Los problemas de salud mental aparecen mayoritariamente en la infancia y la adolescencia. Concretamente, un 70% de ellos se produce en la etapa infanto-juvenil, la mayoría antes de los 25 años y, la mitad de ellos, antes de los 14, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además, estos problemas se incrementan cada vez más por el uso indebido de las redes sociales.
A pesar de ser herramientas con un gran potencial, las redes sociales también han permitido la difusión de bulos, el acceso a una gran cantidad de información o el uso inadecuado por parte de los jóvenes, propiciando así los problemas de salud mental. Además, cada vez se les da un uso más temprano a estas plataformas, permitiendo que los más jóvenes accedan a contenidos que pueden generar problemas en su salud mental.
Este es precisamente el sentido de un nuevo estudio publicado en el Journal of Adolescence que ha relacionado el uso temprano de las redes sociales con problemas de salud mental como la depresión en la adolescencia. Esta investigación ha confirmado que existen determinados factores que pueden hacer de las redes sociales una herramienta de riesgo para enfermedades como la depresión.
Los investigadores aseguran que se necesita un enfoque individualizado para determinar tanto los beneficios como los daños que provocan estas herramientas
Estos hallazgos confirman que el uso de las redes sociales no afecta a todos los adolescentes de la misma forma. Además, los investigadores de la Universidad Brigham Young, encargados de este estudio, aseguran que se necesita un enfoque individualizado para determinar tanto los beneficios como los daños que provocan estas herramientas en la salud mental de los jóvenes.
En esta investigación participaron 488 adolescentes que vivían en Estados Unidos. Las encuestas se realizaron una vez al año y durante ocho años, cuando la edad promedio de los jóvenes era 13 años. Los investigadores encontraron cinco factores que diferían en la forma en la que la duración del uso de las redes sociales autoinformado estaba vinculado con los síntomas de la depresión. “Aunque un alto nivel de uso informado de las redes sociales a menudo se relacionaba con mayores aumentos en los síntomas depresivos, esto no fue universal”, declara el estudio.
Los jóvenes que presentaron síntomas depresivos –asociados también al uso precoz de redes sociales- también sufrían hostilidad parental, acoso entre pares, ansiedad, reactividad a los factores estresantes y menor supervisión parental en los medios de comunicación. Sin embargo, aquellos que presentaban otras características no estaban tan predispuestos a sufrir problemas de depresión.
"Si el adolescente ya está en una posición vulnerable es mucho más probable que las redes sociales sean dañinas"
“Al pensar en si las redes sociales pueden afectar a un adolescente en particular, es importante adoptar una perspectiva amplia. Si el adolescente ya está en una posición vulnerable (sufre acoso escolar o tiene padres hostiles o padres que no controlan lo que hace su hijo adolescente), es mucho más probable que las redes sociales sean dañinas. Esto es especialmente cierto si se utilizan más de 3 horas al día”, explica el autor W. Justin Dyer, doctorado en la Universidad Brigham Young.
“Sin embargo, si sus amigos y padres son cálidos y comprensivos, y los padres controlan el uso de los medios de comunicación de sus hijos adolescentes, un uso moderado de las redes sociales (menos de 3 horas al día) puede ser algo bueno. Los adolescentes parecen beneficiarse mucho cuando los padres les brindan orientación mientras navegan por las redes sociales. Esa orientación puede marcar la diferencia”, concluye.