El ojo humano es un órgano fundamental: es el principal del sistema visual y la base del sentido de la vista. Su función es captar la luz y transformarla en impulsos nerviosos que llegan al cerebro, a través del nervio óptico, para que este las interprete. Para captar prácticamente todo lo que tiene a su alrededor, realiza una serie de movimientos, posibles gracias a pequeños músculos pero, ¿sabes cómo funcionan?
La respuesta a esto la ofrece ‘Comunidad Biológica’, un grupo que difunde en redes “lo mejor de las ciencias biológicas en un lenguaje claro y sencillo”. Así, ha compartido en su cuenta en la red social X (@Bio_comunidad), una animación sobre la anatomía del ojo humano, que ilustra cómo este órgano es capaz de moverse.
Cuatro de los músculos oculares (recto superior, inferior, medial y lateral), se originan en el anillo tendinoso común y controlan la mayor parte del movimiento hacia arriba y hacia abajo
En el post, se puede ver un ojo moviéndose de un lado a otro, gracias a la contracción y expansión de seis músculos extraoculares, es decir, de fuera del ojo. Los seis trabajan al unísono para controlar el movimiento ocular y se adhieren a la esclerótica. Esto permite que, por ejemplo, los ojos puedan alejarse uno del otro para ver objetos lejanos y converger o girar uno hacia el otro para ver los objetos cercanos.
Por otro lado, cuatro de los músculos oculares (recto superior, inferior, medial y lateral), se originan en el anillo tendinoso común. Su función es controlar la mayor parte del movimiento hacia arriba y hacia abajo, así como de lado a lado. El oblicuo superior, que se origina en la cuenca del ojo cerca de la nariz, pasa por la tróclea, que actúa como una polea.
Principalmente, su función es girar el ojo hacia la nariz (intorsión), aunque también lo mueve hacia abajo (depresión) y alejándolo de la nariz (abducción). Por su parte, el recto medial mueve el ojo principalmente hacia la nariz (aducción), y el recto inferior principalmente mueve el ojo hacia abajo (depresión).
Para girar el ojo alejándolo de la nariz (extorsión), trabaja el oblicuo inferior, que se origina en el maxilar (hueso de la mandíbula superior). Además, también puede mover el ojo hacia arriba (elevación), y alejándolo de la nariz (abducción). Finalmente, para alejar el ojo de la nariz también se emplea el recto lateral.
Gracias a seis pequeños músculos, controlados por el cerebro y coordinados entre sí, se percibe la profundidad y se vuelve posible la visión binocular
Todos estos movimientos se realizan porque el sistema visual del cerebro es demasiado lento para procesar la información. Gracias a los movimientos rápidos, llamados sacádicos, se pueden visualizar los detalles más importantes de una escena, para integrarlos y construir la imagen completa que percibimos.
Cualquier fallo en este sistema de coordinación puede dar lugar a alteraciones de visión binocular y percepción de profundidad, afectando a la capacidad de ver y comprender el entorno tridimensional. Así, gracias a seis pequeños músculos, controlados por el cerebro y coordinados entre sí, se percibe la profundidad y se vuelve posible la visión binocular.