Las garrapatas son artrópodos que actúan como parásitos, alimentándose de la sangre de los animales, incluido el ser humano. En España, existe una gran diversidad de especies de garrapatas, distribuidas de manera desigual en función de factores como el clima y la presencia de hospedadores para completar su ciclo vital. Además, se trata de parásitos que viven en el suelo, generalmente ocultos entre la hierba o los arbustos, a la espera de que pase un nuevo huésped.
El problema de estos seres vivos radica en que algunos pueden estar infectados con organismos patógenos, que son transmitidos durante el proceso de ingestión de sangre. Sin embargo, no todo son malas noticias: es posible prevenir su picadura. En este contexto, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha publicado, a través de su cuenta en la red social X (@AEMPSGOB), nuevo material divulgativo con recomendaciones para la ciudadanía sobre protección ante garrapatas.
El problema de estos seres vivos radica en que algunos pueden estar infectados con organismos patógenos, que son transmitidos durante el proceso de ingestión de sangre
Así, ha lanzado material divulgativo en el que profundiza en algunas medidas preventivas, como son el tipo de ropa que se debe usar o el tiempo de exposición, una una correcta exploración o el seguimiento ante la sospecha de tener garrapatas en el cuerpo. Además, recuerda que la exploración y actuación frente a garrapatas, así como el uso adecuado de repelentes, es esencial para prevenir consecuencias negativas.
¿CÓMO EVITAR LA PICADURA?
El primer paso para ahorrarse las consecuencias negativas es evitar que la garrapata nos pique. Para ello, la AEMPS recomienda prestar especial atención a la vestimenta, que debe ser adecuada: camisas y pantalones largos de color claro y calzado cerrado con calcetines. Al fin y al cabo, cuanta menos piel esté expuesta, más difícil le resultará al artrópodo picar. Además, evitar sus lugares favoritos repletos de vegetación, caminando por la zona central de los caminos, también puede ayudar.
Por supuesto, evitar sentarse en el suelo en zonas con vegetación también es determinante, y no hay mejor prevención que pasar poco tiempo en los hábitats potencialmente infestados. Usar repelentes y seguir las instrucciones de uso del fabricante también puede ayudar, pero no vale cualquier producto: hay que emplear repelentes que presenten número de registro en el etiquetado.
Para evitar la picadura es determinante emplear repelentes de uso humano, productos biocidas del tipo 19, siendo esta la medida más eficaz de prevención
Para evitar la picadura es determinante emplear repelentes de uso humano, productos biocidas del tipo 19, siendo esta la medida más eficaz de prevención. Dichos repelentes se aplican sobre la piel expuesta y repelen al artrópodo sin matarlo, pero deben contar siempre con una autorización para su comercialización. Las instrucciones deben seguirse en todo momento y son los adultos quienes se lo aplicarán a los niños. En caso de usar fotoprotector, se debe aplicar antes, dejar secar y, después, aplicar el repelente.
Sin embargo, las medidas no acaban aquí, puesto que estos escurridizos parásitos pueden haber logrado acceder al cuerpo pese a todo. Por ello, una vez en casa, hay que revisar bien todo el cuerpo para detectar su presencia, prestando especial atención a las axilas, ingles, cabello, ombligo, zona posterior de las orejas y cintura. La ropa que se haya llevado debe lavarse con agua caliente. Si todo lo anterior falla y se encuentra una garrapata, es importante que esta se retire lo antes posible, preferiblemente por un profesional sanitario. En caso de que los días siguientes a la picadura aparezcan síntomas, habrá que acudir a un profesional sanitario.
No es casualidad que estas recomendaciones se publiquen justo ahora, pues el calor es el gran protagonista de estas fechas. Las altas temperaturas provocan una mayor proliferación de insectos y un aumento de la demanda de repelentes de uso humano. Por ello, además, la AEMPS publica también recomendaciones para una correcta identificación y buen uso de estos productos: modo de empleo, su uso en niños, detalles sobre el etiquetado o su combinación con cremas solares.