Cada vez hay más evidencia científica sobre el impacto que la falta de sueño provoca en la salud, pero especialmente en el aumento de peso. Un estudio reciente ha arrojado luz sobre cómo esta falta de sueño afecta a la distribución de la masa corporal y el popular nutricionista Saúl Sánchez (@SaulNutri) no ha dudado en compartir en X (antiguo Twitter) las conclusiones a las que ha llegado el equipo de investigadores.
El equipo ha realizado un estudio aleatorizado a 12 hombres (9 de ellos, con edades comprendidas entre los 19 y los 39 años), todos ellos individuos “sanos y no obesos”, a los que les fue reducido el horario de sueño de manera controlada: de los 21 días que duró la investigación, los 4 primeros conformaron la fase de aclimatación, seguidos de 14 días se restricción experimental del sueño con únicamente 4 horas de descanso o 9 horas de sueño de control. Los últimos 3 días fueron el periodo de recuperación.
Durante este tiempo, los participantes pudieron mantener una alimentación libre. Finalmente, los resultados del estudio arrojaron que los días con restricción de sueño, los sujetos consumieron más calorías, priorizando el consumo de proteínas y grasas. Sin embargo, el gasto energético no varió y “todos los participantes ganaron significativamente más peso cuando se expusieron a la restricción del sueño experimental que durante el sueño de control”, indica el equipo de investigadores.
“Es muy difícil mejorar la composición corporal si no se empieza por garantizar una buena calidad en el descanso nocturno”
El popular nutricionista resume que, cuando los hombres durmieron 3,5 horas menos de lo recomendado, obtuvieron los siguientes resultados:
- + 17 % de ingesta energética al día siguiente.
- + 0,5 kg de peso en 15 días.
- + 9 % de masa grasa total.
- + 11 % de masa grasa visceral.
- Mismo gasto energético.
Por lo tanto, “la restricción del sueño combinada con una alimentación ad libitum promueve una ingesta excesiva de energía sin variar el gasto energético”, señalan los autores. Además, “el aumento de peso y, en particular, la acumulación de grasa en el centro indica que la falta de sueño predispone a la obesidad visceral abdominal”. @SaulNutri añade que “dormir pocas horas perturba la red endocrina”, lo que “genera alteraciones en la concentración de ghrelina y de leptina, afectando al apetito”.
Y no solo eso, sino que la promoción de una mayor ingesta de comida provocada por la falta de horas de sueño “aumenta la preferencia por alimentos dulces y de mala calidad”. Todo ello evidencia que “es muy difícil mejorar la composición corporal si no se empieza por garantizar una buena calidad en el descanso nocturno”, concluye el nutricionista.