La natalidad lleva en números rojos desde hace más de una década pero, lógicamente, siguen produciéndose nacimientos. Y, para saber en qué punto se encuentra España, el ginecólogo Carlos de Bonrostro (@CDeBonrostro) ha desgranado en un hilo de X la información que ha dado a conocer recientemente el Ministerio de Sanidad de los datos sobre la asistencia al parto en España en 2022.
En esta “radiografía del parto en España”, el primer indicador que destaca el experto es la natalidad. Según el informe de Sanidad, en 2022 hubo 321.760 partos, por lo que “el INE confirma la tendencia a la baja en nacimientos, constante desde 2008”. Y, de estos partos, “el 81,4% fueron asistidos en hospitales públicos del Sistema Nacional de Salud, frente al 18,6%, que tuvieron lugar en centros privados”.
De esta cifra total, el 75,3% de los partos fueron vaginales, mientras que en el 24,7% restante se realizó cesárea. Esto quiere decir que 3 de cada 4 partos fue por vía vaginal. Poniendo el foco en este punto, el ginecólogo ha analizado las tasas de cesáreas desde el año 2012, concluyendo que en hospitales públicos el porcentaje “se mantiene constante, alrededor el 21-22%”. Sin embargo, “la tasa se ha reducido un 3% en los últimos 10 años en los centros privados”.
Por Comunidades Autónomas, la tasa de cesáreas atendidas en hospitales del SNS es menor en el País Vasco (13,9%), Navarra (14,6%) o Aragón (18%). En cambio, es más elevada en Extremadura (29,6%), Castilla-La Mancha (25,4%) y Murcia (25,1%). Pero, a nivel general, estos números nos posicionan “bien” con respecto a otros países miembros de la OCDE, pues “España ocuparía el puesto 13 de los 22 Estados miembros, siendo Bulgaria el que presenta las tasas más altas de cesárea”, indica el experto.
"El INE confirma la tendencia a la baja en nacimientos, constante desde 2008"
Cabe recordar que, “aunque la cesárea ha salvado y sigue salvando vidas”, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), entidad perteneciente a la OMS, “aconseja racionalizar su uso para minimizar las complicaciones asociadas a la técnica”. Entre estos riesgos, se incluyen las infecciones y sepsis, hemorragia, lesiones de órganos vecinos, trombosis, placenta previa, acretismo, rotura uterina o distrés respiratorio neonatal.
El Dr. De Bronrostro recuerda que es posible racionalizar la tasa de cesáreas implementando algunas medidas, como la recomendación de las gestaciones en edades más tempranas “implementando las medidas socioeconómicas oportunas para lograrlo”, la optimización del estado de salud de la mujer en el período gestacional o la actualización constante de los protocolos asistenciales.
Para este punto, también debe considerarse la “monitorización de las tasas de cesárea en los centros hospitalarios y la creación de grupos de trabajo para revisar la actividad”, así como la garantía de “condiciones de trabajo adecuadas a los profesionales sanitarios para poder ofrecer la mejor asistencia y tomar las mejores decisiones clínicas”.
"La monitorización de las tasas de cesárea e inducción son imprescindibles para detectar tendencias, implementar líneas de mejora y monitorizar el impacto de los cambios realizados"
Otro dato relevante es el índice de inducción al parto. El ginecólogo expone que en 2022 la tasa asciende al 27,5%, es decir, casi un 1% más en comparación con 2021. “La tendencia es claramente creciente con un incremento de 10 puntos porcentuales desde 2016”. Esta subida tiene que ver con la detección de los factores de riesgo maternos de una forma más precisa, que hace que la inducción se plantee como una “estrategia para reducir el riesgo de complicaciones maternas o fetales”.
Además, la inducción al parto se considera en situaciones como la preeclampsia o diabetes materna de forma algo “más temprana para reducir complicaciones obstétricas”, así como una estrategia para reducir la tasa de cesáreas. Según el doctor, “el progresivo aumento de la edad materna condiciona un mayor riesgo de algunas complicaciones, lo que puede condicionar un mayor riesgo de inducción”.
Por último, el experto señala que “racionalizar las tasas de cesárea e inducción permitirá garantizar que el parto suceda de forma segura, garantizando el máximo bienestar de la madre y su hij@”. Asimismo, recuerda que estos indicadores en salud son “herramientas muy útiles como termómetro de cómo evoluciona en el tiempo la práctica asistencial y permite definir tendencias y oportunidades de mejora”. No obstante, matiza que la utilidad de las estadísticas sólo es factible si se analiza el contexto que hay detrás de esas cifras.