En ocasiones, el cuidado de los pies es el gran olvidado, a pesar de que estas extremidades actúan como sostén de todo el cuerpo y permiten el desplazamiento. Una de las afecciones más frecuentes es la fascitis plantar, que se caracteriza por la presencia de dolor en el talón. Se estima que puede llegar a afectar a entre el 10% y el 30% de la población y desde Quirónprevención señalan que 1 de cada 3 personas mayores de 65 años la sufren.
Sin embargo, la fascitis plantar puede darse a cualquier edad y, de hecho, es una afección recurrente en deportistas jóvenes. El Dr. Salvador Casado (@DoctorCasado), médico especialista en Medicina Familiar, ha explicado en X, antiguo Twitter, que “ocurre debido a una irritación degenerativa en el origen de la fascia plantar”. Y minimizar el riesgo de su aparición es posible si se actúa contra los factores de riesgo, ya que esta patología ortopédica se ha observado más en las siguientes personas, según el experto:
- Personas con problemas en el arco del pie, ya sean aquellas que presentan los pies planos o los arcos altos.
- Deportistas que corren largas distancias.
- Pacientes con obesidad.
- Pacientes con el tendón de Aquiles tenso.
- Personas que utilicen “zapatos con poco soporte para el arco o suelas blandas”.
La fascitis plantar se produce cuando existe inflamación en una banda gruesa de tejido (fascia plantar) que atraviesa la planta del pie, que es la encargada de conectar el hueso del talón con los dedos del pie. Se percibe como un intenso dolor en la mitad baja del pie, especialmente en la parte del talón y suele ser más agudo por las mañanas, después de despertarse, o al empezar a caminar tras un tiempo en reposo.
¿CÓMO SE TRATA LA FASCITIS PLANTAR?
Para controlar el dolor de la fascitir plantar, es importante mantener el pie en reposo y realizar estiramientos del pie y de los gemelos. También puede ayudar la aplicación de hielo en la zona de 2 a 3 veces al día para aliviar la inflamación. Otra acción importante es la utilización de calzado adecuado, que se adapte a las necesidades del pie, medida que se puede complementar con el uso de plantillas ortopédicas.
Cuando estas opciones de tratamiento no resultan suficientes, tras una valoración clínica el doctor puede pautar el uso de medicamentos antinflamatorios, como el ibuprofeno, para aliviar la inflamación y, por consiguiente, el dolor. Siguiendo estos consejos, lo más probable es que los síntomas se hayan podido controlar en un período de 15 días, pero si no fuera así, podrían ser necesarios otros tratamientos más invasivos, como la infiltración de corticoides e incluso la cirugía con incisiones para liberar la inserción de la fascia.