más controlado que el liberal americano, tal y como explicaba para ConSalud.esel Dr. Manuel Mejías Estevez, coordinador del Grupo de Cuidados Paliativos de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen). “Allí llevan desde los años 90 con un modelo de sanidad liberal, mientras nosotros tenemos un sistema universal gratuito y un control con los que no se pueden dar más de dos cajas o establecer tratamiento más allá de los cuatro meses”.