El ‘consumo crónico’ de marihuana, especialmente en el período perioperatorio, puede generar graves complicaciones durante una cirugía, incluyendo la necesidad de mayores dosis de anestesia y una menor efectividad de los analgésicos. Así lo advierte la Dra. Elena Casado Pineda, anestesista y divulgadora médica, quien ha compartido en Instagram un caso que refleja estos riesgos.
En un relato publicado por la doctora, conocida en redes como @medicilio_, se describe cómo un paciente joven, sin antecedentes médicos aparentes, presentó complicaciones significativas tras una intervención quirúrgica. Pese a recibir las dosis habituales de anestesia y analgesia intravenosa, el paciente despertó gritando de dolor, lo que obligó al equipo médico a buscar alternativas adicionales para controlar su situación.
“Se necesitaron dosis altísimas de anestesia para conseguir dormirlo, y el dolor persistía al despertar”
“La persona estaba histérica, agitada y gritando, a pesar de que ya llevaba medicina para el dolor. Finalmente confesó que consumía marihuana a diario”, relata la Dra. Casado. Este consumo crónico provocó que ni la anestesia ni los analgésicos surtieran el efecto esperado, un fenómeno que los especialistas relacionan con alteraciones en los receptores del sistema nervioso central que interactúan con estas sustancias.
“Se necesitaron dosis altísimas de anestesia para conseguir dormirlo, y el dolor persistía al despertar”, explica. Además, el equipo médico recurrió a un bloqueo nervioso, una técnica avanzada para anestesiar directamente los nervios de la zona operada.
El problema, según la anestesista, radica en cómo el consumo continuado de marihuana afecta el metabolismo y la respuesta del cuerpo a los medicamentos. “Pinchar directamente el nervio puede ser una solución en casos de personas con problemas de drogas o consumidores habituales de opiáceos, pero la mejor recomendación sigue siendo no consumir drogas, especialmente antes de una cirugía”, enfatiza.
Más allá del dolor y la dificultad para lograr una anestesia efectiva, el consumo de marihuana antes de una cirugía puede poner en riesgo la vida del paciente. La interacción de los compuestos del cannabis con los medicamentos anestésicos puede generar efectos adversos impredecibles, como alteraciones cardiovasculares o respiratorias.
“Mi recomendación es que no os droguéis, y menos cerca de una cirugía”
Este caso subraya la importancia de informar al personal médico sobre cualquier consumo de sustancias antes de una cirugía. No revelar estos datos no solo dificulta el trabajo de los anestesistas, sino que también puede agravar los riesgos durante y después de la intervención.
En un contexto en el que el consumo recreativo de marihuana es cada vez más aceptado, tanto a nivel social como legal en varios países, la educación sobre sus implicaciones médicas se vuelve crucial. Este caso, según indica la Dra. Casado, es un recordatorio contundente de los efectos adversos que el consumo de cannabis puede tener en el ámbito quirúrgico. “Mi recomendación es que no os droguéis, y menos cerca de una cirugía”, concluye la anestesista, dejando claro que la prevención sigue siendo la mejor estrategia para evitar complicaciones de este tipo.