Cuando no existían ni el cine ni las fotografías, retratar la realidad era un poco más complicado, pero no imposible. El mundo del arte, a través de las pinturas, esculturas y demás obras, ha hecho que lleguen hasta nuestros días los retratos de diversas enfermedades raras, que de alguna manera u otra han acompañado a la humanidad desde sus orígenes. Y algunos de los cuadrosmás conocidos de la Historia del Arte dan cuenta de ello.
Es lo que, a modo de curiosidad, ha difundido en su perfil de Instagram el Dr. Ricardo Gil (@dricardogil), médico Internista dedicado a las Enfermedades Raras y pacientes sin diagnóstico. El doctor ha compartido unos cuantos ejemplos de enfermedades raras en el arte, basados en “suposiciones de médicos que han dedicado tiempo a pensar en ello”. Y todos estos ejemplos son pinturas archiconocidas:
‘LA GIOCONDA’ Y EL SÍNDROME DE EHLERS DANLOS
Uno de los cuadros más famosos del mundo, ‘La Gioconda’ de Leonardo da Vinci, podría dar cuenta del Síndrome de Ehlers Danlos. Este síndrome comprende un conjunto de enfermedades congénitas que afectan al tejido conectivo y se caracteriza por una piel elástica y aterciopelada y articulaciones hipermóviles, que deriva en posibles dislocaciones, fatiga y dolor articular. No obstante, los síntomas pueden variar de un paciente a otro y alguna de estas enfermedades congénitas puede llegar a ser mortal en algunos casos.
‘DAVID VENCEDOR DE GOLIAT’ Y LA ACROMEGALIA
Michelangelo Merisi da Caravaggio retrató la historia de David y Goliat en uno de sus mejores cuadros, ‘David vencedor de Goliat’. El relato se basa en que David pudo vencer al gigante de Goliat con una piedra aprovechando su punto ciego. Los expertos apuntan a que Goliat podría sufrir acromegalia, un tumor en la glándula pituitaria que hace que esta glándula no deje de secretar la hormona del crecimiento. Un síntoma de esta enfermedad es que los pacientes desarrollan visión doble, dificultando así la agudeza visual y la correcta visión.
‘SAN JERÓNIMO EN SU ESTUDIO’ Y LA ESCLERODERMIA
El modelo que inspiró el personaje de San Jerónimo al pintor flamenco Marinus van Reymerswale para su obra, ‘San Jerónimo en su estudio’, podría sufrir esclerodermia. Esta es una enfermedad autoinmune en la que el organismo produce y acumula colágeno de forma excesiva y puede detectarse gracias a la inflamación y el engrosamiento de la piel. También causa tirantez, una tonalidad más clara u oscura de lo habitual y posibles manchas rojas, especialmente en manos, brazos y rostro.
‘LAS MENINAS’ Y EL SÍNDROME DE ALBRIGHT
‘Las meninas’, la obra más conocida del pintor sevillano Diego Velázquez, refleja a una de sus protagonistas, la infanta Margarita, con lo que podría ser el síndrome de Albright. Esta afección se basa en la aparición de manchas irregulares en la piel, pero también afecta a los huesos y al sistema endocrino. De hecho, se asocia a la aparición de una pubertad precoz.
‘EL BUFÓN EL PRIMO’ Y LA ACONDROPLASIA
‘El bufón el Primo’ es una pintura, también de Velázquez, que retrata a don Sebastián de Morra, un bufón de la corte que existió en la vida real. Este personaje sufría enanismo, por lo que el fiel retrato le refleja con acondroplasia, una mutación genética que afecta a los genes responsables del desarrollo y el mantenimiento del tejido óseo y cerebral.
‘LA MONSTRUA DESNUDA’ Y EL SÍNDROME DE PRADER-WILLI
Juan Parreño de Miranda pintó ‘La monstrua desnuda’, un retrato de Eugenia Martínez Vallejo, personal de la corte, a la que se le atribuye el Síndrome de Prader-Willi. Se trata de un trastorno genético raro caracterizado por unos bajos niveles de fuerza muscular, baja producción de hormonas sexuales y sensación de hambre constante. El síndrome se asocia al aumento de grasa corporal y al riesgo de obesidad.