Hilo de Twitter ayuda a los residentes primerizos a diferenciar los tipos de suero y su aplicación

Un médico explica a los residentes de primer año los tipos de suero y su aplicación según lo que requiera el paciente.

Enfermera controla el suero de un paciente (FOTO: Freepik)
Enfermera controla el suero de un paciente (FOTO: Freepik)
Manuel Gamarra
12 julio 2023 | 13:15 h
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Adria Carpio, médico especialista en Gastroenterología y Hepatología, ha publicado un hilo en Twitter dirigido a los residentes sanitarios de primer año. Titulado 'COSAS QUE PROBABLEMENTE NO SEPAS DE R1 pero te da vergüenza preguntar', en él, Carpio hace un repaso a los tipos de sueros y a cómo aplicarlos a los distintos pacientes.

Antes que nada, el médico avisa que su hilo “va dirigido a R1 en general, no va dirigido al intensivista que trata con pacientes neurocriticos en la UCI o a pacientes con cirrosis y un ACLF3 (ndr: pacientes con peor pronóstico de insuficiencia hepática aguda).

Si el paciente no come, probablemente requerirá sueroterpia”, explica Carpio. Después, divide los sueros en dos tipos: Cristaloides y caloides. Dentro de los cristaloides, señala, se encuentran los sueros fisiológicos, los balanceados tipo ranger y los glucosados.

"Habitualmente, mezclarás el SSF 0,9% con el suero glucosalado"

“El SSF (Suero Salino Fisiológico) 0.9% lleva 154 mEq/l de NaCl I H2O, NADA MÁS. Si lo tienes solo con eso, no le estás dando nada <<de comer>>”, advierte.

Los glucosalados, por su parte, “al 10%, lleva 100 gramos/l de glucosa y H2O. NADA MÁS”. “Si solo lo tienes con eso lo vas a dejar sin otros iones. Moraleja, habitualmente mezclarás este con el SFF 0.9%”, indica el médico de Lérida.

El suero no balanceado, explica, es el mencionado SSF, “puesto que solo lleva NaCl (en cantidades distintas a las nuestras), y nuestro cuerpo tiene más iones”. “De hecho, si pusiésemos mucho NaCl llegaríamos a una situación llamada acidosis hipercloremica. Eso lo dejamos para otro día”, comenta.

Los sueros balanceados tipo ranger, informa Carpio junto con la foto de una etiqueta, “llevan distintos iones (y distintas proporciones de ellas) que intentan imitar un poco más nuestro plasma para evitar problemas si infundimos demasiados de ellos”. “En caso de requerir usar grandes cantidades de ellos para hacer una resucitación hemodinámica no se ponen de acuerdo en cuál de las dos opciones (balanceados o no) son mejores”, sentencia sobre los cristaloides, aportando dos informes en inglés sobre el tema.

"Si tenéis que remontar hemodinámicamente a un paciente estándar usad un cristaloide y llamad al adjunto"

Los sueros caloides, por su parte, son las gelatinas, almidones, dextranos y albúmina. “Clásicamente se decía que al generar una presión oncótica positiva podían ayudar a mantener el fluido en el espacio intravascular y así evitar edema/tercer espacio. Gelafundina, almidones… están pasando a un segundo plano… salvo uno”, asegura.

Ese uno es la mencionada albúmina, “la joya de la corona de los caloides en la cirrosis” para el médico. “Mejora la supervivencia en los cirroticos con PBE, se usa en la insuficiencia renal de estos para diagnosticar su etiología... pero eso ya da para otro hilo. Habitualmente la tenemos al 5% y al 20%”, apunta.

“En resumen: si sois R1 y tenéis que remontar hemodinámicamente a un paciente estándar no os liéis, usad un cristaloide, balanceado o no, y avisad al adjunto ASAP”, concluye Adria Carpio.

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