¿Puedo beber si estoy tomando antibiótico? Este es el medicamento que no debes mezclar con alcohol

El alcohol y los antibióticos son sustancias que pueden llegar a interactuar de forma negativa en el organismo, provocando efectos desagradables y peligrosos para la salud

Consumo de antibióticos (Foto. Freepik)
Consumo de antibióticos (Foto. Freepik)
21 octubre 2024 | 12:00 h
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El tiempo de ocio suele estar estrechamente relacionado con el consumo de alcohol, en mayor o en menor medida. Desde una cerveza en una calurosa tarde de verano hasta una copa de vino para cenar, son muchas las bebidas alcohólicas que incluimos en nuestra dieta. Esto da lugar a una famosa pregunta: ¿puedo beber si estoy tomando medicamentos? Lo cierto es que el alcohol incide en el cuerpo de formas muy diversas en función del tipo de fármaco que estemos tomando, por lo que siempre debemos tener cuidado.

En este contexto, el influencer sanitario Guillermo Martín (@farmacia_enfurecida), ha publicado un vídeo en Instagram sobre qué antibióticos no deben mezclarse nunca con alcohol. “Todos hemos escuchado la frase ‘no puedo beber porque estoy tomando antibiótico’. Pero, ¿hasta qué punto es cierta?”. En realidad, son muchos los antibióticos que no interaccionan con el alcohol, y algunos simplemente ven reducida su eficacia.

El problema radica en aquellos que sí interaccionan, llegando a tener resultados catastróficos. “Hay un antibiótico que, mezclado con alcohol, os puede dar la peor resaca de vuestra vida e, incluso, llevaros al hospital: el metronidazol”. Este fármaco se usa para tratar infecciones del aparato reproductor, el tracto gastrointestinal, la piel, el corazón o el sistema nervioso, entre otras zonas del cuerpo. Además, también puede emplearse para tratar algunas enfermedades de transmisión sexual (ETS).

“Hay un antibiótico que, mezclado con alcohol, os puede dar la peor resaca de vuestra vida e, incluso, llevaros al hospital: el metronidazol”

En concreto, este antibiótico puede causar una reacción conocida como 'efecto antabus', que consiste en una serie de efectos físicos desagradables, según indica la AEMPS. Entre dichos efectos destacan las náuseas y vómitos intensos, los dolores de cabeza severos, las taquicardias, el enrojecimiento intenso de la cara y el cuello o la dificultad para respirar. Estos síntomas, que pueden parecer los de una resaca extrema, no solo son incómodos, sino que en algunos casos pueden requerir atención médica urgente. De hecho, en los casos más graves, la reacción puede llevar a una caída de la presión arterial o provocar desmayos.

CURIOSIDADES DEL EFECTO ANTABUS

El experto explica que esta cuestión se utiliza en el tratamiento del alcoholismo, administrando a personas alcohólicas un medicamento que produce efecto antabus. De este modo, se exponen a consecuencias negativas si beben mientras están tomando el fármaco. Es un tratamiento aversivo o interdictor del alcohol: lo que hace es interferir en el metabolismo de esta sustancia. 

Pese a que son muchos los fármacos que no causan problemas en combinación con el alcohol, algunos pueden llegar a provocar efectos extremadamente desagradables y requerir hospitalización. Además, en el mejor de los casos, el alcohol disminuirá el efecto del medicamento, algo que, aunque no suponga riesgo para la salud, dificultará la curación de la enfermedad. Por ello, siempre se deben tener en cuenta las consecuencias a la hora de mezclar estas sustancias.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.