Un joven de 14 años ha perdido la vida en Getafe después de consumir una lata de ‘Red Bull’ que contendría dos gramos de ‘Tusi’, la también conocida como ‘cocaína rosa’. Los hechos se produjeron en la noche del pasado viernes 16 de febrero, en las inmediaciones de la estación de Metro de Los Espartales, cuando el adolescente y dos amigos más se reunieron con otros jóvenes que habrían conocido a través de Instagram. Los padres del menor ya han interpuesto la denuncia en la Policía Nacional, que investiga los hechos como delito de homicidio.
Según las primeras investigaciones, todo apunta a que los jóvenes habrían echado los dos gramos de cocaína rosa en la bebida energética sin que el fallecido si sus amigos se enteraran. Después del encuentro, los chavales huyeron en el metro, compartiendo lo ocurrido con un vídeo en redes sociales en el que se burlaban de los hechos y del menor. El vídeo ya ha sido eliminado de la circulación.
Unos minutos después de haber ingerido la bebida energética, el joven cayó desplomado por una intoxicación mortal a causa de la citada droga. El joven había sufrido una parada cardiorrespiratoria y, a pesar de que los Servicios de Emergencias se movilizaron hasta el lugar, no pudieron hacer más por su vida.
Se considera una dosis elevada de cocaína para una persona adulta una cantidad de 25 a 40 miligramos
Los padres del menor fallecido ya han presentado la denuncia ante la Policía Nacional, en un caso que se pondrá a mano del fiscal de Menores. Las personas involucradas tomarán declaración, una vez hayan sido identificadas, para proceder a ampliar las investigaciones.
LOS EFECTOS DE LA DROGA ROSA
La denominada como ‘cocaína rosa’ por su llamativo color, presenta unos efectos similares a la cocaína. También se la conoce como ‘Tusi’ por la castellanización de la terminología anglosajona con la que los narcotraficantes la bautizaron: ‘2C-B’ (“tusibi”), una feniletilamina con efectos psicodélicos y alucinógenos. Su precio puede alcanzar los 100 euros por gramo, según informa ‘Cadena Ser’.
Se trata de una droga sintética adictiva que proporciona un estado de euforia, estimulación y agitación durante las 2 y 4 horas posteriores a su insuflación, o a las 2 y 8 horas después de su ingesta. En cualquier caso, se considera como ‘dosis elevada’ para una persona adulta una cantidad de 25 a 40 miligramos, una cifra mucho más baja a los 2 gramos que habría ingerido sin conocerlo el adolescente fallecido.