Con la llegada del verano aumenta el tiempo en el que estamos al aire libre, pero también el peligro de los golpes de calor. La clave para evitar estos episodios que pueden llegar a provocar la muerte es la prevención y la rápida respuesta ante los primeros síntomas. Además, los expertos alertan de que el cambio climático está intensificando la frecuencia y severidad de las olas de calor.
Según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), España ha experimentado un aumento significativo en las temperaturas medias durante las últimas décadas, incrementando el riesgo de episodios de calor extremo.
El golpe de calor se produce cuando el cuerpo es incapaz de regular su temperatura en ambientes extremadamente calurosos
En 2022 se vivió el segundo verano más trágico en España después de 2003, hace dos años las olas de calor fueron responsables de la muerte de más de 4.000 personas en España. El periodo estival de 2023 fue el tercero con mayor mortalidad atribuible al calor excesivo, con 2.155 fallecimientos. Este 2024, según datos del Instituto de Salud Carlos III, hasta junio, las altas temperaturas han causado 237 muertes. Este escenario subraya la urgencia de actuar y prevenir los golpes de calor, un riesgo que se incrementa cada año con el cambio climático.
CÓMO RECONOCER UN GOLPE DE CALOR
El golpe de calor es una condición grave que ocurre cuando el cuerpo es incapaz de regular su temperatura en ambientes extremadamente calurosos. Esto puede llevar a una temperatura corporal superior a 40 grados, lo cual es potencialmente mortal si no se detecta a tiempo.
Los síntomas iniciales incluyen: fuertes dolores de cabeza, mareos y confusión, náuseas y vómitos, piel enrojecida, caliente y seca (sin sudor), pulso rápido y fuerte, desmayos y en casos extremos, puede provocar daño irreversible a órganos vitales y, eventualmente, pueden llegar a provocar la muerte.
El principal objetivo cuando se padece uno de estos síntomas es conseguir bajar la temperatura corporal, para ello es necesario “trasladar a la persona a la sombra y con ventilación, aplicar frío en cuello y cabeza y hacerle beber agua". Para evitar los efectos de un golpe de calor, es crucial seguir una serie de recomendaciones trasladadas por la AEMET:
- Mantenerse hidratado: Beber abundante agua es esencial para mantener el equilibrio de líquidos en el cuerpo. Se recomienda evitar las bebidas alcohólicas y con cafeína, que pueden deshidratar.
- Evitar la exposición al sol: Limitar la actividad física y la exposición directa al sol durante las horas más calurosas del día, generalmente entre las 12:00 y las 16:00 horas.
- Usar ropa ligera: Vestir con ropa ligera, de colores claros y holgada, ayuda a mantener el cuerpo más fresco.
- Buscar lugares frescos: Permanecer en lugares con aire acondicionado tanto como sea posible. Si no se tiene acceso, buscar refugio en espacios públicos como centros comerciales o bibliotecas.
- Protegerse del sol: Usar sombreros, gafas de sol y protector solar con un alto factor de protección para evitar daños en la piel y reducir el riesgo de insolación.
- Tener especial atención a los más vulnerables: Prestar especial atención a los niños, ancianos y personas con enfermedades crónicas, ya que son más susceptibles a los efectos del calor extremo.
Según la AEMET, en España hemos vivido en este 2024 la octava primavera más cálida del siglo XXI y la décima desde 1961. Se trata de la antesala de un trimestre (julio, agosto y septiembre), que pronostican, “será muy probablemente más cálido de lo normal en toda España. En la mayor parte de la Península y en Baleares podría situarse entre el 20% de los veranos más cálidos registrados”.