Su nombre es Lanlan y en 2022 se sometió a una cirugía estética que, para su sorpresa, resultó ser algo más que un aumento de pecho. La mujer, de origen asiático, gastó 546.800 yuanes (el equivalente a 75.538 dólares) en un aumento de pecho que contenían proteínas provenientes de camellos, murciélagos y chimpancés, pero no ha sido hasta ahora cuando se ha dado a conocer la noticia, según ha contado el medio Global Times.
La clínica de belleza y cirugía estética, conocida como "Chu Mei Ren", en Beijing, promocionaba una técnica de aumento de pecho que utilizaba el tejido sanguíneo del propio cliente para el cultivo, prometiendo resultados notables sin cirugía invasiva ni implantes sintéticos.
El director de la institución afirmó tener una patente nacional exclusiva para esta técnica, que normalmente tenía un coste de 1,94 millones de yuanes. Sin embargo, Lanlan logró negociar un descuento significativo, reduciendo la tarifa a los 546.800 yuanes.
Con el tiempo Lanlan comenzó a experimentar asimetría y molestias persistentes en su pecho
Aunque la operación duró solo 20 minutos y aparentemente no dejó cicatrices visibles, con el tiempo Lanlan comenzó a experimentar asimetría y molestias persistentes en su pecho. Un examen médico reveló la presencia de cuerpos extraños en el interior, lo que llevó a la mujer a ser el centro de diversas investigaciones en dos hospitales diferentes.
Tras confirmar la presencia de estas proteínas, Lanlan se sometió a otra cirugía que costó 200.000 yuanes adicionales para eliminar los implantes. Sin embargo, incluso después de una limpieza exhaustiva, quedaron residuos. Este caso ha traído consigo dudas acerca del riesgo para su salud, especialmente ahora que está embarazada.
No fue hasta los análisis posteriores cuando se confirmó que los rellenos contenían proteínas de diversas fuentes animales, incluidos camellos, murciélagos y chimpancés. Además, se encontró que la madre de Lanlan también experimentó problemas similares después de someterse al mismo procedimiento en la misma compañía.
Este caso señala una vez más a la industria de la cirugía estética en China y su seguridad y compromiso con la salud. Las autoridades chinas están intensificando la supervisión sobre la industria para garantizar estándares de seguridad y legalidad, con acciones que van desde regulaciones más estrictas hasta campañas de sensibilización y control de la publicidad engañosa.