La era de las tecnologías y de la digitalización que estamos atravesando ha traído consigo la democratización de la información. Cualquiera de nosotros puede acceder a internet para hacer consultas a través de su dispositivo electrónico y un sinfín de resultados aparecerán para que el usuario pueda elegir en qué página informarse. Es lo que en estos últimos años hemos conocido con el ya bautizado como Dr. Google, que nos ha descubierto una nueva forma de empoderarnos y de relacionarnos con nuestra salud y el autocuidado.
Para ponerlo en cifras, el 76,7% de los españoles consultan información en internet de manera recurrente. Y después de una visita al médico, la mitad de nosotros (el 48,8%) acude al Dr. Google para ampliar la información que han obtenido en consulta, según los resultados extraídos del III Barómetro sobre Autocuidado de la población española elaborado por PiC. Atendiendo a estos datos, no es de extrañar que ya haya un término para denominar a los pacientes digitalizados: los e-pacientes.
Un 32,5% de los bulos que existen en la red están relacionados con la salud y la alimentación
Pero los pacientes no son los únicos que han recurrido al Dr. Google para recoger información sobre el campo de la salud. El personal sanitario también hace uso de las tecnologías y en un porcentaje muy elevado: el 97% de los médicos buscan en internet sobre el ámbito sanitario. El problema que se ha venido debatiendo en estos últimos años es la calidad y procedencia de la información, ya que la mayoría de las páginas que circulan en la red son blogs, apps, y páginas privadas que más bien pueden llevar a la desinformación porque en ellas puede intervenir cualquier usuario.
Precisamente, uno de los mayores problemas que presenta la información por internet es la circulación de bulos: un 32,5% de los bulos que existen están relacionados con la salud y la alimentación. Unido a una falta de diagnóstico preciso por parte de un profesional, el e-paciente puede derivar en un trastorno de la hipocondría o preocupación desproporcionada de su estado de salud. Por este motivo, los expertos llaman a la responsabilidad individual y a buscar información en páginas oficiales de autoridades sanitarias, como pueden ser institucionales, de colegios profesionales, asociaciones o sociedades.
NUEVAS PLATAFORMAS SOCIALES: DEL DR. GOOGLE AL DR. TIKTOK
Si el Dr. Google ya había supuesto una revolución, las redes sociales como Twitter, Linkedin, Instagram, Facebook y YouTube han transformado el panorama de la salud en los últimos años. Además de funcionar como herramientas para los profesionales (en torno al 87% de ellos las utilizan con fines profesionales), también lo son para los pacientes (el 60% obtienen información sanitaria a través de las mismas). Las redes sociales se han posicionado como una forma muy valiosa e inmediata de difusión de novedades en tratamientos y terapias y datos sanitarios.
Sin embargo, hay una plataforma social que ha ganado mucho protagonismo en los últimos tiempos, y esa es TikTok. En 2023, la aplicación supera los 1.051 millones de usuarios activos mensuales, que buscan entretenerse gracias a los vídeos cortos ofrecidos por otros usuarios en base a su algoritmo. No obstante, esta red social también ha experimentado un pequeño éxodo de profesionales de todo tipo, también sanitarios, que han aterrizado con éxito para seguir divulgando información científica, contar curiosidades, responder dudas y, cómo no, también para desmentir información falsa.
El 70% de la población comprendida entre los 13 y los 24 años utiliza TikTok para obtener información sobre la salud y el bienestar
El grupo demográfico que más usa esta aplicación es el público joven. Un estudio reciente revelaba que el 70% de la población comprendida entre los 13 y los 24 años utiliza TikTok para obtener información sobre la salud y el bienestar, un dato que sorprende y preocupa a los profesionales a partes iguales: por un lado, encuentran interesante y positivo que los jóvenes muestren interés sobre los diferentes aspectos salud, pero también ven inquietud en el tipo de referentes que toman para coger esa información, ya que hay muchos influencers y divulgadores no profesionales que pueden promover información que no cuenta con una base científica o que se mueve por intereses económicos o comerciales.
TikTok es una red social de libre acceso y cualquier persona puede acceder a ella para consumir contenido o compartir el suyo propio. Por lo tanto, la veracidad y la calidad de la información son uno de los desafíos más importantes que presenta, especialmente en el campo de la salud y para un público más vulnerable y desprotegido, como son los jóvenes. La recomendación que hacen los expertos es, una vez más, acudir a los perfiles de los profesionales de la salud e instituciones y poner en duda la credibilidad de los contenidos alarmistas que no están verificados o desmentidos por la ciencia.