Agrupadas tradicionalmente bajo el acrónimo TORCH, este grupo de enfermedades corresponde a las “infecciones congénitas transmitidas por la madre a su hijo antes del nacimiento”, tal y como señalan desde la Asociación Española de Pediatría (AEP). Las enfermedades TORCH incluyen a la toxoplasmosis, a la rubeola, al citomegalovirus y al herpes, y algunas voces sugieren que la ‘O’ hace referencia a la varicela y a la sífilis, pero en la actualidad engloba al parvovirus B19, al papilomavirus, a la malaria y a la tuberculosis.
Dichas infecciones pueden ocurrir por transmisión transplacentaria, por contacto directo con el patógeno durante el parto o durante una infección de la madre en el periodo gestacional. Para visibilizarlas, el Dr. Javier Flores(@farmacotips), médico ecuatoriano, docente y creador de contenidos, ha explicado en qué consisten, cómo se diagnostican y cuál es el tratamiento de las enfermedades TORCH con una infografía en X, antiguo Twitter:
Enfermedades TORCH 🤰 pic.twitter.com/iRC2fODZU8
— Dr. Javier Flores (@farmacotips) July 17, 2024
TOXOPLASMOSIS
El doctor indica que el 80% de los bebés con toxoplasmosis son asintomáticos en el nacimiento. En cambio, presentan hepatoesplenomegalia, ictericia y miocarditis en la fase generalizada y encefalitis, hidrocefalia y convulsiones en la fase encefálica. La infección puede ocurrir por el contacto con los gatos o con el consumo de carne cruda. Los casos graves pueden presentarse con la denominada tétrada de Sabin, caracterizada por la manifestación de hidrocefalia, coriorretinitis, calcificaciones y convulsiones. Las complicaciones también pueden derivar en sordera. El tratamiento de basa en el uso de la pirimetamina y sulfadiacina durante un año.
RUBEOLA
La infección por rubeola es más común durante el tercer trimestre, aunque es más grave si se produce durante el primer trimestre. En cambio, si el contagio aparece tras las 16 semanas de gestación, el riesgo es nulo. Sin embargo, es importante no dar inmunización a la embarazada. El diagnóstico puede producirse al nacer, después de los 3 primeros meses de vida o por aislamiento del virus en orina, sangre, líquido encefalorraquídeo o secreción faríngea. La rubeola puede manifestarse con la tétrada de Cregg, caracterizada por el desarrollo de microcefalia, sordera, glaucoma o cataratas y cardiopatías. No existe un tratamiento específico y suele acompañarse de pruebas de audición y de evaluación somatosensorial.
CMV (VIRUS DNA DE LA FAMILIA HERPESVIRUS)
Se trata de la enfermedad TORCH más común, aunque el 90% de los niños infectados son asintomáticos en el nacimiento. Los síntomas tempranos son la coriorretinitis, microcefalia y calcificaciones periventriculares, pero las manifestaciones tardías comprenden sordera neurosensorial y retraso mental. El diagnóstico puede producirse por aislamiento del virus o por una PCR. Su tratamiento no es específico, pero se basa en medidas de sostén. El ganciclovir, un antiviral, puede evitar la progresión de la pérdida auditiva.
SÍFILIS
Los bebés con sífilis suelen ser asintomáticos al nacer y, cuantas menos semanas tenga el feto, mayor es el riesgo. Las manifestaciones tempranas (antes de los 2 años de vida) comprenden rinitis, hepatoesplenomegalia (recrecimiento del hígado y bazo) y pénfigo sifilítico (lesiones eritemato-descamativas plamo plantares), pero las tardías son sordera, queratitis, dientes tonel y tibia en forma de sable. En función del diagnóstico y de cada caso, puede pautarse o no tratamiento, que se hace con penicilina G. Otros síntomas del bebé con la nariz en forma de silla de montar, una neumonía alba, dientes de Hutchinson (forma de clavija o media luna), articulaciones de Clutton (inflamación de las rdillas) y signo de Higoumenakis (engrosamiento proximal de la clavícula).
HERPES (VHS TIPO 2)
Los recién nacidos infectados con herpes suelen nacer asintomáticos, pero sus síntomas se manifiestan al séptimo día. Si la infección es local, aparece una afección mucocutánea con encefalitis (letargia, hipotonía y convulsiones), aunque, si es diseminada, afecta sistémicamente a los pulmones y al hígado. El contagio del virus puede ocurrir por el paso al canal de parto, por lo que si hay lesiones evidentes en la mamá, se utiliza la cesárea para el nacimiento del niño. El diagnóstico se puede producir por el cultivo de una vesícula cutánea o por PCR y el tratamiento se hace a base de aciclovir, un antiviral. Si los síntomas se complican, el bebé podría presentar retardo mental.
VIH
Cuando una mamá tiene VIH, el término del embarazo se determina por la carga viral materna y, si es mayor a 1.000, se opta por la cesárea, pues el riesgo de infección es mayor durante el parto. La lactancia está contraindicada en algunos países. Su diagnóstico se produce con la toma de la carga viral en el día 14-21 de vida extrauterina, y si el bebé es positivo, se debe repetir la prueba y pautar un tratamiento. Si el resultado es negativo, la prueba se realizará de nuevo al mes y a los 4 meses. El tratamiento consiste en la pauta de ZDV (zidovudina), que puede combinarse con neviparina si la madre no recibió profilaxis (acciones de prevención) en el anteparto.